“¿Y yo quién soy para tener una voz?”. Esa es una de las frases que más escucho por parte de mujeres profesionales que buscan posicionarse en sus industrias como expertas. Aun con entusiasmo y entendiendo la importancia de ser visibles, la creencia existe y, muchas veces, se transforma en un obstáculo a la hora de potenciar sus negocios y carreras. 

El 19 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, fecha que busca visibilizar a las líderes de negocios y seguir trabajando en pos de la igualdad de género. 
 

¿Cuáles son las creencias que obstaculizan el camino para tener una voz pública? 

Hay algunas frases que suelo escuchar con frecuencia de parte de mujeres emprendedoras: 
 

• “¿Y yo quién me creo que soy?”. 

Cuentan que a la escritora Charlotte Brontë, al compartir sus escritos, le dijeron: “La literatura no puede ser asunto de la vida de una mujer, y no debería ser así”. Luego de recibir esa respuesta, ella y sus hermanas decidieron publicar usando seudónimos masculinos. 

Este es tan solo un ejemplo de cómo la expresión pública fue algo ajeno a nosotras durante mucho tiempo. Por lo que es lógico que tengamos internalizada esa sensación de extrañeza o incomodidad frente a la exposición pública.  
 

• “Se van a dar cuenta de que en realidad no sé nada”. 
   

El síndrome de la impostora quizás es una de las grandes trabas a la hora de que las emprendedoras se animen a impulsar su voz pública. ¡Si hasta Michelle Obama afirma sufrirlo! Se trata de esa sensación de sentirse un fraude y el miedo a que el resto se dé cuenta, lo cual lleva a muchas mujeres a preferir permanecer ocultas. 
 

• “¿Esto es un logro? Esto lo hace cualquiera…”. 

Hace poco encontré una investigación que detectó que las mujeres científicas usan menos adjetivos positivos en sus artículos para autopromocionar sus trabajos.

Y este es un punto no menor a la hora de posicionarse, ya que hacerlo conlleva poner en valor el camino como empresarias, lo que no siempre es sencillo. “¿En serio esto te parece un logro?”, me preguntan con frecuencia.  

• “Me da miedo que aparezcan haters”. 
   

Hay veces que esta frase describe el temor a la crítica, a que nos señalen o a que alguien no le guste lo que hacemos. Y puede suceder. En mi experiencia, este tipo de comentarios son los menos y habrá que evaluar en cada caso si se trata de una crítica constructiva o no.

Otras veces esto tiene que ver con el hate. Y, más que una creencia, se trata de una realidad. La violencia digital existe y debemos reflexionar profundamente sobre este tema para cambiarlo. 

En mi experiencia, la clave para sortear estos obstáculos está en la práctica, en animarnos cada día un poquito más, a nuestro ritmo y compartiendo un mensaje que nos resulte auténtico. 
 

Razones para animarse a tener una voz pública

Animarse a ser visibles es un camino incómodo. Pero adueñarnos de nuestras voces puede ser muy poderoso e impactar en los negocios liderados por mujeres. 
 

• Desarrollar tu marca personal va a posicionarte como referente en tu sector, lo que impulsará tu emprendimiento y humanizará tu marca (una de las tendencias clave en marketing). 
• Tus clientes ya no solo comprarán a una empresa, sino que te elegirán a vos y a los valores representás. 
• Al convertirte en una voz autorizada y ser visible, podrás desarrollar tu faceta como speaker e intervenciones en medios de comunicación tradicionales. 
• Abrirás camino a otras mujeres emprendedoras para que también se sientan inspiradas a tener una voz pública. 

Por supuesto que, además del desarrollo que podamos hacer nosotras, también son fundamentales los espacios en eventos, organizaciones y medios que fomentan e impulsan la igualdad de género. 

Ejemplos que inspiran  

Hoy en día, hay diferentes mujeres emprendedoras que han decidido impulsar su voz y convertirse en referentes. Desde sus redes sociales personales potencian sus negocios, escriben libros, conducen pódcast y asisten a charlas. En Argentina, por ejemplo, podemos mencionar a Sabrina Castelli de Mujer Financiera, quien hoy en día es una de las speakers más esperadas en los eventos y su historia como emprendedora inspira a miles de personas. 

Otro ejemplo es el de Marisa Lazo, mexicana que fundó en 1992 “Panaderías Marisa”. Comenzó horneando los pasteles en su casa y vendiéndolos en su garaje; hoy, según la web oficial, tiene 62 sucursales en México. En un episodio del pódcast “Se regalan dudas” compartió las palabras que había dicho al recibir en 2011 un premio como empresaria del año. Consciente de que a muchas mujeres les daba vergüenza decir públicamente que les gustaban los negocios y entendiendo también el poder de su voz representando a miles de emprendedoras, dijo: “Les quiero compartir que me encanta el éxito, el dinero, el poder y ser ambiciosa”. Su objetivo era abrir camino y decir algo que una mujer nunca antes había dicho en público. 

Asumir nuestros logros, deseos y compartirlos con el mundo, de eso se trata tener una voz pública. El mundo necesita más mujeres hablando de negocios y, el poder de ser visibles, es inmenso. ¡Animate!

*La columna fue escrita por Bárbara Reinhold, consultora en marca personal y comunicación