Estados Unidos se reincorporará a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) después de que el ex presidente Donald Trump se retirara de la organización en 2018, poniendo fin a una disputa de una década con la agencia derivada de preocupaciones de sesgo anti-israelí.
La Unesco anunció el lunes que Estados Unidos se reincorporaría y pagaría más de 600 millones de dólares en cuotas atrasadas, confirmando una decisión que el subsecretario de Estado estadounidense para Gestión y Recursos, Richard Verma, expresó en una carta a la agencia la semana pasada.
Los funcionarios estadounidenses dijeron que la medida pretende, en parte, frenar la influencia de China en la organización, que "socava la capacidad [de EE.UU.] de ser tan eficaz en la promoción de nuestra visión de un mundo libre", dijo en marzo el subsecretario de Estado de Gestión, John Bass, y añadió que "si realmente nos tomamos en serio la competencia con China en la era digital... no podemos permitirnos seguir ausentes".
Verma también atribuyó la decisión a las reformas internas en la Unesco y a la "disminución del debate politizado, especialmente en temas de Oriente Medio", escribió en la carta del 8 de junio obtenida por Associated Press.
Se espera que los 193 estados miembros de la organización formalicen la decisión de EE.UU. de reincorporarse en una votación el próximo mes.
Estados Unidos e Israel retiraron la financiación a la Unesco en 2011, cuando admitió a Palestina en la organización, y abandonaron formalmente la agencia en 2018 en lo que funcionarios estadounidenses dijeron que era una medida para promover reformas internas y frenar sus crecientes deudas por cuotas impagadas.
La decisión hace realidad la promesa que hizo el presidente Joe Biden de reincorporarse a la organización al inicio de su mandato. En su propuesta de presupuesto para el año fiscal 2024, Biden solicitó 150 millones de dólares para las cuotas atrasadas de la Unesco, parte de un plan para devolver 619 millones de dólares en deudas a la organización en los próximos años.
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, ha hecho esfuerzos para reparar la relación con Estados Unidos desde su elección en 2017. Azoulay, que recientemente se reunió con una coalición bipartidista de legisladores en Washington para detallar esos esfuerzos, según Associated Press, calificó la decisión de Estados Unidos como "un fuerte acto de confianza en la Unesco y en el multilateralismo" en un comunicado el lunes, y dijo a la AP que era “el resultado de cinco años de trabajo, durante los cuales calmamos las tensiones, en particular sobre Oriente Medio, mejoramos nuestra respuesta a los desafíos contemporáneos, reanudamos las principales iniciativas sobre el terreno y modernizamos el funcionamiento de la organización”.
La UNESCO es ampliamente reconocida por su designación de lugares Patrimonio de la Humanidad, como el Parque Nacional de Yosemite, en California, y la Estatua de la Libertad, en Nueva York. La organización también promueve una serie de cuestiones culturales, científicas, tecnológicas, medioambientales, humanitarias y de preservación histórica, como la igualdad de la mujer y la educación sobre el Holocausto.
Gran número
22%. Ésa es la parte del presupuesto operativo de 534 millones de dólares de la Unesco que Estados Unidos financiaba antes de su marcha, según informó NBC News, lo que subraya las consecuencias financieras negativas de la ausencia de Estados Unidos.
Estados Unidos y una tensa historia con la Unesco
Rompió sus lazos con la organización en 1984, bajo el mandato del ex presidente Ronald Reagan, alegando una mala gestión financiera y la politización del grupo por influencia soviética. Estados Unidos se reincorporó en 2003, bajo el mandato del ex presidente George W. Bush, en un intento de conseguir apoyo internacional antes de la guerra de Irak.