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UE-Mercosur se juegan a firmar en diciembre de 2023, con addenda ambiental y laboral tras asunción de Lula

Carlos Montero

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El objeto de incumplir la promesa es evitar nuevas idas y venidas de contrapropuestas, ante los riesgos de “desindustrialización” acusados por el reelecto mandatario brasileño.

29 Noviembre de 2022 18.21

La Unión Europea (UE) no enviará a la cumbre presidencial del Mercosur en Montevideo la addenda (acuerdo agregado) para salvar como está el texto de 2019 del tratado birregional. El fin será esperar la asunción el 1° de enero de Luiz Inácio “Lula” da Silva en Brasil y negociar con su equipo las condiciones ambientales y laborales a agregar a las empresas de ambos bloques, si desean exportar con rebajas en más del 90% de su universo arancelario, confirmaron a Forbes Uruguay este martes altos diplomáticos europeos y negociadores del esquema integrador del Cono Sur. 

El objeto de incumplir la promesa es evitar nuevas idas y venidas de contrapropuestas, ante los riesgos de “desindustrialización” acusados por el reelecto mandatario brasileño, y consensuar con su gabinete económico un texto que satisfaga sus reclamos, porque de ambos lados de las tratativas hay voluntad política y necesidad que el acuerdo se rubrique en diciembre de 2023.   

Un diplomático de Bruselas justificó a Forbes Uruguay: “La administración brasileña está cambiando y aún no está el equipo con quien podemos hablar y aclarar sus intenciones en temas muy importantes como protección del medio ambiente, biodiversidad e indígenas” en la addenda. 

"Los socios de Mercosur saben que estamos hablando y mantenemos un flujo muy bueno de información. Pero sin nuevo gobierno es muy difícil saber por dónde irán. Una cosa son promesas de campaña y otra cosa las intenciones que nos comunicarán. En eso estamos y compartimos con Mercosur que ojalá se firme pronto. Hacerlo posible bajo la presidencia española del Consejo Europeo, en la segunda mitad del 2023. Si todos trabajan, será posible”, aclaró el informante.

Últimas dos vallas

El memo del alto negociador, antes de volar a la cumbre de sus socios en Montevideo (que será el 5 y 6 de diciembre), fue conciso este martes 29 ante su contraparte. "UE ojalá se firme pronto”, escribió, y confirmó que ante la sede del Mercosur o cualquiera de los cuatro países socios la “UE no presentó aún instrumento adicional y no termina de cerrarse Indicaciones Geográficas / Usuarios previos”. 

En pocas palabras, son los dos obstáculos remanentes para firmar el TLC con Unión Europea que naciera como un tratado marco hace 27 años y terminara de redactarse hace solo tres. Firmas de 31 países —con 750 millones de almas y 20% del PIB mundial— pasarían a ahorrarse más de 4.000 millones de euros en impuestos aduaneros gracias a las rebajas arancelarias

Bandera Unión Europea. Fuente: Wikimedia Commons.
Bandera Unión Europea. Fuente: Wikimedia Commons.

Esto se traduce en que quedará el camino libre para signarlo, tras ese “instrumento adicional” de compromisos y castigos, por el que no se beneficiará a bienes producto de daño ambiental por deforestar la Amazonia o el dumping social, por esclavitud de mano de obra indígena o bajo salario obrero. 

28 años para tratado UE-Mercosur

En el IV Forum Energético Europeo en Montevideo, a inicios de noviembre, se confirmó el compromiso de UE de entregar a la cumbre de cancilleres y presidentes del Mercosur una addenda ambiental ampliada a lo laboral, con sanciones y carácter vinculante, para los países y empresas que exporten sin una protección de esas áreas. 

En borrador y consultas desde setiembre pasado, ese paso pretende dar luz verde al tratado birregional, negociado en lo comercial desde 1999 y firmado en diciembre de 1995 en Madrid. Sin embargo, las ofertas mutuas terminaron fraca

sando en Lisboa en 2004 por insuficientes y se empantanan la siguiente década por crisis en Paraguay, Brasil o la suspensión de Venezuela. 

Sede del Mercosur en Montevideo. Fuente: Wikimedia Commons.
Sede del Mercosur en Montevideo.

El acuerdo birregional concluido en 2019 fue trancado a posteriori por gobiernos europeos con intereses en la producción de commodities y una Francia que acusaba a la deforestación con Jair Bolsonaro de poner en riesgo los acuerdos

 climáticos globales de París lanzados en 2015. En paralelo, aprovechaba para no erizar a sus agricultores con aumentarle competencia del sur, justo en los meses previos a las elecciones presidenciales que al final ganó Emmanuel Macron.

