La consultora de servicios profesionales más grande del mundo, Deloitte Touche Tohmatsu Limited, más conocida como Deloitte, realizó un movimiento estratégico, esta vez no para alguno de sus cientos de clientes en todo el globo, sino para lograr una mejor performance de cara a sus recursos humanos y el cuidado del medio ambiente.

Así lo explicó Enrique Ermoglio, Socio director de Deloitte Uruguay, "este nuevo espacio tiene que ser un lugar que haga que la gente quiera venir a la oficina, que ese acto sea algo a disfrutar. Estamos en un espacio más actualizado, cómodo y accesible, que nos ayuda mantenernos posicionados en el lugar de liderazgo en el que estábamos. Se trata de un hito importante para la firma y también para cada uno de nosotros”.

Como todas las compañías del mundo, que tuvieron que lidiar con la pandemia en su momento y con las enseñanzas que dejó, los de Deloitte buscan con este movimiento una modernización de nuestro espacio de trabajo para adaptarse a las nuevas modalidades, un espacio integrador, donde todas las líneas de servicio de la compañía comparten espacios open office para trabajar en conjunto apoyados en toda nuestra infraestructura tecnológica. 

Aunque suena ambicioso, Ermoglio explica que buscan “un espacio que se adapte a nuestras necesidades actuales, que reúna las condiciones de ser un espacio cómodo para trabajar y también permita la conexión con los colaboradores que estén en sus casas o trabajando en el cliente.”

De acuerdo al ejecutivo, Deloitte busca un espacio pensado para que haya un tercio del personal en la oficina, otro trabajando con los clientes y el resto desde la casa. 

La huella ambiental

Según el mismo ejecutivo, otro de los motivos de peso para el traslado de la Ciudad Vieja a Sinergia Faro fue el compromiso global de la compañía inglesa con la iniciativa conocida como World Climate que tiene por objetivo lograr cero emisiones netas para 2030. 

Para una compañía como Deloitte este objetivo es muy importante por su rol como consultora de miles de empresas en todo el mundo. Por ello eligieron un edificio diseñado para tener la menor huella ambiental posible. Las instalaciones de Sinergia Faro cuentan con la certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) y un sistema sustentable de clasificación y recolección de residuos. 

Ermoglia destaca también la nueva ubicación porque “permite reducir los tiempos de traslado, ya que está más cerca de donde viven nuestros colaboradores. A su vez, el edificio cuenta con estacionamiento de bicicletas y vestuarios para incentivar métodos de transporte alternativos.”

La nueva oficina está divida en tres pisos. Los primeros dos tienen áreas de trabajo compartido que se nutren de todas las líneas de servicio y salas de reuniones. El tercero, tiene salas exclusivas para recibir clientes.  

De Uruguay para el mundo

La vista que ofrece el imponente edificio de Sinergia Faro descubre con facilidad los planes de la compañía y Ermoglio no esconde sus cartas y explica al diario El Observador que “este crecimiento tiene dos vertientes: el mercado local y el internacional” dice el ejecutivo.

Y completa la idea contando que “En el ámbito local, nos apoyamos en la recuperación económica pos-pandemia, que se traduce en una mayor disposición de las empresas por contratar servicios. La estructura interconectada de nuestra firma nos permite también apuntar al plano internacional, con la posibilidad de trabajar desde Uruguay articuladamente con profesionales de diferentes países para brindar soluciones a clientes locales e internacionales.”