VerdeAgua Hidroponia e IBF Negocios hicieron match. Con varios matrimonios empresariales a cuestas, Figuerón reconoce haber encontrado su otra mitad en la firma uruguaya de inversiones que se dedica a la adquisición de empresas. Tras un año de negociaciones, la relación se selló a fines de 2024 cuando IBF anunció la compra del 70% de la empresa. 

Se trata de la apuesta más significativa del año para la firma inversora que el año pasado desembolsó, en total, unos US$ 30 millones en diferentes empresas. Aunque el monto de inversión en VerdeAgua es confidencial, la firma liderada por Figuerón dejó de lado a todos sus otros socios y pasó a tener a IBF como su contraparte exclusiva. 

VerdeAgua actualmente produce en el entorno de 600 toneladas de hortalizas (especialmente hojas verdes) en la zona de Melilla y espera potenciar su producción de la mano de un nuevo invernadero que las firmas proyectan en conjunto. Esta alta tecnología permitirá llevar su operativa al máximo nivel internacional. 

A continuación, un resumen de la entrevista que Figuerón mantuvo con Forbes Uruguay. 

Recientemente IBF Negocios tomó una participación importante como socio mayoritario de VerdeAgua, ¿cómo era su estructura societaria antes de este cambio? 

El proceso con IBF fue bastante particular para nosotros por más que ya estábamos acostumbrados a integrar socios. En 2017 integramos otro equipo societario de dos grupos que eran inversores argentinos, dentro de los cuales unos vinieron a trabajar con nosotros en pos de la profesionalización de la actividad, -cosa que hicieron muy bien, porque fue lo que nos trajo hasta acá- y otros que se integraron únicamente con capital y conocimiento. 

Funcionaban como consultores porque todos eran seniors y hacían una apuesta en la empresa para desarrollarla y hacer crecer nuestro volumen de mercadería bajo la misma técnica y con la misma impronta de empresa B. Esto fue parte de un caso de estudio en Harvard que se aplica hoy. Después, en 2021, integramos otro socio uruguayo con el 10%. 

¿Por qué decidiste avanzar en este sentido con IBF Negocios? 

En el 2023 empezamos las conversaciones con IBF porque queríamos integrar un socio activo, mayoritario y con capacidades en otras disciplinas. Que nos permitiera otro acercamiento al mercado, al mercado financiero también y a la interacción con otro tipo de clientes y en nuevos canales de distribución y de contacto comercial. 

El due diligence llevó un año más o menos y fue un acercamiento que tuvimos a través de una empresa de capital, entramos en contacto con ellos y enseguida tuvimos appeal societario. Estuvimos súper bien alineados en valores y hoy te puedo decir que fue más un acuerdo entre personas que entre compañías. Así lo sentimos las dos partes. 

¿Por qué tomaron una participación mayoritaria? 

Porque los socios que integran IBF fueron seducidos por la propuesta de VerdeAgua y también estaban alineados con nuestro modelo de producción, de triple impacto, de hidroponia y de alimentación saludable y segura. Todo fue muy rápido y sano. La realidad es que cambiamos unos socios por otros. Salieron cinco socios argentinos que habían cumplido con el acuerdo que teníamos e ingresó IBF como un solo interlocutor, lo que fue muy favorable para nosotros a nivel organizacional y de operaciones. 

¿Qué meta se proponen en este nuevo escenario? 

Está todo dado para que haya una pendiente de desarrollo bastante acelerada y que siga siendo muy profesional. La empresa se caracteriza por ser profesional y humana. Para nosotros esta es la gran bandera que IBF comprendió y capitalizó bien. 

¿Cuánto produce hoy en día VerdeAgua? 

En el entorno de las 600 toneladas de hojas. Producimos materia prima en hidroponia, pero a la vez somos procesadores de otros productos. Transformamos los vegetales de hojas en un listo para consumir y vendemos también producto primario -básicamente lechugas con y sin raíz-. 

El 90% de esa materia prima lo transformamos en un listo para consumir: ensalada, la marca Inspirada, mix de hojas de Salanova, ensalada Dúo y hacemos la marca Fresh Market, estamos también con Tienda Inglesa explorando algunas alternativas de producción. 

¿Qué impacto va a tener en la producción esta sociedad con IBF Negocios? 

Esperamos cosas buenas y complementarias. Con IBF encontramos a la pareja perfecta. Todas las áreas en las que teníamos que consultar a un advisor o intervenir de manera más artesanal, IBF ya lo tenía y ellos se integraron como socios e integraron capital para poder desarrollar un invernadero de alta tecnología que está en su fase de montaje, está avanzado a un 50% en su construcción y que va a ser una cosa superlativa en términos de producción y tecnología. 

Va a producir mucho, muy bien y con la última tecnología a nivel de producción en hidroponia de vegetales en Europa, lo estamos colocando en Uruguay con la colaboración de ellos desde el punto de vista financiero y corporativo. Del otro lado, nosotros pusimos toda la parte técnica y práctica y tenemos conjuntamente canales comerciales para introducir. Vino lo que nos faltaba, nuestra otra mitad. 

La relación está siendo muy sana y con mucho futuro. Dentro de nuestros planes está desarrollarnos con esta primera tecnología y convertir lo que ya tenemos que funciona muy bien a través de esta nueva manera de producir que lo desarrolla aún mucho más. 

