Los datos reflejan que la época dorada de la producción de chips parece estar llegando a su fin, al menos de cara al corto y mediano plazo, ya que los principales gigantes del sector presentaron balances mediocres.
En primer lugar, Intel reportó ingresos por US$ 15.300 millones en el segundo trimestre del año, un 17% menos que en el mismo periodo del año anterior. A su vez, el beneficio por acción fue de solo US$ 0,29, cuando anteriormente había sido de US$ 1,36.
Por su parte, Nvidia anunció ventas por US$ 6.704 millones, apenas un 3% más que en el segundo trimestre del 2021. Por su parte, la ganancia por acción fue de US$ 0,51, lo que se traduce en una caída interanual del 51%.
Solo AMD y Qualcomm alegraron al mercado, ya que cada empresa informó ingresos por US$ 6.600 millones, un 70% más interanualmente, y US$ 10.920 millones, un 37% año a año, respectivamente. Asimismo, sus beneficios por acción fueron de US$ 1,05 en el caso de AMD y US$ 2,96 para Qualcomm, representando de entre el 50% y el 60% frente al segundo trimestre del 2021.
Estas divergencias generaron que la firma de investigación Gartner rebajara los pronósticos para todo el crecimiento, reduciéndose a la mitad las cifras proyectadas de 2022.
Ahora se estima que las ventas globales de semiconductores crezcan un 7,4% a US$ 639.000 millones, lo que resultaría en un crecimiento inferior al real de 2021 de 26,3%.
“Aunque la escasez de chips está disminuyendo, el mercado mundial de semiconductores está entrando en un período de debilidad, que persistirá hasta 2023, cuando se prevé que los ingresos por semiconductores disminuyan un 2,5%”, dijo Richard Gordon, vicepresidente la consultora.
“Ya estamos viendo debilidad en los mercados finales de semiconductores, especialmente aquellos expuestos al gasto de los consumidores”, agregó el especialista.
Y concluyó: “El aumento de la inflación , los impuestos y las tasas de interés, junto con los costos más altos de energía y combustible, están ejerciendo presión sobre los ingresos disponibles de los consumidores. Esto está afectando el gasto en productos electrónicos como PC y teléfonos inteligentes”.