En los países desarrollados se estima que un 50% de los pacientes sigue mal las instrucciones médicas. Estos errores suponen un costo de US$ 42.000 millones al sistema sanitario y tienen un fuerte impacto en la salud, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La empresa uruguaya Pills & Care surgió para dar respuesta a esta falta de adherencia a los tratamientos farmacológicos y ahora se prepara para un crecimiento exponencial en Europa y el desarrollo de nuevos pilotos en América Latina.
Fundada en 2017 con el objetivo de brindarle a las personas un mayor control sobre sus tratamientos médicos, la compañía derivó en la creación de una plataforma integrada por dispositivos de hardware y software diseñados específicamente para solucionar este problema, que abarca no sólo al paciente sino también a su familia y al personal de la salud.
La idea surgió a raíz de la situación que vivió la abuela del hoy CEO de Pills & Care, Rodrigo Arias. Hace 15 años comenzó de a poco a no tomar correctamente los medicamentos de noche. La acumulación de errores determinó que empezara a hacer derrames cerebrales, recordó.
Cuando años después vivió una situación similar con la abuela de su esposa, trató de conseguir un producto en el mercado que la ayudara a seguir su tratamiento. No encontramos nada, ni acá ni en el mercado internacional. Ahí decidimos con mi socio, Robert Pérez, y mi esposa, Lucía Lueiro, hacer una solución para este tipo de problemas, repasó Arias, quien es ingeniero electrónico y ya había probado suerte como emprendedor.
El dispositivo, que comenzaron a desarrollar hace ya seis años, ofrece hoy el acceso a datos sobre el tratamiento farmacológico en tiempo real, brinda seguridad al paciente que debe tomar varios medicamentos al día y permite a los profesionales de la salud acceder a información inmediata sobre la adherencia.
A su vez, permite un almacenamiento controlado de los medicamentos y brinda información sobre la interacción con otros fármacos.
Patente Aprobada
Si bien cuenta con varios productos que interactúan entre sí, la estrella de Pills & Care es el dispensador automatizado.
Es el hardware que hicimos y está patentado. Entrega una dosis a la vez, se puede identificar al paciente por el reloj (smartwatch que forma parte del catálogo de productos de la firma), se sabe a qué hora se recogió la medicación, se puede dar medicación de rescate y darla de forma remota, explicó el empresario.
Además, este dispensador tiene conexión de Bluetooth y, mediante sensores, mide la presión, el pulso y la glucosa en sangre. En síntesis, posibilita un amplio control del tratamiento del paciente en una sola plataforma.
El aumento de las funcionalidades del producto con el paso de los años permitió ampliar el público objetivo, que en un comienzo estaba focalizado en personas mayores. Actualmente, lo utilizan personas con tratamientos de fertilidad, pacientes oncológicos y familias con niños que toman medicación, entre otros.
En este caso, la madre o el padre pueden liberar medicación remota, no tiene que dejar medicación al alcance ni delegar la administración al cuidado, agregó Arias.
La interacción entre la app de Pills & Care y el hardware permite, a su vez, que el médico y el químico farmacéutico tengan toda la información. Si hay un cambio en el tratamiento, lo carga el médico o el químico y se ajusta. El paciente toma en función a las nuevas indicaciones sin tener que hacer nada más, afirmó Arias.
Entre las nuevas incorporaciones cuenta con la posibilidad de insertar en el dispensador un blíster precargado de medicamentos por una institución médica o por una farmacia, utilizando el equipo de Pills & Care para la carga de blisters.
La Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y la incubadora de empresas de base tecnológica Khem fueron aliados fundamentales en los comienzos.
El primer paso fue validar la idea de negocio, un proceso que llevó seis meses. Luego, un año más para el desarrollo de prototipos y la solución en sí misma.
Lo que empezó siendo un dispensador que se dejaba en la casa y daba medicación a una hora terminó teniendo muchas funcionalidades diferentes, porque era lo que la gente necesitaba, explicó Arias.
En el segundo año se enfocaron en realizar mejoras al sistema y sumar a lo que ya tenían la generación de blisters, que comenzaron a venderse en farmacias en España. Allí el mercado estaba más evolucionado y tuvo una mejor recepción del producto.
Así, llegó el momento de salir a buscar financiación para construir el hardware a mayor escala. La encontraron en un inversor ángel que invirtió US$ 180.000 y se transformó en socio de la empresa.
Despega la fabricación
En la actualidad, Pills & Care comercializa sus productos en Europa, mayormente en España, Italia y Suecia, donde los principales clientes son farmacias.
La buena recepción del producto en el viejo continente llevó a uno de los distribuidores a solicitar un subsidio en la Comunidad Europea para fabricar allí nuevos dispositivos.
Este año vamos a hacer producción más grande de dispositivos para salir al público masivo a mitad de año. Ya está aprobado el subsidio para empezar la fabricación. En vez de fabricar en China y armar acá en Uruguay, vamos a armar ahora en Islas Canarias, indicó Arias.
Con la experiencia recabada en Europa, y los 400 clientes que ya tienen, apuestan ahora a crecer en América Latina, comenzando por Uruguay, y con la realización de pilotos que ya están corriendo en Chile y Brasil.
A los 500 dispositivos fabricados inicialmente se sumarán este año otros 3.000. Hacer la producción de todo el desarrollo hardware, software y producir los primeros dispositivos implicó una inversión de US$ 300.000.
Ahora cada aparato tiene un costo de producción de US$ 100. La idea es el otro año llegar a los 6.000, es un crecimiento exponencial. Y tenemos moldes para llegar hasta 50.000 aparatos, afirmó Arias.
Ahora, el objetivo es seguir creciendo de forma orgánica. En momentos en que tuvimos que elegir si agarrar una inversión grande o no, decidimos crecer orgánicamente, a medida que se vayan aumentando las ventas. Es más lento el proceso, pero es lo que a nosotros nos llevó a sobrevivir, sostuvo el empresario.
Los planes para acceder al dispensador van desde un alquiler mensual de US$ 25 por dispensador hasta su venta a unos US$ 220. La combinación de planes es variada en función de los productos solicitados y el modelo de adquisición.
Hoy en la empresa somos seis. Lo bueno es que tampoco necesitas tantas personas para funcionar. Tenés un revenue muy grande. De los costos, muy poco se va en personal. Los márgenes de ganancia son grandes, no tenés mucho costo fijo, señaló.
FOTOS: LEONARDO MAINÉ
*Este artículo fue publicado en la revista Forbes del mes de JUNIO