Los consumidores cambiaron rápidamente su comportamiento, mucho antes de que se decretara la emergencia hídrica en la zona metropolitana. Apenas se empezó a sentir el cambio del sabor del agua de la canilla y el gobierno recomendó beber agua embotellada, los habitantes de esta área cambiaron radicalmente su consumo.
A partir del sábado 6 de mayo, los supermercados han experimentado un incremento acelerado en la demanda, con ventas que se duplicaron día a día y alcanzaron un pico máximo, multiplicándose por cinco, explicó a Forbes Uruguay Ana Laura Gudynas, gerenta de Insights & Analítica de Id Retail.
A raíz de la histórica sequía, el agua de OSE duplicó sus niveles de cloruro de sodio y contiene ahora unos elementos llamados trihalometanos, que han sido señalados por la Facultad de Química de la Universidad de la República como dañinos. Ya sea por sabor y/o por salud, una cantidad masiva de gente dejó de consumirla prácticamente de la noche a la mañana.
Si bien el uruguayo ya consumía agua embotellada para tomar sola, a esto se le sumaron más usos: el mate, el café o té, el uso para cocinar, agua para mascotas y hasta usos más excepcionales como lavado de verduras. Según el relevamiento del gobierno, en el país se compraban 330 millones de litros de agua embotellada al año. A su vez, detectó que se consumen 290 millones de litros de refrescos por año y 211 litros de aguas saborizadas.
Esta repentina demanda ha generado desafíos para la cadena de abastecimiento, ocasionando los primeros quiebres de stock en los comercios. Por un lado, muchos hogares, ante esta nueva situación y el estrés asociado, decidieron sobreabastecerse, lo cual contribuyó al incremento de la demanda", señaló Gudynas.
Los primeros días tras el anuncio era usual tener que recorrer más de un establecimiento para encontrar agua sin gas y que mucha gente tuviera muchos bidones en su casa por miedo a que se acabara. Algunos supermercados tuvieron que topear la cantidad de litros de agua que se puede llevar por persona.
"Por otro lado, la alta demanda hizo difícil mantener el ritmo de reposición de productos, ya que las botellas y bidones se vendían rápidamente. No obstante, la cadena de distribución se adaptó a este aumento en la demanda y, según nuestro índice mayorista, la colocación de agua embotellada en los distintos comercios se multiplicó por seis desde mayo, dijo Gudynas. Los datos surgen del sector de Retail Audit, Retail Scanning & Índice mayorista de la consultora.
En la primera quincena de junio, las ventas se han mantenido relativamente estables (respecto a mayo, dentro de esta inestabilidad coyuntural), aunque un 10% por debajo de la última quincena del mes anterior.
Por otra parte, el bidón de agua sin gas ganó peso en la venta y hoy representa un 45% del total. Los packs de botellas también aumentaron y treparon del 9% al 12%. El mercado del agua movía, antes de la crisis, $ 6.000 millones al año en el país, según relevó el gobierno.
La oferta se amplió
Un fenómeno que se dio en estos meses de crisis hídrica es que cadenas que siempre tenían una o dos marcas de agua envasada empezaron a ofrecer más variedad de marcas para cubrir su nueva demanda repentina. Incluso, empezaron a verse marcas en grandes cadenas que eran prácticamente desconocidas antes de la crisis hídrica.
Según un relevamiento del gobierno, en el país existen 66 marcas de agua envasada; tres son grandes empresas, seis son medianas y 57 son pequeñas y micro empresas. Las tres empresas grandes tienen un 77% del mercado. Hay tres empresas que importan agua (de Noruega, Francia e Italia). Se importan unos 56.000 litros por año.
A nivel nacional, el mercado de agua embotellada en mayo de 2023 experimentó un crecimiento del 68% en comparación con abril de 2023 y casi duplicó las cifras del mismo mes del año anterior (mayo de 2022). En el caso específico de Montevideo y zona metropolitana, el mercado de agua embotellada creció un 121% respecto a abril de 2023 y un 140% en comparación con mayo de 2022, dice el informe de id Retail.
Los anuncios del gobierno del lunes 19, cuando se decretó la emergencia hídrica, incluyen la exoneración de impuestos al agua embotellada (IVA e Imesi). Según datos del Área de Defensa al Consumidor del Ministerio de Economía (MEF) que fueron relevados en más de 500 establecimientos entre el 8 y el 14 de junio, la botella de agua (de entre de 2,25 y 2,5 litros) tenía un precio de $ 63, mientras que los precios de los bidones (contienen entre 6 y 6,25 litros) promediaba $ 124,5. Luego de que se aprobó el proyecto de ley de exoneración impositiva, los precios bajaron.