Empresarios uruguayos, que sufren caída o traba de exportaciones manufactureras a Argentina por su restricción de dólares, reaccionaron al acuerdo argentino-brasileño del lunes para destrabar su comercio regional en moneda local.
En el marco de la llegada del presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva a Montevideo, ahora están dispuestos a reflotar el Sistema de Pagos en Moneda Local (SML) argentino-uruguayo, firmado hace ocho años por el economista Mario Bergara, presidente del Banco Central (BCU) bajo el anterior gobierno del Frente Amplio con su par del BCRA.
Si es exitosa una experiencia piloto, el consejo directivo de la Cámara de Industrias (CIU) orientaría a las empresas que lo deseen a que se les pague con pesos uruguayos y no con dólares por los envíos a la vecina orilla, dijo a Forbes Uruguay en exclusiva el presidente de la CIU, Fernando Pache.
"La idea en la que esta trabajando la directiva de CIU, es en la aplicación del SML con Argentina de 2015, para destrabar las exportaciones uruguayas a ese país", comenzó.
A partir del impulso del presidente de Brasil -iniciado en Buenos Aires y a continuar este miércoles 25 en Montevideo- para facilitar el comercio exterior en el Mercosur, una segunda medida a nivel gremial regional será "la revitalización del Consejo Industrial del Mercosur entre los presidentes de la gremiales industriales de cada país, con el fin de trabajar en una agenda común entre empresas de los cuatro para generar más ágilmente el intercambio de bienes entre los países", no sólo con Argentina sino Brasil, adelantó Pache a Forbes Uruguay.
Esquema de funcionamiento
El pasamanos de exportación a cobrar en moneda local y arbitrajes por el tipo de cambio hace a muchos dudar del costo de destrancar productos varados, ante el riesgo de perder dinero al no cobrar dólares. "De ninguna manera estamos optando por perder dinero para no clavarnos con productos que están inviabilizándose en este momento", aclaró Pache.
"Las dificultades para exportar y cobrar a Argentina son enormes" y nuestras tratativas son oportunísimas ante el acuerdo argentino-brasileño de este lunes para exportar sin dólares y ponen sobre el tapete nuestros trámites para recurrir a lo que oferte Lula y no quedar afuera, agregó.
En cuanto a la moneda a facturar por nuestro exportador es en pesos uruguayos. En la CIU no vamos a recibir moneda devaluada o de la cual no sabemos su tipo de cambio. Recibimos pesos uruguayos como si le vendiéramos a un comercio compatriota y los bancos centrales arbitrarán adecuadamente esa moneda a pesos uruguayos, contra pesos argentinos que pagó el importador argentino depositados en su banco privado, para que el BCRA tome esos pesos, explicó.
Pilotos de prueba
Con Brasil no ha sido necesario usar mucho el mecanismo pues no tiene problemas en fluidez de dólares, dijo el presidente de los industriales, que tiene empresa en Argentina, Brasil y Uruguay. Adelantó a Forbes Uruguay que desde F. Pache do Brasil facturará como prueba a F. Pache Uruguay para ver si existe beneficio. De existirlo, lo comunicará al Departamento de Comercio Exterior de la CIU para que lo informe a sus socios. Me pongo como piloto de prueba en esto para que se puedan destrabar en febrero bienes a Argentina y probar menor costo con Brasil, expresó.
Si el presidente Lula lo toma como iniciativa, con su tamaño de país, buena relación con el presidente argentino e, independientemente, la buena relación que desea construir con el presidente uruguayo, creo que la Cámara de Industrias tiene que informarle a sus socios que esta iniciativa puede ser interesante y pasaríamos a promoverla", concluyó el líder industrial.
Industria cayó en 2022 récord
Las exportaciones de Uruguay a Argentina del último año 2022 subieron 112% respecto de 2021, hasta US$ 1.040 millones, por semillas y oleaginosas que saltaron a US$ 410 millones, según Uruguay XXI. El tradicional déficit comercial es de la mitad, casi US$ 400 millones en vez de unos US$ 800 millones (2021). En lo industrial mejoraron combustibles y minerales a US$ 142 millones, seguidos de plásticos, máquinas, grabadoras, grasas, aceites, autos y lácteos.
