La empleabilidad de los jóvenes es una cuestión económica y social apremiante, quizás uno de los mayores desafíos globales que enfrentamos, manifiesta Laurent Freixe, VP ejecutivo y CEO de Nestlé Latam, y quien además es Embajador Internacional de la Juventud de la Organización Internacional de la Juventud para Iberoamérica. Laurent comenzó su carrera en la empresa en 1986 en Francia y fue asumiendo cada vez más responsabilidades y nuevos desafíos.
Nuestros jóvenes viven en una época de cambios tecnológicos increíblemente rápidos y llevarán la carga de crear un futuro verdaderamente sostenible para el planeta. Por eso mismo, no podemos darnos el lujo de perder a esta generación, sigue Freixe.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que dos de cada cinco jóvenes están en situación de desempleo o tienen un trabajo que les mantiene en condiciones de desventaja. Estas cifras dan cuenta de la importancia de abordar el desempleo juvenil en América Latina y trabajar en la creación de oportunidades laborales para los jóvenes.
Atenta a ello, Nestlé desarrolló hace diez años, primero en Europa, Nestlé Needs YOUth (Iniciativa por los Jóvenes), un programa que busca ayudar a los jóvenes a encontrar un trabajo o crear sus propios negocios.
Este programa surgió en un momento de crisis económica y social, que estaba impactando mucho más en el empleo joven, debido a que es una población mucho más expuesta y probablemente las empresas en momentos difíciles eligen apoyarse en gente con experiencia, contextualiza el ejecutivo.
En Nestlé tenemos siempre una visión de largo plazo de todo, incluso de la relación laboral y del desarrollo de las personas, por lo que pensamos que podríamos hacer algo y potenciar iniciativas que ya teníamos, ponerlas en un marco más ambicioso, y crear conciencia de que, en un momento de crisis, siempre es buena idea invertir en el capital humano y en la juventud, profundiza el ejecutivo.
El plan de la empresa se caracteriza por tres aristas: la primera es la contratación de los jóvenes; la segunda, brindar la primera experiencia que los jóvenes necesitan a través de prácticas; y la tercera, el acompañamiento de los jóvenes para que sepan cómo pasar entrevista de trabajo, cómo escribir su hoja de vida.
Otro aspecto relevante que Freixe destaca es el espíritu de colaboración que tiene el programa. Se fueron sumando empresas con la misma visión, la misma perspectiva y con el deseo de trabajar de la mano para impactar a la juventud. Es muy importante en el mundo de hoy, frente a los grandes temas de sustentabilidad, sea medioambiental o social, que todo el mundo trabaje de la mano, no son las empresas, la academia, el gobierno por separado los que logran impactar, debemos intentar multiplicar y potenciar, plantea.
Luego, comprometida con el largo plazo, la empresa se alineó con Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) de la ONU, siendo una de las primeras organizaciones firmantes de este pacto, con un objetivo muy ambicioso de cara a 2030: impactar a 10 millones de jóvenes.
Y estamos en un súper buen camino, asegura. Hasta la fecha el programa ha beneficiado a más de 2,5 millones de jóvenes en América Latina (el número asciende a 5 millones en el mundo), y solo en Argentina, Uruguay y Paraguay, 340.000 jóvenes han sido impactados a través de programas, oportunidades de empleo y capacitaciones, entre otras acciones.
Viendo eso, fue la propia UNESCO la que se acercó a la empresa y le propuso hacer algo en conjunto para apoyar el emprendedurismo, que es también la dimensión que desde Nestlé buscan potenciar desde hace tiempo.
Así surgió Because Youth Matter - impulso joven que busca proporcionar a los jóvenes los recursos y las habilidades necesarias para desarrollar y llevar adelante soluciones innovadoras que logren un impacto social positivo en sus comunidades. Los ejes sobre los que los jóvenes emprendedores debían presentar proyectos eran: reducción de las desigualdades y promoción de la inclusión social y la diversidad, acción climática y sostenibilidad, salud mental y bienestar.