A la hora de cerrar el acuerdo, ¿hubo algún punto de tensión que te generara preocupación o realmente todo fue color de rosas?

No hubo puntos de discordia. Sí algunas opiniones diferentes, pero era una cuestión únicamente de estilo. Nosotros tenemos en la empresa un muy buen abogado que se encarga de la dirección financiera y de desarrollo, tiene muchos años de due diligence. 

Entonces, por el lado de la empresa había un interlocutor con esas características, muy buenas capacidades de comunicación y muy noble. Y del otro lado había lo mismo. En ese escenario, es muy difícil que no estés de acuerdo. 

Sos fundador de VerdeAgua, ¿qué se siente vender la mayor parte de tu empresa a otro? 

En lo personal sentí, en instancias finales, el impacto del desarraigo. Creo que eso es natural de cualquier persona. Tuve unos días de oscuridad y de rebeldía conmigo mismo. Capaz que es parte de mi inmadurez, pero después todo se acomodó. 

Estás con mucha esperanza, pero decís ¿y si esto no es como yo pienso? 

Pero una sociedad es un casamiento y cualquier casamiento es así. 

¿Qué se puede adelantar de este nuevo sistema de producción?

Optimiza aún más lo que tenemos óptimo. Es el tope del desarrollo que existe para este tipo de producción: agua y energía. Además de la comodidad que supone para el que trabaja. Antes en la agricultura tradicional la persona tenía que estar agachada, doblada, cargando cajones y caminando. 

Este es un sistema móvil que viene hacia la persona por tanto el confort para el trabajador y en el ambiente es increíble. Y a eso se suma que produce mucho por metro cuadrado. Todas esas virtudes resultan de la aplicación del agtech, la tecnología en la agricultura. 

¿Qué problema resuelve esta tecnología enfocada al agro? 

El gran tema que tenemos es que cada vez hay menos productores, que cada vez se necesita maximizar más la producción por metro cuadrado. ¿Quién va a hacer la comida en miedo de tanta app y tanto desarrollador?  Hemos traído una manera de hacerlo que comulga con lo necesario para un mundo sostenible, es muy sostenible y produce mucho por metro cuadrado. De acá para adelante multiplicar esto, migrar a este sistema todo lo que podamos en la medida en que el mercado lo soporte. 

¿Cuánto los ayuda su posicionamiento en triple impacto a la hora de establecerse como proveedores de empresas que cada vez más tienen a la sostenibilidad como condición? 

Esa es la preocupación de los grandes clientes, como McDonald´s. Tienen tres grandes temas: el abastecimiento sistemático y permanente, cómo se producen los alimentos y su trazabilidad y en qué condiciones se encuentran las personas que trabajan allí. Todos los clientes esperan esto, no solo los grandes, y nosotros mediante certificaciones trabajamos para estar alineados. 

El negocio de VerdeAgua es B2B, pero el cliente de nuestro cliente, el ciudadano, también espera eso. Antes lo agradecía, ahora cada vez más lo exige. 

Trabajar en esa línea hace tantos años generó una cultura de trabajo que nos define y es muy disímil a lo que es la horticultura tradicional. No quiero decir que es mejor, es diferente y nos da ciertas garantías: a la empresa, a los clientes y a las personas que trabajamos acá. 

¿Cuál es su tasa de crecimiento anual?

Crecer para nosotros hoy es una necesidad, no es solamente un plan estratégico y estamos súper preparados. Nos gusta medirlo en volumen, en kilos por metro cuadrado, estamos en el entorno de un 25% interanual.

¿Pensaste en emprender otro proyecto?

Pensé en pensar. Supongo que en un momento de tu vida pensás en qué hago si no hago esto, pero ahora no me imagino en un lugar distinto. Tengo un montón de intereses, pero no terminé de aprender esto bien así que no sé cómo voy a hacer para hacer otra de buena manera, pero siempre va a ser por el lado del agro y de los vegetales. 

¿Cuál fue la primera vez que plantaste? 

No me acuerdo porque lo hago desde siempre. Tengo fotos de muy chico en blanco y negro, a los tres años, acariciando a una planta. Seguramente haya sido con mi abuela en el jardín. 

Me gusta mucho estar rodeado de plantas. Con mi esposa tenemos un fondo lleno de distintas plantas, a ella le gustan mucho las ornamenta les y hacemos una buena dupla. He plantado millones y miles de árboles. 

¿Cómo te imaginás VerdeAgua en 10 años? ¿Crees que vas a estar en el mismo rol? 

Dentro de 10 años todavía no me voy a haber jubilado. Siendo franco, me imagino que no voy a estar en VerdeAgua, pero seguro voy a estar en VerdeAgua. Mi imaginario quiere creer que no, pero seguro sí, no sé si en el mismo rol, pero esto tiene 25 años y han pasado muy rápido. Todo fue bueno, sano, limpio y me ha desarrollado mucho. 

En alguna medida estoy compitiendo contra un sistema natural y venimos empatados, mi meta sería ganarle porque la producción hortícola tiene mucho para dar. Por el bien de todos los que me rodean espero estar en un rol menos activo que el que ocupo ahora, pero, en definitiva, creo que voy a morir en esta. No me imagino lejos de acá.

FOTOS: LEONARDO MAINÉ

*Este artículo fue publicado originalmente en la edición impresa de Forbes Uruguay de febrero de 2025. Para suscribirte y recibirla bimestralmente en tu casa, clic acá.