Tras varios años de pérdidas en la región, el Grupo Telefónica asegura que está comenzando a sanear las situación financiera en los países de habla hispana. Así lo afirma Juan Vicente Martin, director del segmento B2B de Telefónica Hispanoamérica, la segunda división más importante en ventas del grupo durante 2021 (generó 8.362 millones de euros de los 39.277 millones que en total logró facturar el conglomerado español el año pasado).
Operación regional
En efecto, según datos difundidos a los inversionistas, Telefónica Hispanoamérica reportó pérdidas por unos 235 millones de euros en 2019, 1.284 millones en 2020 y 155 millones en 2021.
No obstante, Martin enfatiza que la corporación de telecomunicaciones está empezando a crecer en la región. De hecho, acota que las cifras en rojo “pueden no reflejar lo sano que es el negocio”. En ese sentido, señala que el año pasado generaron un ebitda (ingresos después de gastos operativos) de 1.700 millones de euros (alrededor de US$1.780 millones).
Justamente, hace tres años, el grupo decidió crear Telefónica Hispanoamérica para “entender qué le estaba pasando financieramente a la región”, cuenta Martin. El ejecutivo, ingeniero en telecomunicaciones, estrenó el cargo que actualmente ocupa en ese entonces y luego de liderar por once años la operación B2B del grupo en Colombia.
“Empezamos a mirar cómo podíamos empezar a estabilizar la operación en la región”, dice Martin sobre la escisión corporativa. Anota que el plan supuso desprenderse de las operaciones del grupo en Panamá y Costa Rica y de otros activos, como antenas en Brasil, Perú, Chile y Argentina, para tener una mayor capacidad de inversión. El ejecutivo explica que también implicó reducir la exposición a la volatilidad cambiaria, pues hasta entonces manejaban una cartera basada en monedas locales (ahora es en euros).
“El core de nuestro negocio está siendo un negocio positivo, que está contribuyendo positivamente al grupo. De hecho, ha mejorado tanto el resultado que estamos teniendo que la decisión del grupo ya no es priorizar la evaluación de proyectos de carácter financiero (es decir, alguna desinversión). (…) Muy al contrario, [Telefónica] está considerando que Hispanoamérica puede convertirse en uno de los principales motores de crecimiento del grupo”, afirma.
Servicios digitales: una punta de lanza en el B2B
Actualmente, la división B2B de Telefónica Hispanoamérica opera en ocho países de América Latina (Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, México, Uruguay y Venezuela) y atiende 2,3 millones de clientes.
Según revela Martin, uno de los pilares de recuperación de la división son los servicios digitales. El ejecutivo detalla que este negocio se afianzó con la asimilación del mindset digital que impuso a pandemia y hoy crece anualmente entre 15% y 20%.
Martin explica que 40% de toda la actividad comercial de la división B2B estaba asociada a productos digitales en la prepandemia. Actualmente, ya estos productos representan el 60% de toda actividad comercial de la división, asegura el ejecutivo. “Se ha incrementado en 50% la petición de productos digitales”, precisa.
¿Qué tipo de servicios digitales ofrecen a las empresas? Actualmente, son tres: servicios enfocados en productividad, servicios de cloud computing (nube) y servicios de ciberseguridad. “Eran tecnologías que ya estaban disponibles [antes de la pandemia], [de] las que podíamos dar servicio a las empresas, pero sí es cierto que faltaba una transformación cultural que no se había producido”, enfatiza Martin.
Con ello, el director advierte que la adopción de servicios digitales de telecomunicación se ha dado sobre todo entre las grandes empresas. Esta se ha dado manera natural, ejemplifica Martin, en el sector financiero (que basa su negocio en la información y los datos) e “intensamente” en el minero.
Sobre este último, Martin precisa en la región atienden a 74 empresas mineras (39 en Perú) con infraestructura y conectividad a través del llamado internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). “Le ponemos un chip a cada uno de los elementos que queremos controlar: taladro, cinta de transporte de materiales, camiones. Cogemos esa data y la almacenamos en nubes de la compañía y públicas, que le dan flexibilidad [al cliente] para gestionar esa información. Luego, le ponemos una capa de seguridad para evitar el robo de datos [o el secuestro de servidores]”, dice el director de la división B2B de Telefónica Hispanoamérica.
En el segmento pyme, la adopción va más lenta, pues la digitalización no está la mayoría de las veces en la agenda de prioridades de estas empresas, indica Martin. “Eso no significa que [una pyme] no pueda mejorar. Hay que tener en claro que una pyme peruana compite en igual de condiciones con una pyme chilena, mexicana o de Estados Unidos”, contrasta. Para saltar la barrera, Martin señala que su estrategia está enfocada en desarrollar un portafolio sencillo y asequible, además de invertir en capacidad tecnológica y en los equipos humanos que puedan asesorar a las pymes.
Así, considerando que el crecimiento del negocio de conectividad B2B (la segunda fuente de ingresos de la división) es “plano” (varía entre 1% y 3% al año), Martin estima que toda división B2B crecería en promedio 5% este 2022.
Relaciones con los estados
Los Gobiernos también están en el radar del grupo. En efecto, según cuenta Martin, Telefónica Hispanoamérica está trabajando en la región con las fuerzas policiales de Perú, Argentina, Chile y Colombia, en temas de conectividad para los agentes, sistemas de emergencia y en ciberseguridad. Al respecto, el ejecutivo revela que, durante su última visita a Lima, la segunda semana de junio se reunió con organizaciones del Estado para conversar y entender cómo podían “colaborar juntos”.
Martin compartió dicha información cuando se le comentó sobre la reciente denuncia pública de filtración de datos personales de ciudadanos de sistemas del Estado peruano. Dicha alerta fue realizada por parte de la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc) en mayo pasado.
A propósito de los vínculos esperados con el sector público y privado, Forbes consultó si las sanciones y multas impuestas al Grupo Telefónica en Perú afectan el negocio desde la dimensión reputacional. Martin responde con cautela. Conoce y reconoce como “legítima” la controversia que Telefónica mantiene con el Estado peruano desde fines de los 90 respecto a una millonaria deuda tributaria. Según medios de comunicación peruanos, el monto superaría los S/2.000 millones (alrededor de US$540 millones).
“El Estado considera que tiene que cobrarnos unos tributos y nosotros [Telefónica] estamos discutiendo con ellos [el Estado peruano] desde el punto de vista abierto y legítimo y atendiendo a la legalidad vigente. Es cierto que hoy la multa puede considerarse un importe grande, pero el 90% del importe de la discusión son multas e intereses. No es el objeto de la discusión, que es mucho más pequeño. Como te digo, corresponde a casi hace 20 años, que se ha ido retrasando y no estamos consiguiendo cerrar la conversación con el Estado. En este sentido, [estamos] completamente en línea y coordinados con el Estado”, comenta.
¿Afecta el negocio esta disputa? Según el ejecutivo de Telefónica no lo hace. “Tenemos una cuota de mercado en el sector del corporativo superior al 60% en soluciones de conectividad fija y superior al 30% en soluciones de conectividad móvil. Es decir, el mercado confía en nosotros. Los clientes nos demuestran que quieren seguir trabajando con nosotros y eso para mí es la mayor muestra de reputación de la compañía. Si tuviéramos una situación complicada, los clientes corporativos no trabajarían con nosotros”, remata.
*Publicada en Forbes Chile