Louis Dreyfus Company (LDC) hace 120 años que desembarcó en Argentina y lleva 20 en Uruguay. “Siempre tenemos una mirada de más largo plazo que atraviesa a los gobiernos y las coyunturas políticas”, señaló su country manager, Alejandro Benvenuto.
“Uruguay tiene la ventaja de la previsibilidad, tiene instituciones sólidas, reglas de juego perdurables y políticas para fomentar las inversiones que trascienden gobiernos. Eso nos incentiva a seguir invirtiendo”, valoró.
LDC está divida en 10 plataformas y opera en más de 100 países. En la región, la principal actividad es de granos y oleaginosas.
“La presencia en Argentina, Uruguay y Paraguay nos permite operar con mucha flexibilidad y adaptarnos a situaciones cambiantes. Para arrancar, nuestra actividad depende de una variable no controlable: el clima”, destacó durante la segunda edición local de Forbes CEO Summit.
Ser “una empresa ágil y flexible” es clave para transitar cambios políticos, sociales y económicos. “Hay sobrados ejemplos en los cuales Uruguay abasteció a Argentina en sus plantas de oleaginosas. Este año estamos trayendo maíz y cáscara de soja desde Paraguay para abastecer a Uruguay. Hay barcos que cargan en Nueva Palmira y se completan en un puerto de aguas profunda como Bahía Blanca; hay mucha complementariedad”, resaltó.