Kong Fuzi, más famoso en Occidente como Confucio, es posiblemente el filósofo chino más conocido e influyente de todos los tiempos. A pesar de vivir hace dos milenios y medio, sus escritos podrían servir fácilmente como inspiración y guía para los fundadores de startups de hoy en día. Después de todo, aunque la tecnología con la que se enfrentan los emprendedores es nueva, el problema de superar las dificultades y tratar con las personas es tan antiguo como la humanidad misma.
1. No importa lo lento que vayas siempre y cuando no te detengas
Incluso en el mundo de las nuevas empresas en el que el crecimiento exponencial es un factor crucial, el éxito de la noche a la mañana es en gran medida un mito. Antes de cualquier curva de crecimiento impresionante suelen estar años de esfuerzo, experiencia y fracasos.
En consecuencia, la perseverancia es primordial. En lugar de fijarte en los resultados inmediatos, como fundador debés centrarte en el esfuerzo constante y el progreso incremental. Cada paso, por pequeño que sea, te acerca a tus objetivos.
2. Oigo y olvido. Veo y recuerdo. Lo hago y lo entiendo
Un recordatorio de que la experiencia es la única verdadera maestra. Es por eso que, como joven fundador de una startup, debés buscar la ayuda de mentores y asesores y también tenés que intentar atraer profesionales experimentados a tu equipo de startups.
Además, los conocimientos más profundos surgen de la experiencia de primera mano, lo que te permite obtener una comprensión más profunda de tu industria y perfeccionar tus estrategias en consecuencia. Generalmente es una mala idea iniciar un proyecto en un campo en el que no se tiene experiencia de primera mano.
3. Nuestra mayor gloria no está en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos
Otro excelente recordatorio de que en las startups (y a menudo en la vida) el fracaso es inevitable y que la resiliencia es una gran parte de lo que distingue a los exitosos de los fracasados.
4. Donde quiera que vayas, ve con todo tu corazón
Llevar con éxito un proyecto de inicio de cero a uno es extremadamente difícil. A menos que estés completamente comprometido, es poco probable que tengas éxito, e incluso si lo lográs, es posible que el costo no valga la pena.
5. El objeto del hombre superior es la verdad
En los negocios, la integridad y la honestidad son principios fundamentales. A largo plazo, tu reputación es tu activo más valioso, por lo que rara vez vale la pena mancharla para obtener ganancias a corto plazo.
Sin embargo, lo más exclusivo de las empresas emergentes es que una de las formas más fáciles de perder tiempo y dinero es ceder al autoengaño. Por eso es crucial comparar constantemente tu visión y tus ideas con la realidad y ajustar tus planes en función de la retroalimentación que te brinda el mercado. En este sentido, como fundador en etapa inicial, debés funcionar como científico y mantener la verdad como tu valor y prioridad número uno.
6. Sólo los hombres más sabios y estúpidos nunca cambian
La adaptabilidad es un sello distintivo de las startups exitosas. Las palabras de Confucio resaltan la importancia de aprender y evolucionar. En el panorama empresarial que cambia rápidamente, los fundadores que permanecen abiertos a nuevas ideas, cambios de mercado y comentarios son los que prosperan. La terquedad inhibe el crecimiento, mientras que aceptar el cambio fomenta la innovación y la resiliencia.
7. Deben cambiar con frecuencia quienes quieran ser constantes en la felicidad o en la sabiduría
Un recordatorio de que el éxito es un viaje, más que un destino. Esto es más que cierto para las startups, como lo es para la mayoría de las cosas en la vida.
8. El hombre superior hace de la dificultad de la superación su primer interés; el éxito sólo llega después
Como fundador, tu trabajo es resolver problemas. El éxito se logra por sí solo si dirigís la empresa en la dirección correcta y si te ocupás de los desafíos que se te presentan de manera eficiente.
*Con información de Forbes US