El antisemitismo le costó a Harvard millones de dólares: ¿cómo piensa solucionarlo?
Las críticas de exalumnos y empresarios por la gestión de los casos de antisemitismo llevaron a la institución a implementar nuevas reglas y reforzar sus políticas internas. Entre las medidas anunciadas, se incluyen una alianza académica con una universidad israelí y la designación de un responsable para atender denuncias. La incertidumbre sigue, y algunos grandes donantes aún no confirman si reanudarán sus aportes.

La Universidad de Harvard resolvió el martes dos denuncias presentadas por grupos que habían acusado a sus autoridades de un mal manejo de casos de antisemitismo en el campus y de no proteger a estudiantes judíos e israelíes luego del ataque mortal de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023 y la feroz invasión de Israel a Gaza en respuesta.

La situación se generó en un período complicado para Harvard, que enfrentó críticas de exalumnos, donantes y el Congreso de Estados Unidos por su respuesta a los ataques del 7 de octubre y las manifestaciones a favor de Palestina en el campus. Una de las denuncias, presentada por el estudiante judío de posgrado Alexander Kestenbaum y el grupo Estudiantes Contra el Antisemitismo, sostenía que estudiantes y profesores a favor de Hamás promovían violencia contra judíos, los acosaban y los agredían en el campus, y que las autoridades de la universidad no habían tomado medidas al respecto.

La otra denuncia fue presentada por el Centro Louis D. Brandeis para los Derechos Humanos Bajo la Ley y Judíos Americanos por la Equidad en la Educación.

No está claro si estos cambios serán suficientes para satisfacer a algunos de los grandes benefactores multimillonarios de la universidad, como el fundador y CEO de Citadel, Ken Griffin, y el fundador y CEO de Pershing Square Capital Management, Bill Ackman, quienes suspendieron sus donaciones a Harvard luego de la declaración de la entonces presidenta Claudine Gay ante el Congreso. Un portavoz de Griffin se negó a comentar al respecto, y Ackman no respondió a la solicitud de comentario.

El empresario británico-estadounidense Len Blavatnik, quien también dejó de donar a Harvard tras el testimonio de Gay, declaró el martes a Forbes: "Me complace que Harvard finalmente esté tomando medidas significativas para abordar el antisemitismo en el campus y espero ver más avances en los próximos meses". No comentó si retomará sus donaciones.

Según los acuerdos alcanzados, la universidad adoptará la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto como parte de sus políticas contra el acoso y la discriminación. "El acuerdo con Harvard es importante en parte porque detalla cómo el acoso, la marginación o la exclusión de sionistas pueden violar las políticas contra la discriminación. En los últimos meses, vimos que otras universidades avanzan en esta dirección, como la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y la Universidad de Nueva York. La postura de Harvard es la más detallada y prominente hasta ahora", afirmó Kenneth Marcus, presidente del Centro Brandeis y exsecretario adjunto de educación de Estados Unidos durante el gobierno de Donald Trump.

Harvard contratará a una persona en su Oficina de Conducta Comunitaria para manejar denuncias de antisemitismo y elaborar informes anuales durante los próximos cinco años, que resumirán las denuncias y la respuesta de la universidad. 

La universidad también publicará una página de Preguntas Frecuentes sobre sus políticas de discriminación, donde se incluirá la afirmación: "Para muchas personas judías, el sionismo es parte de su identidad judía. Una conducta que violaría la política de no discriminación si estuviera dirigida a personas judías o israelíes también puede violarla si está dirigida a sionistas. Ejemplos de tales conductas incluyen excluir a sionistas de un evento abierto, pedir la muerte de sionistas, aplicar una prueba de admisión 'sin sionistas' para participar en cualquier actividad de Harvard, difundir o utilizar estereotipos, tropos o teorías conspirativas sobre sionistas (por ejemplo, 'los sionistas controlan los medios'), o exigirle a una persona que es o parece ser judía o israelí que exprese una postura sobre Israel o el sionismo con el fin de acosar o discriminar".

Harvard contratará a una persona en su Oficina de Conducta Comunitaria para manejar denuncias de antisemitismo y elaborar informes anuales durante los próximos cinco años, que resumirán las denuncias y la respuesta de la universidad. Además, establecerá una asociación oficial con una universidad israelí, cuya identidad todavía no se determinó. Los acuerdos también incluyen términos monetarios, pero los detalles no se revelaron.

El expresidente de Harvard, Lawrence Bacow, quien dirigió la universidad entre julio de 2018 y junio de 2023 antes de que Claudine Gay lo sucediera, dijo que se siente "muy conforme" con los acuerdos. "Probablemente no calmen la controversia en el campus sobre la guerra en Gaza, pero Harvard se comprometió a tomar medidas importantes y necesarias para evitar que el debate legítimo se convierta en odio y discriminación", escribió en un mail a Forbes. "Los acuerdos deberían estimular más enseñanza, investigación y conciencia pública sobre el antisemitismo y sus consecuencias", agregó.

Las donaciones a Harvard bajaron un 15% entre los períodos fiscales de 2023 y 2024, pasando de 1.400 millones de dólares a 1.200 millones de dólares, probablemente por las controversias por antisemitismo y los cambios en la conducción de la universidad. Ken Griffin, quien donó más de 500 millones de dólares a la universidad, incluida una contribución de 300 millones de dólares que llevó su nombre a la Escuela de Posgrado de Artes y Ciencias, suspendió sus donaciones en enero de 2024.

Ese mismo mes, durante una conferencia de la Managed Funds Association, Griffin expresó: "En mi mundo no hay lugar para el antisemitismo ni para llamados al genocidio, simplemente no. Y fue desgarrador ver el testimonio ante el Congreso cuando les hicieron una pregunta muy sencilla sobre cómo reaccionar ante llamados al genocidio en el campus. Es una respuesta simple. Podés preguntarle a mis abogados, pero yo te digo que, como presidente de cualquier universidad, no hay tolerancia para llamados al genocidio en mi campus", concluyó.

*Con información de Forbes US.