Forbes Uruguay
Olivia Rodrigo
Negocios

Olivia Rodrigo, la heredera de Taylor Swift que marca su propio rumbo y domina los charts globales

Martina P. Veneziani

Share

Con apenas 22 años, ha dejado de ser una promesa para convertirse en un fenómeno global. Ex estrella de Disney y autora de dos discos multipremiados, domina los rankings sin material nuevo y llena estadios en todo el mundo.

18 Abril de 2025 08.00

La noche del domingo 23 de marzo en el Lollapalooza Argentina fue húmeda y eléctrica. Miles de cuerpos comprimidos en el pasto del Hipódromo de San Isidro, celulares en alto, el murmullo previo al estallido. Eran casi las diez cuando apareció en el escenario Olivia Rodrigo. Un conjunto rojo de cuero y una guitarra. No hubo presentación: bastó una mirada al público para que las primeras notas de Obsessed detonaran los coros de más de 85.000 personas. La artista californiana, que alguna vez fue una estrella de Disney, demostró en Buenos Aires por qué se ha convertido en una de las figuras más influyentes —y rentables— de la industria musical contemporánea.

Desde hace cuatro años, Olivia Rodrigo es una de las protagonistas indiscutidas del negocio de la música global. No tiene nuevo material desde septiembre de 2023, pero aún así domina los charts, agota estadios y lidera conversaciones culturales. Esta semana, sin ningún lanzamiento reciente, sus dos discos —Sour y Guts— aparecen en los rankings de álbumes más escuchados del Reino Unido: Sour ocupa el puesto 29, Guts el 27. En la lista de streaming, alcanzan el 28 y el 25 respectivamente. En Estados Unidos, Sour figura en el puesto 57 del Billboard 200. Lleva 200 semanas ininterrumpidas en el chart. Son cifras que hablan no sólo de éxito, sino de permanencia. Rodrigo ha logrado lo que pocos artistas post-pandemia: capturar la atención sostenida de una generación hiperestimulada.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de Olivia Rodrigo (@oliviarodrigo)

Nació en Temecula, California, en 2003. De madre estadounidense de raíces irlandesas y alemanas, y padre filipino-estadounidense, Rodrigo creció entre clases de piano, sets de Disney y grabaciones de High School Musical: The Musical: The Series. En ese entorno de guiones calibrados y notas medidas, empezó a escribir sus primeras canciones. Su gran irrupción llegó en enero de 2021. Drivers License, su sencillo debut, se convirtió en un fenómeno inmediato: debutó en el número uno del Billboard Hot 100, batió récords de streaming y cimentó su perfil de cronista emocional de la generación Z. La canción no hablaba de amor adolescente en abstracto, sino de un dolor íntimo, con nombre y apellido apenas velado por la ficción pop. La audiencia no sólo la escuchó. Se sintió reflejada.

Ese mismo año lanzó Sour, un álbum de once canciones que logró un equilibrio notable entre vulnerabilidad, rabia y hooks melódicos. El disco fue triple platino en Estados Unidos y vendió más de 16,8 millones de unidades globales ajustadas. Todos sus tracks —todos— fueron certificados como platino o superiores por la RIAA (Recording Industry Association of America). "Nunca pensé que la gente querría escuchar mis canciones tristes", dijo Rodrigo en una entrevista con Vogue. "Pero al parecer, eso era exactamente lo que necesitábamos todos en ese momento".

Sour le valió siete nominaciones al Grammy, de las cuales ganó tres: Mejor Artista Nueva, Mejor Álbum Pop Vocal y Mejor Interpretación Pop Solista. Más allá de los premios, el disco redefinió el sonido y el tono del pop juvenil de la década. No era una continuación de lo que había hecho Taylor Swift —aunque las comparaciones son inevitables—, sino una síntesis de múltiples referencias: el desgarro confesional del folklore, la aspereza noventera de Alanis, el sarcasmo melódico de Lorde, la urgencia emocional de Fiona Apple.

Olivia Rodrigo
 

En septiembre de 2023, Olivia lanzó Guts, su segundo trabajo de estudio, producido —como el primero— por Dan Nigro. El disco no intentó replicar el modelo anterior, sino empujarlo. Era más irónico, más ruidoso, más desafiante. "Pasé mucho tiempo preguntándome qué tenía para decir", declaró en The New York Times. "Guts fue mi intento de responder a eso". El primer corte, Vampire, debutó también en el número uno del Hot 100. Con eso, Rodrigo se convirtió en la primera artista en la historia en debutar con los sencillos principales de sus dos primeros discos en la cima del ranking. 

