El Consejo Fiscal Asesor (CFA), creado en 2021 como un órgano técnico, honorario e independiente, advirtió sobre el anuncio de futuras rebajas impositivas que realizará el presidente Luis Lacalle Pou, al señalar "riesgos de posible revisión del proceso de consolidación fiscal en términos estructurales”.
En su “Informe sobre el cálculo del Resultado Fiscal Estructural al cierre del año fiscal 2022”, publicado este lunes, el consejo —conformado por los economistas Alfonso Capurro, Ana Fostel, Aldo Lema y el secretario ejecutivo Ignacio Umpiérrez—, indicó que “por el lado de los ingresos estructurales no hay una mejora del crecimiento potencial consistente con un mayor ritmo de expansión fiscal permanente”.
La referencia es a la decisión del gobierno de modificar el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto a la Asistencia de la Seguridad Social (IASS), que será anunciada el 2 de marzo. Sobre el diseño de esta modificación impositiva, aún no hay información oficial y tampoco el CFA tiene detalles al respecto, pese a que ha mantenido reuniones con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)
“Dado el contexto actual, cualquier impulso fiscal, independiente de su destino y magnitud, tendrá impactos directos sobre la posición fiscal estructural de no verse compensado por ahorros estructurales en las partidas de gasto”, expresó el CFA.
El resultado fiscal efectivo del ejercicio 2022 fue un déficit de 3,0% del Producto Interno Bruto (PIB), pero atendiendo ajustes extraordinarios y cíclicos (ingresos afectados negativamente y egresos afectados positivamente por el ciclo económico), los técnicos estiman que el resultado fiscal estructural arroja un déficit de 2,4% del PIB.
A su entender, una expansión de las partidas más discrecionales del gasto público, como son la inversión y los gastos no personales, que se realicen por encima de la tasa de crecimiento del Producto Bruto Interno (PIB) potencial, “podría tensionar el cumplimiento del segundo pilar de la regla fiscal, dada la rigidez del resto de los egresos del Gobierno Central-BPS" y riesgos de desinflación (porque una menor inflación puede generar un aumento real de los gastos).
"Sesgos procíclicos"
El consejo recordó que toda expansión fiscal que sea de carácter permanente puede implicar “riesgos de deterioro en la posición fiscal estructural" si se incrementa el gasto o las reducciones impositivas con base en una mejora que sea transitoria. Además, indicaron, podría generar eventualmente “sesgos procíclicos en la política fiscal”.
En una conferencia de prensa que realizó el CFA este mediodía, Lema profundizó en este punto:
“Hay que ser cuidadoso y prudente de anunciar algunas rebajas de ingresos estructurales, apelando a cuestiones cíclicas. Por ejemplo, que la economía haya crecido más de lo que se estimaba originalmente en el 2022 es una cuestión más bien cíclica y debe llevar a tener cuidado a usarlo como justificativo de una renuncia de ingreso estructural o un mayor gasto estructural que podría ser el caso en otros escenarios", dijo.
El economista ofreció otro dato adicional: “A pesar de que la economía creció 5% o más en 2022, incluso en el debate cíclico la recaudación creció significativamente menos que eso en el promedio del año, lo cual es una luz amarilla para mirar con atención, seguir monitoreando. Puede haber alguna dinámica específica de lo que fue el rebote de 2021, la desaceleración que mencionábamos de 2022, pero es un tema que en el terreno de lo cíclico ya es como para monitorear”.
Por su parte, Capurro aclaró que el consejo “no afirma que esto sea una reversión que condicione o afecte la sustentabilidad de las finanzas públicas, pero sí es un riesgo de posible reversión de la consolidación fiscal”.
Faltan detalles sobre el diseño
La rebaja impositiva fue un anuncio realizado por Lacalle Pou durante su campaña y reiterado el año pasado durante su discurso en la Rendición de Cuentas. En la presentación de la situación fiscal y perspectivas macroeconómicas del Uruguay que tuvo lugar la semana pasada, la ministra de Economía Azucena Arbeleche fue consultada al respecto del alivio tributario.
