El martes 23 de agosto de la semana pasada, el fiscal federal Diego Luciani pidió 12 años de prisión para Cristina Kirchner en el caso Vialidad, uno de los juicios más emblemáticos de los últimos años en la Argentina donde se juzga la corrupción en el Estado.
Desde hace semanas se sabía que cuando terminara el alegato de la fiscalía, la reacción por parte de los seguidores de Cristina Kirchner podían manifestarse de diversas maneras, incluso hasta con violencia pero, al parecer, nadie previó lo que se vivió en las calles de Recoleta durante la última semana.
Fin de semana largo de turismo
Mientras tanto, del otro lado del Río de la Plata, cientos de miles de uruguayos se preparaban para aprovechar el feriado largo -arrancó el miércoles 24 y concluyó ayer domingo 28- para irse masivamente a la Argentina y así aprovechar la diferencia cambiaria y sentirse "ricos" por unos días.
Esto mismo ya pasó en 1982, luego en 1989 y también en 2001 y principios de 2002. "Llegar con dólares a Argentina es sentirse rico", decía entusiasmado uno de los viajeros a un medio argentino, al que no le pesó tanto la espera de horas para cruzar de Fray Bentos a Gualeguaychú.
Claro, hubo muchos de los 70.000 uruguayos que cruzaron hacia Argentina - cifras del Ministerio de Turismo- que tuvieron que hacer colas eternas para poder llegar al otro lado del río. Nada de eso importó, incluso tampoco importaron las noticias que llegaban desde Buenos Aires a través de medios y redes que mostraban una ciudad con los ánimos más que caldeados.
La brecha cambiaria entre Uruguay y Argentina pesó mucho más que cualquier mala noticia, nada detuvo al turismo que hace más de una semana agotó los pasajes por barco y avión hacia Buenos Aires y otros destinos.
Fue así que mientras el turismo uruguayo, chileno y brasileño copaba con sus dólares las calles, los comercios, restaurantes y bares de Palermo y el Centro porteño, a solo 20 o 30 cuadras de ahí se libraba lo que algunos medios llamaron irónicamente "La Batalla de Recoleta" que mantuvo en vilo a la sociedad que rezaba en sus casas para que la violencia no pasara a mayores.
Finalmente nada de eso pasó. La intervención de la política supo poner paños fríos a una situación de violencia callejera que según algunos analistas no debió haber sucedido.
Mientras en la mañana y la tarde del domingo los ánimos se calmaban, la zona de Recoleta retomó la calma luego de que los equipos de limpieza e higiene de la Ciudad realizaran su trabajo para devolver el orden a las hermosas calles recoletas.
Del otro lado del río pasaba algo parecido aunque la vuelta a casa fue distinta. Por la tarde del domingo y la noche hubo mucho menos demoras en los pasos de Fray Bentos, Colonia, Paysandú y Salto. Eso sí, los medios pudieron registrar la alegría de cientos de uruguayos que volvieron a la normalidad luego de haber pasado por Buenos Aires y otras ciudades de argentina donde se sintieron "ricos por unos días".
a partir de hoy lunes. algunos en Uruguay ya están pensando en los próximos feriados y otros en la Argentina también.
Los empresarios piden responsabilidad y respeto
Es así que el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) advirtió, ante los hechos de violencia ocurridos frente al domicilio de la vicepresidenta Cristina Fernández, que "es el momento de ser responsables".
Con un breve comunicado, la entidad que nuclea a las empresas más importantes de la Argentina señala que "la situación económica y social actual nos obliga a todos los actores, públicos y privados, a tener un gran sentido de la responsabilidad".
IDEA plantea que "Argentina tiene un gran futuro si, entre otras cosas, logramos generar confianza que permita que se realicen las inversiones que generen empleo privado genuino".
Para ello considera que "el funcionamiento pleno del sistema republicano que incluye la división de poderes y la convivencia pacífica sin escraches ni ensañamientos son condiciones necesarias para que Argentina retome la senda del crecimiento".
"Pedimos a todo el arco político el respeto pleno de los valores republicanos, que se evite la confrontación y que se avance en una agenda alineada con las prioridades del ciudadano común", sostienen los empresarios.
