La gestión es lo que separa los buenos líderes de los charlatanes, es una frase que ya es marca registrada del consultor Enrique Baliño y que quedó resonando fuerte durante el One to One de cierre de Forbes Best Employers Summit. El fundador de la consultora Xn fue el protagonista de una entrevista inspiradora realizada por la directora de Forbes Uruguay, Marcela Dobal.
Con esa frase reforzó el concepto de que los buenos líderes ejecutan, hacen que las cosas pasen. Porque el liderazgo, recordó, incluye la gestión, aunque no tenga tanto sex appeal.
Baliño tiene claro lo que es estar sentado en el sillón del número uno. Tuvo una exitosa carrera ejecutiva de más de 20 años en IBM, donde llegó a ser gerente general en Uruguay y luego en Argentina, con responsabilidad para Paraguay, Uruguay y Chile. Sabe que la soledad en la cima es imponente. También conoce a la perfección los principales dolores de los líderes uruguayos: el desarrollo de la siguiente generación de líderes (el pipeline de liderazgo), la sucesión y el estrés infinito de no poder manejar sus propias agendas.
Fue enfático en aclarar que un líder no se desarrolla con la lectura de un libro o mediante un curso, sino a través de desafíos reales. "Por suerte los comportamientos de un buen líder se aprenden en la cancha, apuntó. De ese néctar de teoría aplicada en lo cotidiano que han logrado obtener en Xn, compartió tres comportamientos esenciales para ser un buen líder.
Primero, el saber liderar individuos, porque los buenos líderes dirigen las energías humanas. Esto va de personas. Te dan un grupo de personas y cada individuo es distinto. Y vas a tener que ser un líder distinto para distintas personas en función de hacerlas brillar. Para Baliño, una prueba de liderazgo es que te haga más feliz que alguien felicite a una persona de tu equipo que a ti mismo. Ahí es cuando empezaste a saborear otro nivel. Cuando alguien brilla y vos tuviste algo que ver con eso, no tiene precio, dijo.
Segundo, está la habilidad de desarrollar un equipo a partir de individuos brillantes. Primero, tenés que sacar lo mejor de cada uno para encontrar la fortaleza distintiva y después aprender a dirigir la orquesta para que toquen armoniosamente (...) No pongas el trombonista en el timbal porque va a tocar horrible y encima te enojás.
Y tercero, liderar a la persona más difícil que nos tocó liderar en la vida. No es nuestra pareja. Somos nosotros mismos. Baliño señaló que es necesario estar en equilibrio con uno mismo y ser auténtico, ya que el liderazgo se basa en la credibilidad.
Consideró que no se puede generar credibilidad en base a una promesa, sino con la siguiente fórmula: Justo x Honesto x Competente.
Puso énfasis en la honestidad y la coherencia de reconocer una equivocación y aceptar que las cosas cambian. La administración de justicia también la colocó como un elemento esencial: Ser bueno es fácil, lo difícil es ser justo, como dijo Víctor Hugo.
Picadoras de carne y vulnerabilidad
Baliño dejó claro que además de resultados, para ser sostenibles en el tiempo, las empresas deben lograr ser excelentes lugares para trabajar y no picadoras de carne.
Tiene que ser un lugar al que tengas ganas de ir, teniendo en cuenta que las personas dedican más tiempo al trabajo que a sus familias, recalcó. Es imperativo que el trabajo no sea un martirio, asumir la responsabilidad del propio bienestar económico y hacer algo que valga la pena, ser parte de algo más grande".
Aseguró que nadie espera que los líderes sean Superman o Superwoman. Deben permitirse mostrar su vulnerabilidad pero de una forma controlada. "No podés mostrarte vulnerable delante de todo el mundo", advirtió.
Opinó que los líderes deben contar con un espacio en que se los ayude a reflexionar y a matar la soledad de la cima, en relación a una nueva modalidad de grupos de pares que está implementando Xn: Renaissance Executive Forums (REF).
El consejo de su padre
El padre de Baliño fue un destacado basquetbolista, dos veces campeón sudamericano y medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de 1952.
Recordó que le transmitió la importancia de la responsabilidad individual: Nunca lo escuché quejarse echándole la culpa a otros. Es un tema fundamental en la vida y en las sociedades. Me lo enseñó con el ejemplo.
Otra enseñanza tiene que ver con el juego en equipo. Si bien fue una gran estrella del básquetbol de su época, nunca lo escuché hablar de él. Siempre hablaba del equipo, de las virtudes de sus colega, apuntó
Pero fueron dos palabras de su padre las que atesora como el mejor consejo de vida: Sé útil.
Entiende que son el mejor impulso para el desarrollo personal porque por lo que fuiste útil ayer no sos útil hoy y quizás no lo seas mañana, así que más vale que aprendas a desarrollarte.
Las cinco velocidades uruguayas
El mundo avanza muy rápido, afirmó la directora de Forbes Uruguay, Marcela Dobal. Y le preguntó a Baliño: ¿A qué velocidad te parece que se mueve Uruguay?
El consultor respondió con una anécdota. Tras regresar a Uruguay en 2001, en sus charlas Baliño señalaba que Uruguay tenía tres velocidades: lenta, muy lenta y extra lenta. Un día, al final de una de sus conferencias, se acercó un hombre que lo contradijo. Uruguay no tiene tres velocidades. Tiene cinco: lenta, muy lenta, extra lenta, stop y marcha atrás.
A Baliño le exaspera la falta de velocidad de Uruguay. Lo atribuye a un gran miedo al fracaso. Considera que eso hace aún más necesaria la presencia de buenos líderes en la cima de las organizaciones: Con buenos líderes en la cima cambia todo. El liderazgo es el factor número uno de desarrollo de cualquier organización, incluyendo un país. La calidad de una sociedad depende de la calidad de las organizaciones que tiene.