Guerra descongeló acuerdo

Mercosur recuperó importancia para UE en 2022. La guerra en Ucrania cambió las prioridades europeas por sustituir buena parte del gas y petróleo rusos por proveedores “confiables”, no solamente del entorno mediterráneo sino incluso a través del Atlántico desde EE.UU. y Brasil, donde Petrobras expandió búsqueda y extracción oceánica hasta los países del oeste del África. Al país chico, que no tiene crudo probado, lo tentaron con proyectos de hidrógeno a largo plazo.   

Forbes Uruguay consultó al alto representante de la Unión Europea en Política Exterior, el español Josep Borrell, si al ampliar la addenda de lo ambiental a lo laboral, la comunidad se cubría de críticas de Lula contra una eventual desindustrialización de sus socios. “No me haga usted hacer juicios de intención, ni interferir en los procesos electorales en ningún país, pero en todos los acuerdos que hace la UE, la cuestión laboral está muy presente. También es una forma de alterar nuestros valores políticos y alterar el juego de la competencia”, respondió. 

Zanahoria europea de premio

Para que el tratado, hoy frenado, sea aprobado por gobiernos y parlamentos de los socios del Mercosur, Josep Borrell blandió la zanahoria de premio: "Uruguay tiene tres millones de habitantes y alimenta a 30 millones; podría alimentar a 50 millones". Anhelaba "que, para fin de año, la UE presente el documento que plantea nuestras preocupaciones ambientales". 

Josep Borrell, canciller de UE. Fuente: Wikimedia Commons.
Josep Borrell, canciller de UE. Fuente: Wikimedia Commons.

El canciller uruguayo Francisco Bustillo destacó a Forbes Uruguay "la ventana de oportunidad" del trato en 2023. "No la debemos dejar pasar; estamos realmente cerca”, dijo, y pidió “que todos nos remanguemos" para cerrar el acuerdo “y agregados vinculantes en las presidencias de España en UE y Brasil en Mercosur”. Sin embargo, el ministro optó por guardar prudencia previsora. 

Al ser consultado sobre si llegaría la addenda a la cumbre en Montevideo, aclaró tener "esa expectativa, pero no me animo a afirmar que suceda". Borrell, al lado, alabó que "Uruguay con su presidencia pro témpore nos ha puesto a todos los puntos sobre las íes y puso los deberes". 

Negociadores de Bruselas justificaron a Forbes Uruguay el actual incumplimiento de su jefe: “Es que no conocemos aún al equipo de gobierno o línea económica de Lula y sus socios de otros partidos en el gobierno, para poder ofrecerle al Mercosur un agregado, que no obligue a reabrir el tratado ya concluido, y así firmarlo en la cumbre de diciembre del 2023”.

Marcas geográficas: última valla a empresas

Un jefe negociador de los países del Mercosur indicó a Forbes Uruguay que el centro de los duros reclamos de las regiones europeas refiere a las “indicaciones geográficas" presentes en tantos productos originados en zonas del Viejo Mundo que luego se globalizaron, como el caso del champagne.

El tratado birregional complicará a un quesero coloniense al querer exportar roquefort o a una bodega que coloque en el exterior un vino con etiqueta que aluda a las burbujas de Champaña. 

Un alto funcionario europeo explicó a Forbes en la capital uruguaya que, “dentro del acuerdo con Europa, los países del Mercosur negociaron excepciones. El uso de nombres protegidos o de indicaciones geográficas son excepciones a documentar. Si un productor necesita utilizar uno, debe presentar pruebas a UE que verdaderamente ha seguido utilizando estos nombres”.  

Champagne
Champagne

Excepciones habrá en unos ocho rubros en los que la UE permitirá exportar si una empresa prueba ser un “usuario previo”, generando una especie de derecho adquirido similar al que se asigna en algunos casos al ocupante de un terreno que logre demostrar haberlo habitado por varias décadas. Dentro de los países del Mercosur, Argentina y Uruguay no presentaron aún dichas pruebas para conformar la lista de productores de los cuatro países que podrán usar nombres protegidos. 

Por ello la Comisión de Comercio del Mercosur, que se reúne este 1° de diciembre previo al inicio de la cumbre, alberga este tipo de debates en 21 comités técnicos como problemas de exportación intraMercosur, normas técnicas, propiedad intelectual de marcas o indicaciones geográficas. Por estas, un frigorífico uruguayo no podría ofrecer carne ovina como corderito patagónico, sin pelearse con la familia Kirchner.

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