Pocos personajes del fútbol más ariscos que Luis Enrique, pero pocos, también, más interesantes que el entrenador de la selección española de fútbol, esa que arrasó en el debut en Qatar 2022 con un 7-0 sobre Costa Rica.
Haber jugado en el Real Madrid y en el Barcelona ya te convierte en alguien más que interesante, pero convertirte a los 52 años en ultramaratonista, "streamer" y líder de una selección que busca el bicampeonato ya sitúa a cualquiera en otro nivel.
Luis Enrique Martínez García, un asturiano que pasó años en el Barcelona, es el seleccionador de fútbol más en forma del Mundial. Más en forma que unos cuantos jugadores, seguramente. Desde que se retiró en 2004 se hizo fanático de la bicicleta y del ejercidio físico. No deja un día sin ir al gimnasio y cuida su alimentación de forma obsesiva.
Horas antes de la goleada sobre Costa Rica, Luis Enrique se sentó en el rincón que la Federación Española de Fútbol (RFEF) le armó en Qatar y se sumergió en el mundo el "streaming" y su canal de Twitch, en el que habla de todo lo que se le cruza por la cabeza. Por ejemplo, de lo que come.
Qatar 2022: España goleó y alcanzó un récord
"He cenado seis huevos, tres cocidos y tres fritos. También, judías verdes, zanahoria y boniato. Y he acabado con un yogur. No demasiado, porque tampoco quemo mucho".
Esa dieta ultra saludable le permitió bajar de las tres horas en la maratón de Florencia en 2007 o cerrar el Ironman de Frankfurt en diez horas y 19 minutos. ¿Qué hizo en esas horas? Apenas 3,86 kilómetros nadando, 180 en bicicleta y 42 corriendo.
Semejante estado físico le granjea el respeto de sus jugadores, algunos 30 años menor que él, le permite dar todo como entrenador de la selección y absorber una presión mediática y popular que no quiere que caiga sobre los futbolistas.
Pero la actividad física constante y metódica le permite también vencer a sus propios demonios, esos que nunca lo abandonará del todo: su hija menor murió en 2019 de un cáncer de huesos, y la lucha por salvarla le consumió todas sus energías y tiempo, a tal punto que a mediados de ese año renunció al puesto. Su hija murió en agosto y en noviembre regresó al puesto.
En las noches de "streaming" desde Qatar, Luis Enrique recuerda lo que cambió España. Aquel equipo que era "La Furia" y siempre alegaba alguna conspiración para explicar su falta de éxito ya no existe. La España de hoy es una selección sin complejos y que juega bien, algo que comenzó con Luis Aragonés al frente de la selección campeona de la Eurocopa 2008.}
"Cuando yo era jugador, éramos la furia de España, y llegabas a un Mundial y decías: 'pero, ¿dónde vamos con la Furia?'. Nosotros somos listos, somos pillos, y tenemos que jugar con nuestras armas. El balón al suelo y tenerlo lo más posible", explicó.
Al igual que sucedió cuando asumió como técnico del Barcelona tras la salida de Gerardo "Tata" Martino, Luis Enrique amplió los horizontes que Josep Guardiola le había marcado a ese equipo y, por derivación, a la selección. Las transiciones veloces, el pelotazo largo y sorpresivo y el contraataque ya no eran anatema.
"Llenó, en realidad, el campo de centrocampistas, algo no muy distinto de lo que hizo Vicente del Bosque cuando se quedó sin David Villa y Fernando Torres perdió la titularidad", escribió recientemente "El Mundo".
"No le fue mal, hasta que se acabó el amor de tanto usarlo. Éste es un amor de adolescentes, que siempre tienen el riesgo de equivocarse, pero pasión jamás les falta", añadió el periódico español.
Lo de llenar el equipo de centrocampistas es algo con lo que soñaba Del Bosque. En 2013, durante una entrevista, el entonces seleccionador español se explayó sobre el tema.
"Algunas veces digo que todos nos deberíamos sentir un poco centrocampistas, que es tener el sentimiento de querer defender, el sentimiento de querer construir y el sentimiento de querer atacar. Si tenemos diez centrocampistas, seríamos mejores todavía".
Eran los tiempos en que algunos medios italianos acusaban a España de "masturbación táctica", mientras el ex jugador francés Bixente Lizarazu decía que a la seleccion de España "le sobra amor pero le falta sexo". Del Bosque, un hombre habitualmente sereno, respondió con ironía.
"Sería porque el sexo será el meter el gol, ¿no? En fin. Imagino", dijo ironizando sobre el 4-0 del año anterior con que España había derrotado a Italia en la final de la Eurocopa.
"A nosotros no nos ha ido mal. Hemos sabido defender bien con esta forma de juego, hemos sido eficaces, otro estilo no sé si nos lo garantizaría tanto".
Nueve años después, y tras algunos fracasos en el camino, España actualizó ese estilo sin renunciar a la esencia de querer la pelota y hacerse dueño de ella. Las cifras ante Costa Rica fueron impactantes: 1.043 pases intentados y 94 por ciento de eficacia; 67 pases errados y 976 completados. Hubo, incluso, cuatro jugadores españoles que, individualmente, sumaron más pases que toda la selección costarricense. |