El impacto económico no se queda en las cifras de streaming. El GUTS World Tour ha sido un fenómeno global. Con entradas agotadas en recintos como el Madison Square Garden, el O2 Arena de Londres y otros estadios emblemáticos, la gira ha recaudado más de 100 millones de dólares hasta la fecha, según estimaciones de Live Nation. Su show en Buenos Aires, sin embargo, fue el más multitudinario de su aún joven historia.

Rodrigo también encabeza listas en Spotify, donde acumula más de 69 millones de oyentes mensuales, y sus videos superan los 4,5 mil millones de reproducciones en YouTube. Todo sin haber lanzado un nuevo sencillo en casi 18 meses. 

Pero ella no es sólo una máquina de hits. Tiene una posición política clara. En julio de 2022, tras el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que revocó el derecho constitucional al aborto, subió al escenario del Festival Glastonbury, en Inglaterra, junto a Lily Allen y le dedicó la canción F** You* a los jueces responsables de la decisión. "Estoy devastada y aterrada de que tantas mujeres y tantas chicas van a morir por esto", dijo, con la voz quebrada. Era uno de los escenarios más importantes del mundo. Y ella no se calló. En 2021, también había sido invitada a la Casa Blanca como parte de una campaña para fomentar la vacunación juvenil. Su perfil público —articulado, empático, firme— desafía la idea del pop como espacio despolitizado.

Olivia Rodrigo
 

Este mes en Buenos Aires, en su show en Lollapalooza, Olivia cerró con Get Him Back!, bajo una lluvia de luces violetas, después de haber hecho una versión inesperada de Don't Speak, el clásico de No Doubt. Fue un gesto sutil pero cargado de sentido: un tributo a una artista mujer que también tradujo angustia en éxito global. Rodrigo, que tiene apenas 22 años, ya es poseedora de una herencia que empieza a delinearse.

El factor Taylor Swift: ¿heredera o rival?

Algunos analistas han comparado su modelo con el de Taylor Swift, por la narrativa autorreferencial, el control creativo y la expansión comercial. Pero Rodrigo opera con una lógica diferente. No ha construido una imagen de empresaria todoterreno, ni lanza regrabaciones, ni apuesta por el exceso de visibilidad. Su estrategia parece más espaciada, más centrada en el peso emocional de cada pieza nueva. Menos volumen, más impacto.

Las comparaciones entre Rodrigo y Swift son inevitables, no sólo por el tono confesional de sus letras, sino por la forma en que ambas lograron moldear su narrativa artística desde la adolescencia. Rodrigo ha mencionado públicamente su admiración por Swift en numerosas ocasiones; incluso calificó como "su mayor inspiración" a la autora de Folklore. 

Pero esa admiración se transformó en terreno sensible cuando, en 2021, Rodrigo otorgó retroactivamente créditos de autoría a Swift, Jack Antonoff y St. Vincent por similitudes en la interpolación de Cruel Summer en su canción Deja Vu. El ajuste legal incluyó un porcentaje significativo de las regalías, y fue visto como una señal de alerta para artistas jóvenes que absorben sin miedo las estructuras melódicas de sus ídolos. Rodrigo reconoció el gesto sin confrontación pública, pero la situación marcó una grieta.

Desde entonces, los rumores sobre una rivalidad creciente se han intensificado. En los Grammy de 2024, medios como Page Six destacaron la frialdad entre ambas, con Swift aplaudiendo escasamente durante la actuación de Rodrigo. Fuentes cercanas citadas por Variety sugieren que la relación personal entre las dos se ha enfriado considerablemente, aunque no hay declaraciones públicas que confirmen una enemistad. 

Lo cierto es que Rodrigo, sin negar su herencia estilística, ha tomado distancia creativa. "Soy muy fan de mucha gente, pero quiero encontrar mi propia voz", dijo en una entrevista. En una industria donde el linaje importa, Rodrigo parece estar dejando de ser "la próxima Taylor Swift" para convertirse, definitivamente, en Olivia Rodrigo.

Hoy, Rodrigo no está en "modo promoción". No hay anuncios de álbum nuevo ni de lanzamientos inmediatos. Aun así, sus canciones siguen creciendo en escuchas, sus discos se reposicionan semana a semana, y su tour continúa agotando funciones. En un mercado saturado, donde la atención es fugaz y la novedad lo es todo, Rodrigo ha logrado construir un ecosistema propio. Un espacio donde el dolor se convierte en relato, y el relato en industria. Donde una joven con guitarra puede transformar un estadio lleno en una habitación compartida.

10