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Qué es el fenómeno del "doomspending" y por qué la incertidumbre económica lo dispara

Laura Marajofsky

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¿Puede la ansiedad o el miedo a la incertidumbre generar más deseos de comprar de los necesarios? ¿Cómo impactó la reciente asunción de Trump en las trends de online shopping?

19 Abril de 2025 08.30

Según un reporte reciente de CreditsCards.com, al menos el 20% de los estadounidenses han estado gastando de más o incurriendo en compras sin utilidad, también llamadas "doomspending". El consumo impulsivo es la compra no planificada de productos o servicios, motivada por emociones, deseos inmediatos o estrategias de marketing. Se diferencia del consumo racional, donde se evalúan necesidades, precios y beneficios antes de comprar. ¿Cómo se intersecta esta tendencia con otros fenómenos como la ansiedad política, la hiperconexión y la cantidad de horas que pasamos online o hasta el "retail therapy"?

Para todo el que estudia la economía del comportamiento estos datos pueden no resultar sorprendentes, pero, aunque parezca contradictorio, a más incertidumbre sobre algún hecho político o de la realidad más cercana, más propensos nos volvemos a realizar compras inútiles o manifestar tendencia al shopping compulsivo. Esto se debe a que los efectos de la inestabilidad económica, la inflación y la precariedad laboral influyen en la percepción que tenemos sobre nuestro futuro financiero, con especial incidencia en los más jóvenes.

Esta es una generación que vive signada por la sensación de que nunca podrán alcanzar el nivel de calidad de vida y tranquilidad que sus padres (o sus abuelos boomers, para el caso), ya sea en relación a la compra de una vivienda, un ahorro sostenidos o hasta inversiones diversificadas en distintos bienes y con vías a la planificación de su retiro. Esto, aseguran los especialistas, provoca una mentalidad "carpe diem" que puede, acoplada con las dosis de inseguridad económica y financiera que hoy día viven, llevar a gastar en bienes de lujo y experiencias como viajes y ropa de diseño.

¿Cómo llegamos al doomspending?

Lo que el sitio IMPACT reporta es que 1 en 5 norteamericanos han caído en el doomspending, es decir, casi el 20% de los estadounidenses gastan de más. Pero, ¿cuánto de nuestro miedo al futuro está influyendo en nuestros gastos?, se preguntan. Una de las principales causas es la ansiedad ocasionada por las políticas y medidas de Trump y las tarifas arancelarias anunciadas a múltiples países en las últimas semanas.

Shopping, centro comercial, moda, ropa (Pixabay)
 

En este sentido, desde la elección presidencial, el 28% de los estadounidenses ha hecho una compra de US$ 500, mientras que otro 21% piensa hacer una compra grande pronto. A su vez, de aquellos que ya han hecho una compra grande, el 52% dicen que las tarifas planificadas por Trump impactaron en su decisión de realizarla "antes de que la situación económica empeore". Otras razones por las que se compra o cae en el shopping compulsivo, según el reporte de CreditsCards.com, son el aumento de productos comestibles de consumo diario como huevos y carnes, también drogas de prescripción médica, artículos de la casa y pasajes.

Asimismo, hay que tener en cuenta que la ansiedad se ve acrecentada por un comportamientos ya conocido y asociados al uso de redes sociales e Internet como el doomscrolling (pasar mucho tiempo navegando la web y exponiéndose a noticias negativas o angustiantes), sobre todo a través de contenido político. Otro hecho que no sorprende es el aumento de las perspectivas pesimistas en relación al cambio climático, la economía o las causas de justicia social, en un contexto de avanzada conservadora en lo político sobre todo estos temas. Y es que si a la situación sociopolítica actual en EE.UU. (y en otros lugares como Europa o Argentina), se le suma incertidumbre económica y a ese mix se agrega la sobre conexión y exceso de información, parece una receta para el desastre.

Desde IMPACT también explican que cuando alguien está triste, enojado o se siente sobrepasado se vuelve más propenso a realizar compras compulsivas para calmar sus nervios y disparar la dopamina, un comportamiento que es también conocido y rotulado como retail therapy: comprar ítems que no son necesarios durante tiempos estresantes o inciertos como estrategia para aliviarse. Lo cierto es que aunque estos comportamientos pueden generar placer o satisfacción en el momento, tienen un costo real: aumento de la deuda de tarjeta con intereses imposibles, aumento de la delincuencia asociada a las tarjetas crédito y hasta un aumento en los residuos y contaminantes a causa del consumo en exceso.

