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Pierpaolo Barbieri: "El mercado se acostumbró al riesgo de las tecnológicas y hay mucho más capital para fondear"

Alex Milberg

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El empresario y fundador del unicornio Ualá es optimista sobre el futuro de la región en un contexto global de tasas a la baja. Su análisis sobre el impacto de la inteligencia artificial. En qué invierte.

28 Enero de 2024 09.15

"La idea de que la competencia nos eleva, que es mi mantra y lo repito desde el día 1, nos ayuda a tratar de construir desde nuestros países empresas que compitan fuera de nuestros países y puedan triunfar. Soy extremadamente optimista y estamos en un momento donde América Latina tiene la oportunidad de disrumpir varios sectores", asegura Pierpaolo Barbieri, fundador y CEO de Ualá. El empresario, que expandió su compañía en Argentina, Colombia y México, dice que es un cambio que está empezando en la región. Además, destaca que en Argentina empiezan a haber "consensos básicos que son muy saludables". En el marco del Forbes Talk Inversiones Powered by Consultatio, organizado por Forbes Uruguay y Forbes Argentina, también cuenta en qué invierte, por qué se destaca Tesla entre las grandes empresas tecnológicas y qué piensa de la revolución de la inteligencia artificial.

- ¿Qué mirada tenés del panorama internacional?

- La gran preocupación hoy del mercado es qué va a pasar con el crecimiento chino. Venimos de 25 años de mucho crecimiento, pero a partir del 2014 pasaron un punto de no retorno en términos de demografía, que es muy preocupante para el mercado. Si mirás el mundo, ya no hay nadie subiendo tasas excepto Argentina -pero bueno, Argentina tiene un contexto bastante particular. Los chinos están tratando de estimular la economía; los japoneses no han visto inflación en 25 o 30 años y quieren algo; en Europa, Lagarde prometió una baja de tasas en abril, que quizás llegue antes. Toda América Latina está bajando tasas: Brasil está viendo cuánto baja, los mexicanos -que son lo más conservadores de toda la región- también están prometiendo alguna baja, Colombia siguiendo y Chile muy preocupado por el crecimiento.

En ese contexto, las tasas van a ir hacia la baja empezando por la Fed. Si miramos atrás 18 meses, estábamos todos preocupados de cuál era la tasa terminal. Larry Summers decía que había que subir la tasa al 8%. Ahora estamos en 5% y, dado donde está la inflación, la Fed puede decir con mucha convicción que está super restrictiva. Si tenés la tasa neutral que estaría en 3 pero está en 5, no tenés espacio para cortar y eso generalmente es muy bueno para mercados emergentes. En el contexto eso es súper positivo. Me preocupa obviamente China, un escalamiento en el Medio Oriente que nos debería preocupar a todos, y una guerra en Ucrania que a nadie parece importarle pero que va a seguir todo el año. Y tenemos una elección en Estados Unidos, que siempre crea volatilidad. Si hay algo que podemos sumarle a eso es la posibilidad de que la Fed termine cortando la tasa más de lo que esperábamos y eso debería ser muy bueno para una posición de acciones.

 

Pierpaolo Barbieri, Ualá
Pierpaolo Barbieri, fundador y CEO de Ualá

 

- ¿Cómo ves el panorama de los activos de las compañías tecnológicas?

