Francisco Bonino, CEO de Agroempresa Forestal: tras el boom de la celulosa en Uruguay, "gana protagonismo la madera aserrada"
El CEO de Agroempresa Forestal (AF) dice que llegarán nuevas inversiones, aunque es necesario plantar más para que esas industrias tengan su materia prima

Es ingeniero agrónomo y hace más de dos décadas está radicado en Punta del Este, desde donde monitorea las 80 mil hectáreas forestadas que administra. Francisco Bonino es el CEO de Aeroempresa Forestal (AF), uno de los mayores tenedores de tierras forestadas de Uruguay. Entrevistado por Forbes Uruguay, el director ejecutivo de AF consideró que el país tiene un gran potencial para seguir captando inversiones industriales en el sector, en particular para el sector de madera aserrada, pero advierte que hay que levantar la mirada a "largo plazo" para que las nuevas plantas no corran el riesgo de quedarse sin materia prima como hoy le pasa a Canadá. 

La celulosa ocupó buena parte de la agenda del sector forestal por todo lo que implicó el desembarco y construcción de tres plantas. Sin embargo, en el último tiempo están surgiendo inversiones en nuevas industrias ligadas al sector. 

Estamos en un momento en el que venimos de un protagonismo más enfocado en la celulosa, pero parece que está cambiando hacia la madera aserrada o bobinada. El año pasado tuvimos el comienzo de una planta en Rivera, y una nueva inversión en la industria de la madera de pino. Además, tuvimos todo el proceso de ampliación de Arboreal y ahora con el comienzo de CLT (Cross Laminated Timber). Tenemos el anuncio de una nueva planta Lumin en Cerro Largo y el comienzo de Olimar en Treinta y Tres. Además, tenemos datos de dos nuevas plantas de madera aserrada que se instalarían en Uruguay. Hay un cambio importante en el sector de la madera aserrada, que considero muy interesante por el valor agregado que genera. 

¿Qué impacto generará eso para la cadena?

Este sector es uno de los que más multiplica cada dólar producido en la economía. Junto con la lechería, la madera aserrada está en el top de las actividades económicas que generan más valor por cada dólar invertido. Creo que esta nueva etapa es realmente prometedora y, sin duda, va a requerir nuevas habilidades y otras adaptaciones, pero, en definitiva, es una consolidación más allá de lo que estábamos acostumbrados. Más allá de que es probable que en el futuro lleguen nuevas inversiones en el sector celulósico, lo más importante es que este cambio representa algo nuevo respecto a lo que conocíamos hasta ahora.

Me imagino que eso también plantea desafíos respecto a la disponibilidad de materia prima, que difiere de la celulosa, ya que es de un ciclo más largo.  

Es una muy buena pregunta. Hoy existe madera, pero es fundamental que sigamos plantando. No sé si a nivel de Uruguay tenemos esa conciencia. Si te ponés a pensar, una gran parte del éxito del sector forestal se debe a que se plantó una gran masa boscosa, que luego dio lugar a los negocios, aunque en su momento no se veía ese futuro. Al construir la primera planta de UPM, los dueños de esos bosques no eran, de hecho, parte de Shell, por ejemplo, ni de una empresa de celulosa. Lo que quiero decir con esto es que es muy importante comenzar a pensar en cómo seguir replantando y cómo ampliar las áreas para abastecer estas plantas. Actualmente, solo el 7% del área nacional está forestada, pero perfectamente podríamos llegar al 10% o 11% sin que eso represente presión sobre otros sectores de la economía. Creo que realmente hay una oportunidad ahí, pero requiere una visión política y un compromiso de la sociedad para estimularlo.

¿Podemos tener un resurgir para las plantaciones de pino en el país?

