Dovat invierte US$ 100 millones y sueña con crear un distrito de 600 hectáreas para transformar Montevideo
Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay
Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay
La frase del economista liberal Milton Friedman se lee en una discreta placa de la sala de reuniones número 3 del edificio Celebra y representa la cosmovisión de Orlando Dovat, presidente de Zonamerica y su cofundador en 1990 junto a Daniel Carriquiry.
“Una sociedad que pone la igualdad antes que la libertad no obtendrá ninguna de ambas. Pero una sociedad que priorice la libertad sobre la igualdad obtendrá un alto grado de ambas”.
Milton Friedman
Hoy es el parque logístico que aloja a 350 empresas y 10 mil trabajadores, opera exportaciones por más de US$ 2.200 millones obtendrá en 2022 cerca de US$ 47 millones en ingresos.
Desde hace más de cuatro años la compañía es dirigida por su hijo, Martín, quien anunció una inversión de US$ 100 millones en proyectos inmobiliarios para el próximo año, de los cuales solo US$ 18 millones serán para nuevas oficinas y espacios de almacenamiento. Y al menos US$ 50 millones se destinarán a zonificar terrenos para un proyecto comunitario de 20 hectáreas.
Pero ese es apenas el inicio del gran sueño que podría revolucionar el diseño urbano de Montevideo.
Recién llegado de Weston Beach, Nueva York y Chicago, Dovat dio detalles inéditos a Forbes sobre su gran proyecto, repasó el estado actual de su empresa, la vida post Covid, su visión del mañana a los 76 años y el legado a sus hijos. Aquí, extractos de la charla.
¿Cuál fue el mayor impacto de la pandemia hacia el futuro?
Nos permitió repensar la empresa, el sentido, los enfoques. En las empresas de logística no hubo tanto cambio, pero sí en las de servicios, que modificaron sus políticas de presencialidad y pronto llegará el metaverso. En lugar de dar un paso para atrás, dimos tres para adelante.
¿En qué sentido?
En que surgieron nuevos desafíos: los de la distancia, la movilidad, la vivienda. Es un tema de ecosistema que excede a la zona franca. Y, por otro lado, vemos que el fuerte de Zonamerica no es la exención de impuestos. Tenemos un centro de trabajo, un ecosistema donde las empresas vienen a buscar soluciones: debemos lograr que vean que aquí es el lugar más agradable para trabajar y el más eficiente. Pero tenemos un proyecto mucho más ambicioso que podría tener un impacto fenomenal en Montevideo.
¿De qué se trata?
Queremos crear un distrito que rodee a la zona franca. Es un proyecto a 25 años que contempla viviendas, comercios y servicios en 600 hectáreas en distintas etapas. Tiene que haber un derrame hacia la sociedad: no estamos pensando en un barrio de altos ingresos, sino en barrios mixtos de todos los ingresos. (N. de R.: Zonamerica se ubica en el municipio F, el de mayor nivel de pobreza en Montevideo: 23,5%, según datos oficiales).
¿Cuál sería el aporte urbanístico en la ciudad?
Nosotros vemos dos sectores bien diferenciados en Montevideo: hay un centro de influencia en la zona de World Trade Center, y el otro está de Carrasco para acá. Ahí es donde tenemos que trabajar. Ahora no estamos tan lejos, porque además en nuestra zona de influencia, donde está Don Bosco, se agregó la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República, con la actividad de 3.500 estudiantes, donde podemos dar muchísimas soluciones. Eso nos fortalece. Por un lado está Villa García, donde ya están trabajando con un joint-venture inmobiliario y una inversión de US$ 50 millones. Por el otro está Don Bosco.
¿Qué extensión tienen todas esas tierras de las que son dueños?
Son 600 hectáreas. No pensamos en este momento en 600 hectáreas porque es como todo el Centro, toda Ciudad Vieja… 600 hectáreas es enorme. Pero podríamos hacerlo. El eje de la Ruta 102 o lo que llamamos la perimetral –que corta la Ruta 8, hace como un martillo pero después sigue hasta la Ruta 5–, que divide la parte de Zonamerica con respecto a la parte de Don Bosco; esa zona queremos mejorarla. Tenemos que mejorar del kilómetro 16 hacia acá como una mejora del pueblo. Luego, de este lado, crear unas nuevas condiciones.