- Las empresas tecnológicas no son distintas a ninguna otra empresa. El problema es que nos acostumbramos a un sector tecnológico que disrumpe distintas partes de la economía y lo que hace es gastar mucho por varios años para lograr masa crítica. Eso cuesta mucho dinero y en momentos de tasas altas, el valor de las pocas ganancias hoy y la promesa de muchas ganancias mañana, baja. Porque la gente descuenta a una tasa más alta. En el boom absoluto de la pandemia, las valuaciones eran en algunos casos ridículas -hay gente que en el mercado privado llegó a pagar 100 veces revenue por una empresa chica, eso era una burbuja, porque la tasa estaba en cero. Las ganancias futuras de una empresa cuando yo me fondeo al 0% son infinitas en precio, entonces si uno tenía la convicción de que alguien iba a ganar un mercado, le podíamos dar dinero infinito a una tasa muy atractiva. De repente la tasa ya no es cero, es 5% y algunos dicen que iba a 8%, entonces nadie les da más dinero. Hubo reestructuración en todas las empresas, no recuerdo un momento donde Apple hubiera echado gente. Cuando el mercado empezó a ver que la tasa iba a bajar, todo el mundo volvió a pensar en las ganancias futuras de empresas como Amazon, Google, Tesla, Apple, Microsoft, Meta y Nvidia. Están en máximos históricos. Eso se traduce a nuestra región. Hoy, MercadoLibre, mi mayor competidor pero la empresa de tecnología más grande de la región, está en máximos de dos años. A nosotros nos comparan con el gigante brasileño Nubank, que hace algo bastante parecido a Ualá en Brasil, y cuando Nubank estaba a US$ 3 nadie me llamaba. Ahora está en máximos históricos y todo el mundo quiere charlar. La perspectiva de los inversores con respecto a la región también cambió. Cuando vemos América Latina, donde los márgenes son mejores y la oportunidad es enorme, y estas empresas son incipientes, entonces el valor de eso es mucho más alto. Así es como la tasa de Estados Unidos influye no solo en el sector tecnológico, sino también en América Latina y otras partes del mundo como Asia. La excepción sigue siendo China porque la gente está con dudas no solo del modelo de crecimiento chino, sino también del rol del gobierno y las regulaciones. Por eso quizá quienes invierten en Tencent o Alibaba no tienen tan buena percepción de mercado como la tiene Google, Amazon, Meta o Apple.

- En el caso de las siete grandes tecnológicas, ¿qué mirada tenés? ¿Qué porcentaje de su cartera invertirías?

- El año pasado para mí había una enorme oportunidad en todas estas empresas. Me acuerdo cuando la gente pensaba que Meta o Alphabet no podían cortar costos. Ahora lo hicieron mucho más eficientemente que otras empresas. Algunas para mí están caras, como Nvidia, porque todo el mundo piensa que el procesamiento de la inteligencia artificial hay solo una empresa que lo puedo hacer y creo que eso no es tan así. Apple y Microsoft.. ¿alguien trató de desuscribirse de Word y Excel? Es muy fácil cross vender otros productos cuando uno tiene un ecosistema. Apple el año pasado destronó a Samsung como el vendedor más grande de teléfonos del mundo, la gente está dispuesta a pagar más por un teléfono de Apple y meterse en un ecosistema del que es imposible salir. En el caso de Tesla, creo en la empresa. La he shorteado, he ido en long, me compré un Tesla y es manejar un iPhone. Los autos eléctricos de BMW y Mercedes no pueden competir, pueden competir los chinos y eso es otra discusión. Rompés paradigmas. Tesla rompe con conceptos locos. No lo tenés que prender y apagar, no tenés que ponerle las luces, sabe cuánto cargar y cuándo no. Henry Ford una vez dijo: "Si yo le preguntaba a la gente qué quería, me hubieran dicho un caballo más rápido". Yo no entendía el producto hasta que lo usé, como el iPhone.

 

Pierpaolo Barbieri Eduardo Costantini Forbes Talk
Pierpaolo Barbieri junto a Eduardo Costantini, de Consultatio, en el Forbes Talk Inversiones Powered by Consultatio.

 

- Queda el debate a futuro, cuando se hagan masivos los vehículos autónomos...

- Eso es difícil, podés tener una revolución eléctrica sin que sean autónomos. La electrificación va a pasar sí o sí. Además, ya tiene sentido, porque en países donde la energía vale lo que debe valer, como en Uruguay, tiene mucho sentido tener cargadores y depender de energías renovables antes que importar petróleo. Después podemos tener el debate de la autonomía, que sí es un problema computacionalmente mucho más complejo de lo que todo el mundo planteaba en 2011 o 2012. En ese momento se decía que en 10 años iban a ser todos vehículos autónomos y hoy los modelos más avanzados dicen que necesitan 20 años más por esos problemas de ética.