Sí. Creo que se va a plantar principalmente pino, ya que muchas de estas nuevas plantas están basadas en pino. A nivel mundial, son pocos los países que están plantando pino, y lo que te mencionaba antes se conecta con esto. Es más común de lo que parece que los países con estrés en las industrias comiencen a enfrentar problemas con el suministro de materia prima. Como estamos acostumbrados a no mirar a largo plazo, cuando nos demos cuenta, puede que ya no tengamos suficiente materia prima para las industrias que queremos desarrollar. Esto puede convertirse en un problema, porque traer madera de otros lugares tiene su costo logístico. Un ejemplo de esto es Canadá, un país muy orientado a la madera, que debido al cambio climático y las plagas ha perdido gran parte de sus bosques. Como resultado, tuvo que cerrar cientos de plantas industriales, y ese negocio simplemente se terminó allí. No podés traer la madera de otro lugar, porque el costo logístico lo haría inviable.

¿Cómo está parada hoy AF en este contexto? 

AF es una empresa con presencia regional, está en Brasil y en Chile hace muchos años. En Uruguay seguimos administrando los cuatro fondos que están listados en la Bolsa. Es un área de unas 80 mil hectáreas de bosque en unas 130 mil hectáreas de tierra. Estamos en una etapa donde los bosques han ido madurando y hay mucho más desarrollo comercial. Se ha ido exportando cada vez más a mercados de Asia y exportaciones en barcos bulk que salen en el puerto de Montevideo, y hay exportaciones en containers. Hoy somos los principales exportadores de madera aserrable de eucaliptus de Uruguay y ahora empezamos esta nueva etapa industrial con la planta que se instaló en Treinta y Tres.

Francisco Bonino, CEO de Agroempresa Forestal. FOTOS: Nicolás Garrido

¿Qué tipo de producción tiene esa planta industrial?

Es una planta de bobinado que genera láminas de madera. Eso mejora la eficiencia y da la posibilidad de llegar a mercados de mayor valor. La planta empezó en marzo y la verdad que está trabajando muy bien. Genera unos 55 puestos de trabajo. Fue una inversión de unos US$ 7 millones, que para el negocio forestal es un monto chiquito, pero para nosotros el impacto estratégico es importante. La planta tiene la capacidad de producir unos 30 mil metros cúbicos de madera por año y puede facturar unos US$ 10-15 millones por año, según los precios. 

¿Pueden seguir ampliando esta pata industrial?

Por ahora el proyecto es ese. De todas formas, estamos abierto a algún tipo de sociedad con madera de nuestros fondos con otras industrias que puedan instalarse en el predio donde tenemos nuestra planta. A nosotros los que nos interesa es agregar más valor a la producción de madera. 

¿Hay algún tema como integrante de la Sociedad de Productores Forestales que te preocupa? En la gestión actual hubo un intento por regular al sector con una ley que luego fue vetada por el presidente Lacalle Pou.

Después de eso hubo un decreto que generó más claridad sobre en qué suelos se puede forestar y en cuáles no, siendo más restrictivo en algunos casos y en otros casos de suelos donde se habilitó la aptitud forestal. Creo que esa discusión ayudó mucho a que no había una necesidad de restringir la forestación para la mayoría de los actores. Hoy todas las plantaciones forestales pasan por el Ministerio de Ambiente y se tiene muy claramente definido dónde se pueden hacer y dónde no. En lo que viene, todavía tenemos mucha cosa para clarificar en todo lo vinculado a medioambiente y a los avances de las normativas. Eso no eso sol un desafío para el sector forestal, sino para el Uruguay en su conjunto, que es cómo ir avanzando y produciendo a la vez cuidando la biodiversidad y el medioambiente. Ahí se requiere mucho diálogo, algo que la futura administración de gobierno ha hecho mucho hincapié bajo la figura del presidente electo (Yamandú Orsi). Creemos ahí tenemos cosas para hacer para levantar las trabas que tenemos, y también en el costo país, puertos (...) mucho tema para mejorar en la eficiencia del transporte, por ejemplo, con la posibilidad de usar más los tritrenes, que es un ganar-ganar para todos. Hay que moverse rápido porque así lo hace el mundo, en un escenario más hostil del que teníamos antes.