¿Cuál es el obstáculo?
Con la Intendencia hemos discutido la unión de las dos cosas, porque no queremos que haya una separación tan abrupta. Tiene que haber un túnel o puentes que integren ambos barrios, que no sean dos mundos. Debemos encontrar el medio para que alguna Intendencia (de Montevideo) algún día nos apoye. Las políticas que de pronto hace Canelones son más abiertas que las de Montevideo, muy efectivas. Tenemos todo el masterplan y su financiación, pero falta el papel.
¿Cuáles son los mayores reparos que pone la Intendencia?
La visión que tiene la Intendencia ha sido evitar que se generen nuevos centros urbanos, a pesar de que se forman y muchas veces de manera ilegal. Un ejemplo es el estadio de Peñarol, que está en una zona donde no podría haber sido construido, y la Facultad de Veterinaria; a ellos también les vendría muy bien que se regularice la tierra.
¿Y por qué cree que esta vez tendrá éxito en la aprobación?
El proyecto hoy tiene una visión de distrito, mucho más moderna. Los técnicos de la Intendencia están estudiando el último Programa de Actuación Integrada (PAI) que presentamos. Una vez que eso esté pronto, la intendenta tiene que aprobarlo y mandar un mensaje a la Junta Departamental diciendo que quiere que tantas hectáreas del departamento en tal lugar sean declaradas zona urbana para el desarrollo de tal proyecto. Entonces, se le pondrá un nombre al barrio.
¿Propusieron uno?
No. Pero la realidad es la que nos indica la gente, porque ya hay muchos ómnibus que dicen Zonamerica, entonces ya es un lugar. En algunas zonas ya contamos con la aprobación, como en Villa García, pero a los dos lados de Zonamerica tiene que insertarse una ciudad. Que el transporte fluya, que tengan la visión de que aquí puede haber un nuevo barrio relevante de la ciudad y no una zona franca.
Para eso son vitales la aprobación y el compromiso del sector público…
Por supuesto. Con voluntad política se resuelve el saneamiento, las grandes líneas de electricidad, los problemas de las rutas. Hay prevista una carretera o camino desde la conjunción de la Ruta 8 y la 102 hasta la Cruz de Carrasco, atravesando por los bañados de Carrasco. Es una muy buena obra que resolvería los problemas de circulación del estadio de Peñarol, que es bastante caótico cada vez que hay un partido. El financiamiento está.
¿Toman alguna referencia de otro país?
En Buenos Aires, donde hoy está Puerto Madero, antes no había nada, solo algunos depósitos abandonados. Nuestro proyecto es distinto porque no habría edificios de más de cuatro o cinco pisos, sería más verde. Ahora tengo ganas de ir a Londres a ver un caso parecido. Esto es el Zonamerica que visualizo para dentro de 10, 15, 20 años. Crear un nuevo distrito, con barrios de diversos ingresos, y que también sea un centro de negocios, como puede ser World Trade Center, que no necesariamente sea una zona franca.
¿Cuánto dinero se requiere?
Son muchos millones y es a lo largo de muchos años. Esto de siempre hablar y salir con millones le gusta mucho al periodismo. ¿Van a invertir 100, 200, 500 o 1.000 millones? Sí, digo que este es un plan a 25 años y entonces van a ser US$ 1.000 millones, pero no los voy a poner yo, los van a poner otros que van a ir comprando tierra y lo van a ir haciendo. Aquí el metro cuadrado ahora se hizo bastante más barato, entonces se puede pensar en individualizar las actividades de cada empresa con edificios propios, cosa que en Pocitos ya no es posible.
Sos conocido como el “padre” de las zonas francas en Uruguay. ¿Este sería tu proyecto más grande?
Estamos soñando en grande. Queremos generar un impacto positivo en la sociedad, y para eso se necesita del sector público y privado. La zona franca es libertad hacia el mundo, pero no hacia el país. Hay una enorme frontera alrededor de una zona franca que divide al país en dos: la zona franca y la no franca. Me gustaría que la zona franca derramara hacia la comunidad los beneficios y el concepto de libertad. ¿Los hombres tenemos derecho a poner fronteras y condicionar a las personas a que todo su futuro se desarrolle en un país pobre separado por una línea de un país rico?