Aplicaron más de 900 proyectos de 17 países de la región Latinoamérica y 20 de ellos fueron seleccionados para participar de mentorías, capacitaciones y recibir un capital semilla de 10.000 dólares cada uno. Esto demuestra el interés de la juventud por el compromiso social, así como una gran necesidad de apoyo para cumplir sus objetivos, manifiesta el ejecutivo.
Semanas pasadas, luego de siete meses de tutoría y 15 capacitaciones virtuales, el grupo de jóvenes seleccionado llegó a la etapa final del programa: El Encuentro Impulso Joven. Allí cada uno pudo presentar sus proyectos.
Invertir en los jóvenes como creación de valor
Esta conexión con la juventud, con el emprendedurismo es sumamente importante por la economía, la comunidad social de los países en los cuales estamos operando, expresa Freixe. Necesitamos creatividad y apoyar a los jóvenes emprendedores también implica una fuente de creación de valor, de creación de empleo.
En este sentido, el ejecutivo menciona que, si bien cada territorio presenta sus desafíos particulares, en general, las necesidades por parte de las nuevas generaciones son similares.
Sumado a ello, hace referencia a la responsabilidad que tienen las organizaciones en un mundo cada vez más complejo, donde la tecnología avanza, y el contexto exige nuevas y cada vez más habilidades. Nuestro papel como organización es absolutamente clave, porque donde se crea el empleo es en la empresa privada. La creación de empleo viene con el desarrollo económico, con la inversión. Entonces, el sector privado tiene mucha responsabilidad en contratar jóvenes, prepararlos, desarrollarlos, formarlos.
Y aquí nuevamente cobra relevancia la colaboración. Para Freixe, a través del trabajo en equipo siempre se consigue más. Si contemplamos cuáles son los grandes retos del mundo hoy en día, el cambio climático, por ejemplo, o los temas geopolíticos, se necesita colaboración entre países, entre todos los actores de la comunidad, de la sociedad. No hay ningún país capaz de solventar el tema de la sostenibilidad, no hay ninguna empresa capaz de solventar el tema de la sostenibilidad, es solo alineando las ambiciones y los recursos que se pueda alcanzar, solventar.
Por último, consultado sobre cómo iniciativas como Impulso Joven tienen un impacto, por un lado, en el desarrollo económico de un país, pero también lo tienen a nivel negocio de una compañía, el ejecutivo comenta que es una pregunta recurrente para él desde los inicios del programa: ¿Por dónde pasa el negocio para Nestlé y por dónde para la sociedad?.
Al respecto, Freixe comparte datos de un informe el cual arrojó que, de un dólar invertido, implicaba de 5 a 6 para la sociedad en desarrollo del capital humano y de desarrollo económico y social, y para Nestlé, si bien el retorno era mucho menor, era bueno, de 1 a 1.5, 1.6, 1.7. había buen retorno para nosotros, por ejemplo, en capacitar mejor a la gente que necesitamos y también implica un impacto en términos de reputación al ser una empresa que se preocupa por estos temas, que se preocupa por la juventud".
En este sentido, sentencia: Una empresa que se preocupa de la juventud se vuelve un empleador deseado y tiene más capacidad de atraer a las nuevas generaciones, y eso también tiene un retorno. Retorno en términos de educación y la educación potencia el capital humano, potencia la economía de cualquier país. Un país sin educación es un país sin futuro, un país con educación potente es un país con todo el futuro del mundo.
Desde su punto de vista, hay que mirar a Europa que no tiene ningún recurso natural, nada, casi no tiene petróleo, y es una de las áreas más productivas del mundo por el desarrollo del capital humano y del talento. Es el retorno de la educación de calidad la que permite capacitar teóricamente, pero también capacitar de forma práctica a los jóvenes para que puedan integrarse y contribuir a la comunidad.
En la actualidad hay 1.200 millones de jóvenes en el mundo, quienes necesitan oportunidades para convertirse en empresarios, innovadores y líderes del futuro. En Nestlé estamos decididos a brindar esas oportunidades. Debemos capacitar, reciclar y mejorar las capacidades de nuestros jóvenes y debemos hacerlo rápidamente. Es la única salida a la crisis y el único camino hacia el crecimiento sostenible, sentencia Freixe para finalizar.