En muchas ocasiones, los inversores destacan que Uruguay se posiciona muy bien en comparación con otros países de América Latina por su apego a las reglas de juego y estabilidad. Pero Enrique Ermoglio, socio líder de Deloitte, planteó un desafío importante para el desarrollo:
Mi mayor miedo es la autocomplacencia. Tenemos que hacer mucho más para que el país sea atractivo para los inversores por fuera de la región, planteó.
Para mostrar que aún queda camino por recorrer, el ejecutivo puso como ejemplo la posición 101 que Uruguay ocupa en un ranking de 190 países del Doing Business que elabora anualmente el Banco Mundial. Si habrá cosas para hacer... Tenemos que pedirles a los futuros gobernantes que mejoren esos índices, indicó durante la segunda edición local de Forbes CEO Summit.
Ermoglio sostiene que el próximo gobierno deberá encarar reformas de corto plazo como contar con un régimen de mayor flexibilización a la hora de contratar trabajadores.
Asimismo, también planteó que se debería encarar el mediano plazo para que se defina qué va a vender Uruguay a futuro. Si la inteligencia artificial es la nueva electricidad, vamos a tener una cantidad de oportunidades, pero también desafíos. Muchos trabajadores van a tener que reconvertirse.