Para el presidente de la CIU, en ese volumen exportado, más del 50% es soja en admisión temporaria que va a Argentina para procesar aceite y electricidad uruguaya (US$ 390 millones). Esos números desequilibran la estadística. Por fuera hay US$ 600 millones y los estudiamos pues creemos que las manufacturas han bajado" aunque la exportación subió.
Anteriores acuerdos
Esta no es la primera vez que Argentina y Brasil llegan a un acuerdo de este tipo. En 2007, se creó el Sistema de Pagos en Moneda Local para el comercio con explícitas condiciones de operación de este sistema de carácter facultativo. Fue una decisión muy tímida, una experiencia pequeña porque no era algo impositivo sino algo opcional, recordó el mandatario de Brasil durante su visita al país vecino.
En Uruguay también se llegó a un convenio similar durante el último gobierno del Frente Amplio. En ese momento, los entonces presidentes de los bancos centrales de Argentina, Alejandro Vanoli, y Uruguay, Mario Bergara (hoy senador del FA), firmaron ocho años atrás su acuerdo bilateral de pago en monedas locales para facilitar las transacciones y reducir las transferencias hechas en dólares.
Este Sistema de Monedas Locales era voluntario para los exportadores e importadores de ambos, en forma bilateral, para abonar en moneda nacional las operaciones comerciales.
El objetivo era ahorrar costo "de operaciones en dólares, pagar operaciones de comercio de bienes, servicios y gastos relacionados, pagos de operaciones de servicios, transferencias unilaterales clasificadas como Jubilaciones, pensiones y envío de remesas", estimulando "el intercambio bilateral con las PYMES", comunicó en ese momento el BCU presidido en dos oportunidades por Bergara (2008-13/2015-18), ministro de Economía en el bienio intermedio.
Al ser consultado por Forbes Uruguay, el ahora senador expresó: "Nosotros habíamos firmado acuerdos sobre sistema de pago en monedas locales con Argentina y Brasil. La verdad es que no tengo información de con cuanta intensidad se utilizó cada uno de estos. No podría decir cómo ha sido la utilización de ese sistema", admitió.
Cuando se firmó el acuerdo en 2015, en Argentina era presidenta Cristina Fernández y el BCRA -que aplicaba y aplica un severo control de cambios para controlar reservas y fuga de capitales-, cifraba esperanzas en que el inversor volviera "a confiar en el peso mediante la adopción de este mecanismo que tenía el objetivo de permitir el avance en la desdolarización del comercio regional.
Pero ¿por qué no se logró instrumentar? Pache contestó que técnicos del Banco Central le informaron que no se había podido aplicar bilateralmente porque "faltaron algunos detalles administrativos-técnicos para implementar el sistema y no ha sido utilizado el SML con Argentina" en ocho años, tras el acuerdo BCU-BCRA, aunque "sí fue usado con Brasil".
Ahora, ambas entidades financieras se encuentran trabajando para solucionar los inconvenientes técnicos y los problemas administrativos que se presentaron en aquel momento y que no permitieron su instrumentación. De esta manera, la Cámara de Industrias lo podrá proponer para así destrabar el comercio.
De todas maneras, las causas reales del no uso con el peso argentino están a la vista hoy. Desde la paridad con el dólar de los años 90 y el corralito a inicios de siglo, en dos décadas el arbitraje del dólar y la moneda argentina saltó de $1 a $370. Cuando asumió Alberto Fernández el dólar oficial valía $57,98 y el blue a $68, por lo que aumentó 5,5 veces en los tres años del actual gobierno.
No hay moneda sin control
Bergara criticó que en el diálogo entre Lula y Fernández se mencionara una moneda común. "No sé si se limita a una compensación a través de bancos centrales -aunque igual es complicada la situación cambiaria argentina- o pensar en una moneda común que sería completamente inviable" debido a una inflación del 100% y cinco tipos de cambio", indicó.
