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Gustavo Basso. Fotos: Nicolás Garrido
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Los proyectos que tenía entre manos Gustavo Basso: "Hay que dejar que el privado pueda desarrollarse"

Andrés Oyhenard

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El director de la empresa de inversiones en agro Conexión Ganadera y del frigorífico de carne ovina Bamidal, quien falleció este jueves en ruta 5, fue entrevistado por Forbes Uruguay el pasado 14 de noviembre, cuando adelantó algunos de sus proyectos

28 Noviembre de 2024 11.29

El empresario Gustavo Basso comenzó su carrera como empresario ganadero hace 43 años. En ese camino fundó reconocidas empresas como Gustavo Basso Negocios Rurales hace 26 años o Conexión Ganadera en 1999 junto a Pablo Carrasco. Esta firma canalizó inversiones por fuera del sector agropecuario por unos US$ 120 millones y hoy maneja una superficie de más de 75.000 hectáreas y en algunos predios ya está trabajando con programas de captura de carbono. 

Conexión Ganadera logró su propia marca de carne, con la cual ingresa a mercados como EEUU y también se abrió al mercado minorista en Uruguay con tiendas en Montevideo y Punta bajo la marca Stradivarius, y con la que Basso esperaba consolidar "próximamente una cadena de restaurantes".

En 2010 invirtió en un frigorífico de carne ovina: Bamidal, con el objetivo de darle una "mayor consistencia" al producto ovino bajo la marca Flavor. "Había un descrédito sobre la imagen de la carne ovina", dijo en una inédita entrevista con Forbes Uruguay, realizada el pasado 14 de noviembre.

En esta instancia Basso habló sobre su visión del agro, qué esperar del próximo gobierno y las oportunidades de Uruguay para ser punta de lanza en ovinocultura. A continuación, un resumen de ese intercambio.

 ¿Cuál es su visión sobre el cierre de año para el sector ganadero? 

Estamos en un momento fermental de la ganadería. Se está dando un cambio de ciclo a nivel internacional muy interesante. Los expertos ya venían anticipando que en 2025 íbamos a tener un desfasaje muy grande entre oferta y demanda. Eso ya de alguna forma se está anticipando a fines de este año. El principal jugador y competidor a nivel internacional, Brasil, ya tiene un novillo en un eje de los US$ 4 por kg, con una suba del 30% en dos meses. Eso habla a las claras de una situación que va a mover la aguja. Brasil no es un jugador más, es un protagonista central del mercado, y es una muy buena señal para el buen presente que estamos viendo hoy. Los valores de la exportación de Uruguay se han ido afirmando y consolidando con niveles de precios muy altos. 

También China, principal importador en volumen, insinúa un cambio de tendencia en sus niveles de valores

Eso otro jugador importante para el negocio. China ha mostrado una recuperación de US$/t 400-500 en algunos cortes vacunos en las últimas semanas. A esto tenemos que sumarle una menor producción interna de carne en Europa y Estados Unidos. Hoy están todos los astros alineados para que el 2025 tengamos un mercado internacional de la carne vacuna muy firme. Ojalá que Uruguay le puede capitalizar de la mejor forma, pese a que seguramente tengamos una menor disponibilidad de ganado para faena.

Están invirtiendo en el frigorífico de Bamidal en Paso de los Toros, ¿a qué apuntan?

Estamos realizando una inversión importante para que pueda contar con todos los ítems necesarios que exigen hoy los mercados más exigentes de carne ovina y acceder a nuevas habilitaciones. También apuntamos a mejorar toda la cadena de producción: desde la cadena de frío, desosado, maquinaria para potenciar la calidad y buscando alianzas en el exterior, que están muy interesadas en la carne ovina. El ovino uruguayo tiene características que lo pueden llevar a posicionarse como de los mejores del mundo. Tiene un alto reconocimiento en Medio Oriente porque tiene un sabor que se asemeja al que esos consumidores prefieren a diferencia de otros proveedores. Además, hay muy pocos exportadores de carne ovina a nivel mundial. 

Gustavo Basso. Fotos: Nicolás Garrido
Gustavo Basso. Fotos: Nicolás Garrido

¿Cómo puede repercutir la caída del stock en Uruguay de más de 500.000 cabezas el último año?

Hoy estamos enfrentando una caída de stock que se viene dando a nivel mundial. Uruguay tuvo en 2024 un mal clima para el ovino por el exceso de lluvias, que han perjudicado la productividad coyuntural del rubro. Los buenos valores que estamos viendo hoy en el mercado van a ser un buen estímulo para lograr, en 2025, una majada que productivamente esté más cerca de los niveles internacionales. Tenemos que competir con países que tienen un 100%-120% de destete (corderos por oveja). Uruguay está muy lejos de eso. Esa es una gran oportunidad que tiene la ovinocultura uruguaya para llegar a ser competitiva desde el punto de vista comercial y económico. 

¿Están dadas las condiciones para comenzar a capturar algún diferencial de precio en el exterior por certificaciones ambientales tanto en carne vacuna como ovina? 

Estoy convencido que Uruguay tiene todo el potencial para aprovechar al máximo esas oportunidades que van a ir surgiendo por las exigencias ambientales. Luego de la pandemia, las dos principales preocupaciones que surgieron en el mundo fue la seguridad alimentaria y la pata ambiental. Uruguay tiene las condiciones naturales para atender esos dos focos. Increíblemente ese cierto estancamiento en la producción de carne en Uruguay es lo que hoy no da esa oportunidad de tener un diferencial porque nos permite mejorar en productividad con determinados programas de captura de carbono que van a ser más eficientes en los campos. Eso va a potencial el diferencial de la carne con un aumento de la productividad. Estamos en condiciones de aprovechar eso desde el momento cero como país. 

¿Qué tema como empresario agropecuario te genera más atención para la próxima administración de gobierno?

Lo primero que me gustaría es que existiera la menor regulación posible, ya que ese es un factor determinante para el futuro del país. Hay que dejar que el privado pueda desarrollarse, no limitarlo, porque es por ahí donde el país puede crecer de forma más eficiente y rápida y no se pierda el desánimo para invertir y mejorar la productividad del país en su conjunto. El Uruguay que yo me imagino está en condiciones de tener un ingreso per cápita similar al de España. No tengo dudas de que eso se puede lograr. 

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