“En este momento se puede dar ese paso de dar un beneficio concreto, directo, en el bolsillo de los uruguayos gracias a la buena conducta fiscal que todo el gobierno ha tenido”, aseguró.
En el documento, el CFA aclara que hasta el momento no cuentan con los detalles acerca de la magnitud, la composición y las fuentes de financiamiento de las rebajas impositivas. Por ese motivo, indicaron, no fue posible realizar “un abordaje con mayor profundidad”.
Al respecto, expresaron: "Se considera relevante que el MEF explicite estos elementos y que cuantifique el impacto de estas medidas en el RFE (Resultado Fiscal Estructural) y en materia de sostenibilidad fiscal, permitiendo así su evaluación al CFA, a las agencias calificadoras de riesgo, al mercado y a toda la comunidad interesada. Esto debería ser analizado con independencia del impacto en términos de distribución del ingreso o asignación de recursos, temas sobre los cuales el CFA no tiene atribuciones ni cometidos”, agregaron.
“Entendemos que estamos acercándonos a un horizonte de menor holgura fiscal. Esto no quiere decir que la sostenibilidad fiscal esté en riesgo, simplemente que las holguras fiscales provenientes del ciclo que tuvimos en los últimos dos años se van de alguna forma agotando y eso hace importante tener un criterio de mayor prudencia a la hora de evaluar medidas de política", resumió Capurro.
Aunque resta esperar a los detalles que se conocerán el 2 de marzo, el economista explicó que esta decisión en el largo plazo podría "reducir el espacio que tiene la política fiscal para actuar contracíclicamente”.
Dólar y fondo COVID
Un riesgo identificado por el informe es el desalineamiento cambiario (un tema al que el MEF se refirió en los últimos días), que podría incrementar “el ratio de deuda sobre el PIB, tal como se desprende de los análisis de riesgo para la trayectoria de la deuda presentados por el MEF en la Rendición de Cuentas del ejercicio 2021, aún sin que necesariamente se incumplan los tres pilares de la regla fiscal vigente". Esto se debe a que, si el dólar sube, el PIB expresado en dólares sería menor y como consecuencia aumentaría el ratio deuda/PIB.
Otro riesgo mencionado por el CFA es vinculado a los fondos utilizados para cubrir necesidades que surgieron de la emergencia sanitaria (Fondo COVID): “La reversión del gasto correspondiente al Fondo COVID-19 prevista para 2023 no debería interpretarse como un espacio fiscal estructural, ya que es un componente extraordinario”, señaló el informe de los economistas, cuyas recomendaciones son técnicas, no vinculantes.
Si los gastos que contempla ese fondo se mantuvieran, el déficit fiscal estructural sería de 3% del PIB en lugar de 2,4%, indicaron los técnicos en la conferencia. Parte de los gastos incluyen las vacunas, que es posible que se vuelvan un gasto estructural (si bien cayeron de precio aceleradamente).
Valoraciones positivas
El CFA también resaltó varios puntos alentadores. Se valoró positivamente el cumplimiento de la regla fiscal por tercer año consecutivo en sus tres pilares: resultado fiscal estructural, gasto real primario y endeudamiento neto del Gobierno Central.
Este logro fue acompañado por una mejora en la percepción que tienen los mercados financieros sobre Uruguay. El CFA indicó que esto se refleja en la calificación crediticia del país y en “la consolidación de un spread soberano (riesgo país) históricamente bajo", lo que favorece la sostenibilidad de las finanzas públicas.
El spread soberano —una medida de riesgo país que refleja el costo en tasa que paga Uruguay respecto de EE.UU por endeudarse— ha fluctuado en torno a los 100 puntos básicos, es decir, cerca de los mínimos históricos para la deuda uruguaya.
“Es importante que Uruguay se ha consolidado como el país de América Latina con el menor riesgo país a pesar de no tener la mejor calificación crediticia”, dijo Fostel.
En este sentido, Fostel el ranking de calificación crediticia de Fitch (la calificadora que, pese a que le otorga el grado inversor le da la menor nota que el resto a Uruguay). EN la comparación regional, el país "se destaca como el único que disminuyó su spread soberano en relación a la prepandemia” (31 de diciembre de 2019 versus 31 de enero de 2023).