El senador consideró que no están dadas las condiciones técnicas, políticas e institucionales en el bloque, con el agravante "de retomar lo que fue negativo: la bilateralidad" de los dos socios mayores para "tomar definiciones que dejan afuera a los restantes países del Mercosur y los perjudican".
Al final, el estatus de lo firmado este lunes 23 fue apenas un memorándum muy lejos del euro, el mayor alcance de una moneda común vigente hoy, que exige un Banco Central común y de una coordinación de políticas macroeconómicas de los gobiernos para que estén en control y controlados en torno a su emisión monetaria, inflación y respeten los techos fiscales de gasto.
Brasil pelea por Argentina
Desde la Casa Rosada se firmó un memorándum para financiar cuatro quintos de sus importaciones desde Brasil, si constituye un fondo de garantía en la primera semana de febrero y lo instrumenta en la segunda con sus bancos centrales. Así pasará a tener un año de plazo para pagar, en vez de 30 días como fijaba el SML del bloque de 2007, corto plazo que fue parte de su fracaso.
De esta manera, Argentina gana 12 meses de oxígeno para importar sin dólares pero, como no los tiene, comprometerá el precio a futuro del gas de un gasoducto que no terminó. Es lo más parecido a una bicicleta para llegar a las elecciones de octubre y al cambio de gobierno en diciembre. Lo que pase en enero de 2024 nadie lo sabe, pero Brasil se garantiza por un año subir el comercio con su tercer importador tradicional y recuperar una porción del mercado que le quitó China. Se confirman así las precauciones que Lula sugerirá a Lacalle este miércoles sobre los riesgos del peso del país asiático.
Brasil reveló en rueda conjunta de los dos ministros de Economía, al caer este lunes, que el relanzar del pago en moneda local es reacción ante una situación específica por la pérdida de mercado de Brasil a favor de China por las condiciones de crédito -a mediano plazo- que ese país puede ofrecer y Brasil no.
Sergio Massa, jefe de la cartera de Argentina, destacó que resulta un acuerdo "win-win" (ganar-ganar) y que el beneficio argentino es que "al aumentar la línea de crédito a 366 días, la obligación de pago de divisas se corre un año y un día, con impacto positivo en las reservas del BCRA", revirtiendo el fracaso del acuerdo de monedas locales SML del Mercosur -que "no era malo"- pero daba solo un plazo de 30 días.
Desesperadamente buscando dólares
En diálogo con Financial Times, Massa disparó el inicio de la ruta "para una moneda común, que incluye desde cuestiones fiscales" hasta "el papel de los bancos centrales", con una divisa llamada "Sur", como la bautizó Lula, que sin duda es más política y abarcativa que el "Peso Real" de Mauricio Macri y Jair Bolsonaro en 2019. Sería una marca inservible si la quisieran expandir de los dos socios estratégicos a todo el bloque.
En la diplomacia de Itamaraty se les llama "saltos hacia adelante". Cuando el presente no es promisor, se lanza una idea-fuerza que distraiga el debate hacia el logro futuro. A cambio de símbolos o ilusiones, se consiguen varias concesiones de los interesados más desesperados.
Los negociadores brasileños en Buenos Aires reconocieron que sus contrapartes están urgidas, hasta ansiosas, por financiamiento para un gasoducto que quieren terminar en junio, para que no le exploten las carencias de inversión y dólares en plena campaña electoral hacia octubre. Es que la falta de calefacción a gas calentaría el ambiente entre el electorado no militante.
El anuncio movió el avispero en los mercados de valores, aún en día libre, temiendo un eufemismo para ocultar la próxima desaparición del real, cuya paridad con el dólar duró 5 años (1994-9), la mitad que en Argentina (1991-2001). Las acciones del Banco do Brasil (BB) fueron puestas a prueba de rumores por temor a lo que pasaría con sus cartas de crédito para exportar.
El ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, debió aclarar que no se firmaría más que un memorándum, con el objetivo de que los técnicos estudiaran una divisa común voluntaria para algunas exportaciones o simplemente se limitaran a facilitar que importadores paguen con pesos o reales al exportador que lo acepte.