Los Emiratos Árabes Unidos nombraron el jueves al jefe de su compañía petrolera nacional para liderar las conversaciones globales sobre el clima en la conferencia COP28 en Dubái a finales de este año, una asignación controvertida que alimenta aún más las preocupaciones de que los fuertes intereses de los combustibles fósiles socavarán los esfuerzos para abordar la crisis climática en la cumbre.
Emiratos Árabes Unidos nombró a Sultan Al Jaber como presidente de las conversaciones climáticas COP28, que el estado rico en petróleo albergará desde fines de noviembre.
Al Jaber, quien se desempeñó como enviado climático de los Emiratos Árabes Unidos y es el ministro de industria y tecnología avanzada del país, dirige la compañía de energía renovable Masdar y el gigante petrolero estatal Abu Dhabi National Oil Company (ADNOC), una de las compañías petroleras más grandes del mundo.
Como presidente, Al Jaber, desempeñará un papel clave en la creación de consenso entre las naciones y el establecimiento de la agenda de la cumbre.
Controversia y preocupación
El nombramiento de Al Jaber "plantea un escandaloso conflicto de intereses" y eleva la presencia de los grupos de presión de los combustibles fósiles en las negociaciones de la ONU "a otro nivel peligroso y sin precedentes", afirmó Harjeet Singh, responsable de estrategia política mundial de Climate Action Network International.
Teresa Anderson, responsable mundial de justicia climática de la ONG ActionAid, afirmó que el nombramiento "va más allá de poner al zorro a cargo del gallinero", según AFP.
Los EAU serán el segundo estado árabe en albergar la cumbre climática de la ONU este noviembre, siguiendo a Egipto el año pasado.
Qué hay en juego
La cumbre de este año es importante, está catalogada como un “balance global” para evaluar el progreso desde el Acuerdo de París, y la selección de los Emiratos Árabes Unidos como anfitrión resultó controvertida, particularmente después de que Egipto invitara a las compañías de petróleo y gas a participar formalmente por primera vez.
Aunque invirtió mucho en energía limpia, algo que enfatizaba la declaración que anunciaba el nombramiento de Al Jaber, los Emiratos Árabes Unidos se beneficiaron y siguen beneficiándose generosamente de sus ricas reservas de combustibles fósiles y son un importante productor de petróleo y gas. Los analistas han sugerido que el país está tratando de tener su pastel y comérselo, maximizando sus ganancias de los combustibles fósiles antes de que el mundo cambie a fuentes más sostenibles y utilizando eventos como COP28 para impulsar sus credenciales climáticas y lavar su reputación.
Los expertos afirman que es necesario un cambio rápido y radical de los combustibles fósiles para evitar un cambio climático catastrófico, que la evidencia muestra que es inequívocamente causado por la acción humana. Expertos, funcionarios y activistas advierten que el cabildeo de las industrias de combustibles fósiles socava los esfuerzos para lograr un consenso sobre la acción climática global, y el número de cabilderos explotó en la conferencia del año pasado en Egipto.
Muchos de los productores de energía del mundo, incluidos los estados del Golfo como los Emiratos Árabes Unidos, han presionado por una transición más gradual para alejarse de los combustibles fósiles y permitir que estos combustibles se utilicen junto con alternativas más limpias en contraste con las demandas de acciones más urgentes.
*Con información de Forbes US.