- Cuando te encontrás con empresarios de tu generación, ¿ves una mirada distinta con respecto a la competencia o no?

- No es un cambio generacional, pero sí puede serlo en Argentina. Como historiador, se ve en la información que Argentina retrocedió. Lo que sí, cuando uno apunta a crear empresas que tengan éxito no solamente dentro de un mercado cerrado, sino en un mercado abierto, tenés que crearlo a un nivel donde puedas competir. Culturalmente eso no solo cuesta en Argentina, es en América Latina. México es un país cerrado, Brasil tuvo sus épocas muy cerradas, hay muchos sectores de la economía uruguaya que son muy cerrados. En ese sentido, cuando tratamos de crear empresas globales en América Latina, es lo que tenemos que hacer. Me llena de orgullo cuando leo que The Economist habla bien de Mercado Libre, porque es una empresa que nació en 1999 en Argentina y hoy es un jugador global. Cuando estás en un sector que tenés que ir a competir globalmente, no podés quedarte con el mercado cerrado y no funciona para siempre en la escala global subsidiar con tus ganancias en Argentina el crecimiento afuera. La idea de que la competencia nos eleva, que es mi mantra y lo repito desde el día 1, nos ayuda a tratar de construir desde nuestros países empresas que compitan fuera de nuestros países y puedan triunfar. Soy extremadamente optimista y direccionalmente estamos en un momento donde América Latina tiene la oportunidad de disrumpir varios sectores. Eso crea empresas que no sean la vieja idea de que una empresa grande es una Pyme grande donde usamos lobby político para parar esa competencia. No es un cambio de la noche a la mañana, pero me parece valioso, más allá de un Gobierno u otro. Hoy en Argentina hay un consenso de que el déficit es malo -Sergio Massa dijo que lo iba a llevar a cero-, hay un consenso de que de estos niveles de inflación le pegan más al que menos tiene y por ende son regresivos. Hay consensos básicos de ciertas cosas que después podemos debatir cómo llegar o no. Eso es saludable en una sociedad y también nos habla de empresas un poco más saludables en su manera de crecer.

 

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Uno de los últimos lanzamientos de Ualá es su tarjeta de crédito. 

 

- ¿Qué perspectivas ves del mercado argentino?

- Es interesante ver cómo hasta el 15 de diciembre, cuando uno viajaba fuera de la Argentina, el posicionamiento era básicamente cero. Y con la perspectiva de haber sufrido crisis anteriores, primero quieren ver evidencia de que esto funcione. Si el escenario binario termina por el sí y no por el no, que depende gran parte del Gobierno y un poco de la macro internacional (pero es benigna porque las tasas están bajando y hay sectores como el energético, el minero y el complejo agroexportador que están muy pujantes), en ese contexto todos los activos argentinos son muy baratos porque tenemos una profundidad de mercado muy pequeña. El mercado financiero argentino es más chico que el peruano. En los 90, éramos 10 a 1. Con 11 años de cero crecimiento y más de dos décadas de retraso con respecto a la región, hace que tengamos mercados muy chicos. Eso quiere decir que si hay una normalización y un acercamiento de la Argentina a otros mercados internacionales... Banco Galicia vale un tercio o un cuarto del banco más grande de Chile y Argentina tiene tres veces y media de la población de Chile. Las empresas grandes se van de Argentina, listan en New York, porque el mercado es chico y no hay liquidez.  

- ¿En qué invertís?

- Una enorme parte de mi patrimonio es Ualá, pero no está listada. Tengo bonos y acciones argentinas, que siempre me dicen que diversifique un poco más. Yo creo que es una buena inversión dado el mundo en el que estamos. Con la perspectiva de la baja de tasas globales, que espero que se acelere este año, hay ciertos bonos que permiten un 6/7/8% que diversifican un portfolio con mucho menos riesgo que las acciones y te dan una perspectiva bastante positiva en un mundo de tasas bajando. Te ganás el compromiso de tres, cuatro, cinco años de duración con ese porcentaje, con empresas muy buenas. Hubo mucho tiempo que un bono de Mercado Libre que tiene liquidez rendía 8%. Sé muchas cosas de mi competidor más grande, lo que más sé es que es una empresa súper sólida financieramente. Era dinero regalado, básicamente, con riesgo cero. Existen esas oportunidades de acá a un año.

