Una prolongada sequía sin precedentes ocasionó pérdidas millonarias sobre la producción agropecuaria en su conjunto y el PIB de Uruguay. En el marco de la primera edición de Forbes Insurance Summit —en un panel titulado “Mano a mano con el cliente”—, Andrés Elola, gerente general de Surco Seguros, Gustavo Flores, gerente general de Copagran, y Juan Manuel García, productor y presidente de Copagran, hablaron sobre qué lecciones se han aprendido a la hora de trabajar con seguros agropecuarios y de lo que falta por hacer.
Elola hizo hincapié en la forma en cómo reaccionan las aseguradoras ante un evento climático severo como la última sequia porque “son los momentos” donde “construyen reputación” a la hora de pagar siniestros.
“Ahí uno ve cómo funcionan los procesos y la alta gerencia en la empresa: desde la administración, los abogados, los peritos. Por suerte, todo funcionó. Se trata de estar cuando te precisan”, resumió.
A su turno, Flores repasó cómo Copagran fue aprendiendo a gestionar los riesgos climáticos sobre la producción agrícola a cielo abierto desde esos primeros inicios con dos años seguidos de inundaciones (2001-2002), que coincidieron con la última gran crisis económica que sufrió el país.
“Hemos cosechado mucho aprendizaje en cómo encarar este proceso como cooperativa para apoyar al productor en el largo plazo”, comentó el gerente general de Copagran.
El ejecutivo destacó la evolución desde los primeros seguros mutuales con una “mirada muy provinciana”, a elegir productos que sean “transparentes” y “materializables” ante la ocurrencia de cualquier shock climático para los socios de cooperativa.
La variabilidad no deja alternativa
García dijo que en un sector como el agrícola donde los coeficientes de variabilidad productiva son del 30% - 40% en su promedio histórico, “hay que trabajar mucho en cómo mitigar ese riesgo”.
El productor consideró que para poder darle “sostenibilidad financiera” a una empresa agrícola se “hace necesario” contar con seguros climáticos (granizo, viento, resiembra).
“Después vimos que con eso no alcanzaba. Durante la última zafra de verano vimos un nuevo piso. Hubo un 30%-40% del área de soja que directamente no se cosechó y más alto aún fue en el maíz”, señaló.
A juicio del presidente de Copagran, una empresa agrícola puede soportar una campaña mala sin contar con seguro, pero no una segunda consecutiva.
“En nuestro caso ya hace cuatro años venimos trabajando con Surco en seguros de rendimientos con mediciones por telemetría. Este año creo que se activó el 100% del área que tenía esa cobertura”, comentó García.
Elola acotó que la tecnología ha sido una “aliada” a la hora de desarrollar nuevos productos como los seguros de rendimiento. Por ejemplo, para los peritajes hay máquinas cosechadoras que permiten cuantificar los rendimientos sin la necesidad que vaya expresamente un perito a la chacra.
Lo que falta
“Este golpe que nos dimos todos los actores de la cadena agrícola en la última zafra no es sostenible para ninguna empresa en Uruguay. Tenemos que incorporar al factor tiempo (en los seguros) en una mirada más de mediano plazo”, consideró Flores.
El gerente de Copagran opinó que es necesario en que se alineen las buenas prácticas agrícolas con los seguros, para que se de un “premio” y se “abaraten” las pólizas para esos productores.
García admitió que el costo de los seguros de rendimientos agrícolas en Uruguay, “es caro". "Todo lo que se pueda hacer para bajar el costo de las pólizas es bienvenido”, dijo en alusión el plan piloto que está liderando el Ministerio de Ganadería (MGAP) junto al Banco Mundial para recoger información.
El productor se mostró contrario a la utilización de subsidios agrícolas para los seguros de los productores como ocurre en otros países.
“Si vos a una actividad riesgosa le generás subsidios parejos para todos, y bajás a cero el riesgo, el que pierde es el pequeño y mediano productor, (porque) podrían venir fondos de inversión, que con una pequeña rentabilidad se conforman”, alertó.
El gerente general de Surco consideró que lo primero que se requiere para desarrollar más los seguros de rendimientos “es capital” porque el negocio de seguros es financiero. Ahí lanzó una idea de crear un fideicomiso donde, por ejemplo, se puedan asegurar los primeros 500 kg/ha y del cual participen las propias aseguradoras.
Por su lado, García consideró que hay camino por recorrer en lo que refiere a seguros de precios, además de la expansión del riego con la mejora de la infraestructura eléctrica y de proyectos multiprediales donde el Estado puede liderar iniciativas a largo plazo.