Diego Labat, presidente del BCU: “Nos falta para facilitar la entrada de nuevos jugadores”
El avance en el sistema de pagos, la extinción del dinero en efectivo y los próximos desafíos, son algunos de los temas que trató durante su participación en Forbes Revolución Fintech Summit.

El presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Diego Labat, participó de la segunda edición local de Forbes Revolución Fintech Summit. Durante su participación, contó qué hizo para promover una mayor apertura del mercado de pagos en Uruguay, su posición respecto a los criptoactivos y lo que queda pendiente . A continuación, un resumen de la charla.

Cuando asumiste hace cuatro años dijiste que el país estaba muy rezagado en la región en algunos indicadores vinculados al sistema de pagos, por ejemplo. ¿Qué se hizo para avanzar?

Todos los días tenemos situaciones. Hemos tratado de ser muy pragmáticos y bajamos ese nivel de ruido que había hasta hace un tiempo cuando se ponían ciertos obstáculos entre distintos operadores. 

Por ejemplo, cuando uno quería hacer una transferencia instantánea se veía que había algunos jugadores del mercado que no aparecían en la grilla para poder realizar esas transferencias. Este tipo de cosas, dos o tres veces por semana las tratamos de solucionar con el equipo de pagos. ¿Estamos donde queremos estar? ¿Tenemos toda la competencia que queremos? No, todavía falta muchísimo. En muchos casos es preferible, aún equivocándonos, dejar hacer, pero siempre siendo cuidadosos y protegiendo al consumidor. Hay que mantener los equilibrios, pero todavía nos falta un buen camino para recorrer y facilitar la entrada de nuevos jugadores. 

¿El Banco Central está hoy en condiciones de habilitar el ingreso de un banco 100% digital, por ejemplo?

Entiendo que hoy si un banco digital se quiere instalar no tendría ningún problema. Sí, para nosotros un banco digital es un banco. Si aparece esa opción, trataremos de allanar el camino para que suceda. 

El Banco Central avanzó en su momento con un piloto para el lanzamiento de una moneda digital, el e-Peso. ¿Se sigue adelante con ese plan? Hay quienes dicen que al dinero en efectivo le queda poca vida. 

El piloto fue exitoso en su momento, cuando prácticamente ningún banco central había avanzado en ese tema. ¿Dónde estuvo nuestro diagnóstico? Cuando hacer una transferencia electrónica un sábado podía demandar 48 horas a la otra persona y, además, me costaba US$ 1,90, yo no puedo estar pensando en avanzar con una moneda digital. Había cosas bastante más básicas para resolver. 

El Banco Central sigue adelante con ese plan. La realidad es que todos los bancos centrales han dado sus pasos, salvo contadas excepciones, ninguno todavía se tiró al agua, siguen con investigaciones, sacan libros blancos, guías. El BCU acompaña ese proceso y es algo que no hay que descartarlo, pero hay que estar más maduro para implementarlo. 

Uruguay tiene un proceso bien claro de dejar de utilizar efectivo. Cuando comenzó el proceso de inclusión financiera (en 2020) los billetes eran el 28% de los medios de pagos; hoy son el 20%. Hay claramente una tendencia y vamos a llegar a un punto donde usar el efectivo puede ser una complicación, quizás pasaba hace 10 años atrás con las tarjetas de débito. 

¿Cómo se para el Banco Central ante todo el avance las criptomonedas como medios de pagos? Hay empresas que le están pagando a sus empleados con esos criptoactivos que no están regulados por ningún agente.

El fenómeno de los activos virtuales, como lo llamamos nosotros, más que criptomonedas, tiene cosas muy interesantes y algunas otras complicadas. Los bancos centrales siempre hemos estado un poco reacios. Mi posición, desde que asumí como presidente, fue decir que no podemos decir que esto no existe y que, con los debidos cuidados, tenemos que avanzar. 

Formamos un grupo de trabajo de ocho personas que trabajaron muy bien porque partieron de cero, conceptualizaron un problema y escribieron un libro blanco que se publicó hace un par de años, dando una primera hoja de ruta de lo que queremos hacer, que es dar cierta regulación tratando de meternos lo menos posible, pero dar un cierto marco que dé garantías al sistema. 

Hoy quizás estemos un poco frenados por el invierno cripto que hubo en estos años. Además, mandamos un proyecto de ley al Parlamento que tiene media sanción, falta terminar con la Cámara de Senadores. Luego que salga esa ley avanzaremos con la reglamentación, que será lo menos invasiva posible, pero teniendo los cuidados del caso. Hay mucha cosa para sacar de los activos virtuales. Por supuesto que todos los días nos estamos enterando de casos de malos usos. Hay que tener los equilibrios necesarios para permitir avances y cuidar la confianza en el sistema.  

El acceso al financiamiento a través del mercado de valores siempre fue una barrera para empresas de menor porte en Uruguay. En el último tiempo se dieron algunos avances y hace pocas semanas una empresa de portería virtual (Foxsys) pudo abrir su capital en bolsa. ¿Está conforme con lo hecho hasta ahora?

Promovimos un mejor funcionamiento de la Comisión de Promoción del Mercado de Valores, que hizo algunos avances, quizás no todos lo que quisiéramos. Avanzamos con las operaciones de emisiones simplificadas, cambiábamos bastante el trámite de autorización. 

Hicimos todo un rediseño con una consultora de todo el trámite de autorización hace algo más de un año con la identificación de 40 medidas, de las cuales creo se levantaron la enorme mayoría para simplificar todo el proceso. Tuvimos algunos hitos, pero todavía quedan muchos deberes. Y nos deja un dilema y una discusión que tienen los distintos bancos centrales, que es hasta dónde nos metemos nosotros en el desarrollo de la infraestructura, que tiene sus equilibrios. ¿Por qué? Porque cuando uno deja todo liberado, a veces pasa que el mercado no resuelve las cuestiones. Por eso los bancos centrales se están metiendo en los pagos, por ejemplo. 

Ahora, si todo lo hace una institución estatal, después es difícil que se tenga dinamismo para seguir innovando. Con el mercado de valores nos pasa un poco eso, hay infraestructuras que siguen sin funcionar. Tenemos tres bolsas y el Banco Central es el único depositario del mercado de valores. Eso hoy no es eficiente para su funcionamiento y estamos tratando de unificar algo con las tres bolsas.  

¿Cuál es el gran desafío que tendrá la próxima administración del Banco Central?

Una virtud que tiene el Banco Central es que hay determinados procesos que continúan independientemente de los distintos directorios que pasan por la institución. Hoy lanzamos proyectos que seguramente yo no voy a ver y que tendrá que seguir la próxima administración. Creo que todo el tema de cómo fomentar más competencia, mayor acceso a los mercados, es algo donde nos debemos cierta discusión legal. 

Ese proceso ya lo comenzamos sabiendo que no lo vamos a culminar. Me imagino a un próximo directorio del Banco Central continuando con los proyectos que están en marcha, corregirá, a algunos los sacará, pero no me imagino una agenda enormemente disruptiva. Soy un firme creyente de las reglas y las instituciones; eso es muy bueno para el país y la confianza del sector privado.