Hace algunos años, Uruguay era visto como un lugar para la second o third home: un espacio de retiro para pasar unas semanas al año. Actualmente, eso cambió. Según Francesca Magno, socia de Andersen en Uruguay, factores como la estabilidad política, económica y jurídica y, particularmente, la gestión de la pandemia, impulsaron a familias y profesionales a considerar al país como un lugar permanente para vivir, trabajar e invertir.
"Personas que vivían en ciudades muy grandes, en edificios con un valor del metro cuadrado muy alto y donde la convivencia no era tan fácil, vimos que tenían de Uruguay el recuerdo de lugar de retiro, donde venían, descansaban y estaban en paz en verano. Entonces empezaron a planteárselo ya como un lugar para vivir", indicó durante la segunda edición en Punta del Este de Forbes Real Estate Summit.
De todas maneras, explicó que el interés en el real estate trasciende la compra de una casa para vivir. Magno destacó que muchos extranjeros ven en Uruguay un mercado con alta rentabilidad y espacio para nuevos desarrollos, incluso con obras de más de 6000 metros cuadrados. "Uruguay tiene lugar para más, a diferencia de otros mercados saturados, como Miami", afirmó.
"Nosotros en la firma, teniendo tantos inversores extranjeros, tenemos un área específica en la que asesoramos principalmente sobre dos grandes rubros: el agro, que siempre fue el fuerte de nuestro país, y todo lo que tiene que ver con el real estate, ya sea una casa para vivir, una casa para renta o solo para invertir. También están los que llegaron y encontraron que la tasa de retorno de hacer un edificio o un barrio en Uruguay es muy alta y muy competitiva a nivel mundial", detalló.
A esto se suma, indicó la experta, que la estabilidad del país y la independencia de la justicia juegan un papel importante al momento de elegirlo como lugar para invertir. "Esto le permite a quien hace su cálculo para ver sus tasas de retorno y ver qué tan efectivo es, saber que no van a tener sorpresas en el camino", dijo.
No obstante, Magno también subrayó que para consolidar a Uruguay como un destino global para inversores, es necesario profundizar en políticas económicas y beneficios fiscales, que han sido clave para atraer inversores extranjeros en el pasado. Finalmente, mencionó otros aspectos pendientes, como la falta de conectividad internacional y la necesidad de continuar mejorando las políticas migratorias.