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Otra encuesta realizada por Intuit Credit Karma muestra una realidad similar: el 96% de los estadounidenses se sienten preocupados por el estado actual de la economía y el 27% ha admitido recurrir al gasto como forma de aliviar el estrés. Esta conducta no es exclusiva de EE.UU., ya que en países como Colombia y España, el "doomspending" también se ha manifestado entre los jóvenes, explican desde El Confidencial. Un ejemplo de gastos compulsivos es la compra de ropa de lujo y gadgets tecnológicos.

¿Cómo impactan las tarifas de Trump y otras medidas en los consumidores?

Lo que todos estaban esperando finalmente sucedió cuando Trump anunció las tarifas que EE.UU. va a aplicar sobre productos extranjeros. El café colombiano, el vino argentino, el salmón chileno o el camarón ecuatoriano son solo algunos de los productos latinoamericanos que deberán abonar un arancel del 10% impuesto por el gobierno estadounidense, siendo los bienes latinoamericanos algunos de los tantos damnificados por las nuevas políticas de la administración republicana.

Los mercados financieros reaccionaron negativamente ante el anuncio con caídas en los principales índices bursátiles y un aumento de la incertidumbre sobre el crecimiento económico global. Así, se aplicó una tarifa mínima del 10% a países de América Latina como Brasil, Chile, Colombia, Bolivia, Perú, Argentina y Ecuador. Para Nicaragua y Venezuela, Trump reservó tarifas especiales más elevadas que para el resto de la región.

Como contracara de esta situación, una nota reciente de The Guardian comenta que una cuarta parte de los compradores estadounidenses han abandonado sus tiendas favoritas por posturas políticas. Una nueva encuesta realizada por la firma Harris también reveló que 4 de cada 10 estadounidenses han ajustado sus gastos para alinearse con sus posturas éticas e ideológicas en los últimos meses: "Los estadounidenses están cambiando sus hábitos de compra e incluso abandonando sus tiendas favoritas en respuesta a las corporaciones que han modificado sus políticas públicas para alinearse con la administración Trump. Esto indica que los consumidores con ideas liberales están empezando a usar sus bolsillos para responder a la política en el sector privado".

ecommerce (Pixabay)
 

El 31% de los estadounidenses declaró no tener interés en apoyar la economía este año, un sentimiento especialmente compartido por los consumidores más jóvenes (generación Z: 37%), afroamericanos (41% frente al 28% de los blancos) y demócratas (35% frente al 29% de los independientes y el 28% de los republicanos). Una cuarta parte (24%) de los encuestados incluso dejó de comprar en sus tiendas favoritas debido a sus ideas políticas (negros: 35%, generación Z: 32%, demócratas: 31%). Este sorpresivo dato marca una interesante contracara del fenómeno del doomspending, en el que se ve ansiedad vinculada al futuro que deriva en comportamientos compulsivos, pero por otro una conciencia del panorama que deriva en decisiones racionales y una toma de partido representada en la capacidad de compra como consumidores.

Un caso reciente reflejando este nuevo comportamiento de los consumidores y backlash ante políticas de Trump fue la reacción negativa contra Target, la séptima cadena minorista más grande de EE. UU., que ha gozado de una reputación generalmente favorable entre los consumidores liberales: en enero, Target anunció el fin de algunas de sus políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), incluyendo un programa que ayudaba a la compañía a ofrecer más marcas propiedad de personas negras y minorías en sus tiendas, afirmando que intentaba "mantenerse más al día con el cambiante panorama externo".

Sin embargo, los responsables de la encuesta de Harris, que además reveló que un tercio de los estadounidenses (36%) está intentando "salir de la economía", tiene otra lectura: que los ciudadanos están recortando el gasto para evitar involucrarse en el embrollo empresarial y los cambios políticos. "Piensen en esto como 'consumismo liberal'. Los compradores no están boicoteando, simplemente están optando por salir. En lugar de exigir más, simplemente se desconectan del mercado y de las empresas que los decepcionan", resume John Gerzema, director ejecutivo de Harris Poll.

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