 

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Ualá ofrece productos de cobro, pago e inversión en la misma plataforma

 

- ¿Seguís viendo el mismo momentum desde la innovación? Este ciclo de IA que se está dando, ¿está para quedarse?

- Soy un poco escéptico de toda la inversión en IA como que de repente vaya a rehacer completamente industrias enteras. Sé que hay mucha gente en venture capital, lo cual ayudó a levantar fondos enormes para poner valuaciones muy grandes en empresas que recién empiezan, incluso como Open AI. La oportunidad está ahí. La innovación va a ser increíble por los próximos 10 años, invierto y apuesto en eso. Por eso hicimos un pequeño fondo para invertir en América Latina en proyectos disruptivos. La disrupción más real es la de industrias establecidas, donde la tecnología te permite bajar costos radicalmente. Y a medida que el ancho de banda crece, primero llevas disrupción a cosas de texto como los diarios o las páginas amarillas; después al contenido de entretenimiento. Ahora estamos en una época donde, y en parte gracias a la inteligencia artificial, las finanzas, la educación, la salud y el real estate se están transformando. Vamos a ir hacia mucho más de eso porque, además el mercado se acostumbró al perfil de riesgo de las empresas tecnológicas, entonces hay mucho más capital de lo que había hace 10 años para fondear empresas disruptivas. Desde una empresa que automatiza procesos de tech o los impuestos a la posibilidad que va a tener la IA en los servicios legales. La eficiencia que va a salir de ahí es muy grande y eso permite bajar costos, y genera crecimiento y productividad. Soy muy optimista, además porque está el capital. Hay cada vez más gente dedicando el 20, 30 o 40% de portafolios de largo plazo que van a estar ahí apostando por tecnología.

- ¿Cómo ves a Ualá a futuro en términos de dar créditos hipotecarios?

- Empezamos con una billetera y compramos un banco porque queríamos poder intermediar para poder hacer más crédito. La mejor manera de hacer crédito dado la realidad de la Argentina es creando la historia crediticia personal de cada uno. Entonces tenemos un modelo predictivo que usa el uso, la data y todos los servicios auxiliares para mejorar los modelos crediticios existentes en un país donde increíblemente todavía los créditos se originan para las empresas en papel. Usamos la data de tu Mastercard, de tus pagos de servicios. Si sé cuánto ganás, no importa lo que le declares a la AFIP, más o menos sé cuánto ganas. Si sé que recargás la Sube todas las semanas, sé que tenés un trabajo. Esas cosas las metemos en el modelo y hace como una escalera crediticia. Ahora tenemos tarjeta de crédito y debería poder seguir hacia prendarios, autos y el sueño es llegar a hipotecas. Quiero ver eso porque todo el mundo sueña con eso. Me remonto a los años 30, donde hubo un gran debate intelectual en los Estados Unidos que llegó a la conclusión de que si nosotros no queremos la revolución comunista tenemos que darle a la gente su casa. Esa es la base del apoyo federal del New Deal, que cada familia de clase media (en ese momento con un sesgo racista y después ampliado) tuviera su casa. Tenemos que ir a eso, porque si no, vuelvo a una frase: no le podemos pedir a la gente que crea en la democracia o el capitalismo y después no darle una tarjeta o la posibilidad de tener un crédito. Hoy la única manera de hacer un crédito hipotecario en la Argentina es en dólares. Si ya matamos el sistema UVA, lo tenés que hacer en dólares. Pero si los salarios reales en dólares en Argentina fluctúan como fluctúan, es imposible. Entonces tenés que tener un sistema completamente separado, que es lo que hizo Chile que tratamos de copiar con el UVA, o vas a esperar la estabilización macro. 

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