Omar Paganini, ministro de Industria, Energía y Minería (MIEM) anunció en la tarde de este jueves que en base a los números de Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) y a la salud financiera de Ancap, se tomó la decisión de aprobar una baja importante en el precio de los combustibles.
De esta manera, la nafta super baja $3 por litro y queda en $ 71,89 al público y el gasoil $ 6 por litro, lo que lo deja en $ 58,99, tarifas que regirán a partir de las 00 horas del domingo 1° de enero de 2023. Estos datos incluyen los ajustes que corresponde incluir el 1° de enero vinculado al IMESI, al fideicomiso, así como a los impuestos y tasas que corresponden. Esto quiere decir que este es el precio final que la población va a ver en las estaciones de servicio", detalló el jerarca.
También vale destacar que el supergás no aumenta. Si bien el precio internacional todavía está muy por arriba del precio que se está cobrando en el mercado, hemos decidido dejarlo sin mover, no se cambia, agregó.
En un racconto de la evolución del precio de venta al público en relación a la paridad de precios de importación (PPI), Paganini recordó que en septiembre se dio una primera baja de $3, al igual que en octubre y en noviembre, lo que representa tres bajas seguidas en un semestre.
Esto implica que el gobierno está aplicando lo que dijo, es decir que vamos a estar siguiendo la referencia de Ursea para tomar las decisiones lo más ajustadas posibles al PPI, indicó y añadió: El sistema está funcionando.
La ministra de Economía, Azucena Arbeleche, al igual que Paganini consideró que se trata de un sistema que funciona. Los cambios que hemos incorporado en el mercado de combustibles nos muestran un sistema transparente. El petróleo bajó y hoy estamos anunciando la baja de la nafta y del gasoil, expresó.
Esta iniciativa es una más de una agenda de reformas estructurales que venimos llevando adelante desde el gobierno, indicó la jerarca. En ese sentido destacó la regla fiscal, que permitió dar los recursos necesarios en la pandemia sin aumentar los impuestos, destacó.
Esto permitió además, según expresó, que los ajustes en el resto de las tarifas públicas fueran en línea o muy por debajo de la inflación. Los aumentos de OSE en línea con la inflación esperada para 2023, los de UTE en el entorno de 3,5%, los de Antel en promedio en el 2%, que es muy por debajo de la inflación que estamos esperando para el próximo año.