Aunque Rodrigo Aramendía obtuvo el título de licenciado en Gestión Agropecuaria, optó por hacer un curso corto de corredor de seguros en el Banco de Seguros del Estado (BSE) y lanzarse a este rubro como una forma de sustentarse. Hoy lo agradece, porque con su aseguradora logró no solo una fuente de ingresos sino también desarrollar una carrera que le apasiona.
Es pionero en su familia por los dos lados: nadie corre autos ni seguros. “El automovilismo es algo que siempre se vio en mi casa: las carreras de Fórmula 1, el automovilismo argentino… pero nadie de mi familia había corrido”, contó. “De chico quería convencer a mis padres para poder correr, pero finalmente arranqué de grande, a los 20, porque no pude convencerlos”, relató durante la primera edición local de Forbes Insurance Summit.
De entrar en el mundo asegurador lo convenció un conocido. Fundó en 2011 Aramendía Seguros, compañía que dirige hasta la actualidad. “Realmente, fue una manera de financiar mi carrera automovilística. Cuando empecé tenía algunos sponsors, pero estaba en categoría promocionales, que tenía costos bajos. Al dar el salto a Superturismo, una categoría más costosa y de mejor nivel, necesitaba una manera de financiarme y fue una forma de generar un nuevo negocio para poder correr”, relató.
Si bien esos dos mundos ya no se tocan en su vida, sí considera que las lecciones de uno influyen en el otro. “Yo creo que el deporte, y cada vez lo compruebo más, es un gran forjador de personas y de personalidad”, opinó. “Sobre todo en el automovilismo y tal vez otros deportes individuales en donde gana uno y compiten 25. Ahí tenés que aprender a lidiar con la frustración de que gana uno y que a veces no hay merecimientos", dijo Aramendía, quien fue campeón nacional de Superturismo en 2016-2018.
"No creo en los merecimientos: yo sé que si llevo mi trabajo al máximo tengo chances de poder ganar o de poder cerrar un negocio, pero no sé cuánto está trabajando el que compite contra mí, quizás se está esforzando el doble”, expresó. “
En esa misma línea, agregó: "Sin duda que siempre que uno tiene éxito en cualquier ámbito de la vida es porque tiene un grupo atrás de gente que lo acompaña, que lo ayuda a tomar las decisiones, que lo potencia”.
Aramendía destacó la importancia de saber crear equipos, tanto en el deporte como en el campo profesional. “Tomé buenas y malas decisiones en el armado de equipos porque, como en todo, se hace el camino al andar”, valoró.
“Al final, en automovilismo, me pude vincular con un gran equipo como es el de Peugeot y pudimos ganar dos campeonatos: 2016 y 2018”, ejemplificó, en referencia a la categoría más importante en Uruguay. “Y si había un momento para probarme en el exterior era después de haber salido campeón acá, así que crucé el charco”, contó.
“La situación económica de Argentina colaboró a que me fuera más accesible competir en un circuito mucho más profesional, mucho más técnico y ahora estamos en ese desafío”, relató. “Dije: 'hago uno o dos años para probar' y ahora sigo ahí. Este año dimos un salto más grande que es competir en el TC2000, la categoría más importante de autos de tracción delantera de allá”, explicó.
Aunque Aramendía comentó —desde sus zapatos de corredor de seguros— que “si no ocurrieran los siniestros” los corredores no tendrían “nada que vender”, cuando se pone en modo automovilismo se olvida de eso y piensa en “ir más rápido” y en que “no va a pasar nada”, dijo.
“Gracias a Dios, las medidas de seguridad de hoy en día, tanto en los autódromos como en los autos, son mucho más importantes. Por suerte son muy pocos los accidentes graves que se dan más en autos de turismo que son en los que compito yo”, explicó.
Hoy dice que está dedicado a disfrutar lo que le queda de la carrera deportiva. “Disfrutando el camino, porque finalmente es lo que nos va a quedar en la vida son los recuerdos”, concluyó.