Los clubes de la Major League Soccer participan en torneos de la Concacaf desde el nacimiento de la liga, en 1996. Sin embargo, la mayoría de esos partidos no tuvo el clima de ocasión especial que sí suelen tener los encuentros de la UEFA Champions League o la Copa Libertadores.
Gracias, en gran parte, a Lionel Messi, el 2025 rompió con esa lógica. Todos los partidos del Inter Miami en su camino a las semifinales de la Copa de Campeones de la Concacaf generaron impacto. Desde el debut bajo cero ante Kansas City, pasando por la visita al estadio nacional de Jamaica en Kingston, hasta el cruce contra LAFC a principios de mes, con una tribuna repleta de celebridades.
El jueves a la noche, ese envión siguió, pese a la derrota 2-0 frente a Vancouver Whitecaps en BC Place. A pesar de que solo tuvieron 15 días para organizar la venta de entradas tras la victoria en cuartos de final ante los Pumas UNAM, los Whitecaps llevaron 53.837 personas al estadio.
Hay muy pocos deportistas en el mundo —y menos aún futbolistas— que despierten tanto interés cada vez que pisan una cancha como Messi. Por eso, ni la MLS, ni la Concacaf ni sus clubes pueden copiar una fórmula para replicar lo que él genera. De todos modos, el foco que logró ponerle a esta competencia continental debería dejar varias enseñanzas, tanto para la liga como para sus equipos, en el intento de hacer crecer el fútbol en Estados Unidos y también en la región.
A la MLS le faltan más estrellas en sus partidos claves
Zlatan Ibrahimovic no jugó ni un solo partido de Concacaf en sus dos temporadas con LA Galaxy. Un caso que pinta de cuerpo entero la dificultad que tiene la liga para que sus grandes figuras participen en torneos internacionales.
Messi es una excepción en muchos sentidos. Y en el contexto de la MLS, también lo es por ser una de las pocas estrellas de renombre que realmente está a la altura dentro de la cancha.
Si bien no es el único jugador famoso que pasó por la liga, muchos equipos resignaron otras partes de su plantel para fichar a nombres rutilantes, siempre dentro de los límites que impone el reglamento de la MLS. Así, varias figuras ni siquiera llegaron a disputar competiciones continentales.
Ahí está el ejemplo de Zlatan, Wayne Rooney y David Villa, que entre los tres jugaron ocho temporadas en la liga entre 2014 y 2019. Nunca disputaron un solo encuentro de la Concacaf.
El motivo por el que Messi sí pudo rendir donde otros no lo hicieron tiene que ver tanto con su calidad como con el arrastre que tiene con otros jugadores. Inter Miami consiguió sumar nombres de jerarquía a su lado porque muchos aceptaron contratos favorables para el club con tal de jugar con él.
Los equipos locales pueden sacar provecho de las estrellas rivales
Otra marca que dejaron los partidos de Messi en la Concacaf: a pesar de que las multitudes crecieron en Los Ángeles y Vancouver, en ambos casos se vivió un clima de localía fuerte para los equipos anfitriones.
Algo parecido ocurrió en la liga, el fin de semana pasado. Columbus Crew mudó su partido contra Miami a Cleveland, donde jugaron ante más de 60.000 hinchas. Fue récord para el club, casi el triple de la capacidad del Lower.com Field.
La conclusión es clara: los clubes más chicos, que no logran atraer a Messi ni a figuras similares a sus planteles, todavía pueden sacar provecho si presentan un equipo competitivo. En cambio, cuando Messi juega contra equipos notablemente más flojos, como ocurrió el año pasado en Kansas City o Nueva Inglaterra, los partidos de visitante parecen desarrollarse en un ambiente neutral.
Los goles globales generan más emoción que las series al mejor de tres
Los partidos de ida y vuelta entre Inter Miami y LAFC, y el reciente cruce con Vancouver, ofrecieron tensión constante. Cada gol —o casi gol— podía cambiar la historia de la serie. Esa emoción tiene una razón: el formato con goles globales, que también usan la Champions y la Libertadores. Miami, por ejemplo, eliminó a LAFC por 3-2. Perdió 1-0 como visitante, pero dio vuelta la serie en casa con un 3-1.
En su momento, algunos tramos de los playoffs de la MLS también usaron este sistema. Pero desde que la liga firmó con Apple TV, optaron por un formato llamativo: una serie al mejor de tres en la primera ronda, y eliminación directa desde semifinales.
El mano a mano tiene sus ventajas, sobre todo si se define en la cancha del mejor ubicado en la tabla. Sin embargo, si los ejecutivos de Apple TV estuvieron atentos a lo que mostró la Concacaf este mes, deberían notar que los goles globales entregan una emoción más pareja que una serie al mejor de tres.
*Con información de Forbes US.