Todas las salas de reuniones tienen nombres de pensadores liberales.
¿Qué valor le das ala libertad?
Es un valor imprescindible. En lo económico hay muchas cosas que lo impiden, como aranceles y medidas paraarancelarias que afectan el comercio, los altos impuestos y las restricciones, cuotificaciones, etcétera. La libertad va con el concepto del liberalismo, que es contrario al comunismo y a la sociedad de izquierda, pero entiendo que si miramos un mundo ideal es un mundo sin fronteras, sin países, un mundo de libertad con principios de justicia y convivencia. Ese concepto lo tenemos que llevar a la pequeña comunidad donde uno vive.
¿Cuál es tu mayor preocupación hoy?
Me preocupa que tengo 76 años y no voy a poder hacer muchas cosas más que me gustaría hacer. Me siento y estoy bien, pero la biología… Hoy sueño y trabajo por un proyecto que no voy a poder ver.
¿Cuál es tu relación con el dinero?
El dinero es más bien un medio para poder crecer y hacer cosas. En lo personal lo uso más que nada para viajar bastante, porque trabajo y me gusta conocer, soy curioso. Me saqué las ganas con un Tesla, pero no me gusta que el dinero sea un elemento de poder ni de ostentación.
¿Cuál es tu lugar en el mundo?
La vida en Madrid me parece increíble. Todo es como deben ser las cosas y como uno querría que fueran acá. Los restoranes, la alegría, la ciudad limpia, la cultura… Pero no iría a vivir a ningún lado. Mi lugar es acá en Uruguay. Tengo dos hijos, ocho nietos, entonces a esta altura de la vida pensar en irse… no. Hay que salir, viajar, disfrutar y volver a las raíces. Tengo una familia muy unida. Lo mejor que me dejó mi padre fueron los valores, los buenos recuerdos compartidos, esa es la mejor herencia que uno puede dejar.
¿Cómo ves la situación actual del Mercosur y el posible TLC de Uruguay con China?
Es un momento interesantísimo. Se dieron las circunstancias para poder avanzar. En otros momentos no se daban, no solo por un cambio del Frente Amplio a una “coalición multicolor”. Hoy Brasil nos está dando la gran oportunidad. Brasil rompió con las normas del Mercosur, bajó el arancel, y contra eso ya Uruguay consiguió una ventaja: las zonas francas hoy pueden comerciar con el Mercosur. Pero hay que tener cuidado en el acuerdo con China.
Los chinos no van a hacerlo gratis, nos van a poner condiciones y habrá que ver. Cuando Argentina y Brasil finalmente hayan aceptado que Uruguay avance, se va a producir un segundo nivel de discusiones, que es el propio TLC. Zonamerica estuvo en China. Ya no estamos, prácticamente. La estructura jurídica existe, podemos arrancar cuando queramos, pero no tenemos ni oficinas en este momento. Puede darse una oportunidad de volver con esto del TLC.
¿Qué hay en juego en este TLC?
Mucho va a depender del comercio electrónico. La cantidad de productos que puede ingresar a Uruguay es muy amplia. El beneficio puede ser enorme para el consumidor y para el comercio, porque habrá precios más bajos y el pueblo tendrá acceso a más productos. Pero si genera desempleo en algunos sectores entonces es malo. En los puntos donde va a generarse debilidad y desempleo pienso que se les puede exigir a los chinos que haya inversión.
Pero ¿queremos la inversión china o no la queremos? ¿Queremos que nos compren o que nos inviertan?
Hay muchas variables. Cuando vengan los chinos y digan que quieren poner un puerto de aguas profundas en Rocha, ¿les va a gustar a Argentina y Brasil? Puede ser muy conflictivo. Uruguay también tiene que fortalecer muchísimo las aduanas, y lo mismo Argentina y Brasil, porque al entrar productos chinos sin impuestos va a haber mucho contrabando. Hay que ponerse en el lugar del vecino.
¿Nos conviene darle tanta entrada a China? Hay aspectos geopolíticos implicados…
Exacto, porque China tiene especiales intereses en poder entrar a América Latina. Pero pongamos también las cosas en su lugar: Perú y Chile tienen acuerdos de TLC con China, ¿pasó algo? Que yo sepa, no hubo tanto dominio de los chinos.