“Siempre me han gustado los emprendimientos en negocios y deportes, pero si había algo en lo que nunca había pensado, es en estar involucrado en un proyecto relacionado a los vinos. Mi padre, Seler, subió 18 años seguidos a la Cordillera para poner flores en la tumba de mi madre, de mi hermana y de mis amigos. Un acto de amor monumental”.
Quien enuncia estas palabras es nada menos que Nando Parrado, uno de los héroes del Milagro de los Andes, aquella historia de resiliencia, amistad y coraje que hoy está dando que hablar en todo el mundo por el éxito del filme “La Sociedad de la Nieve”.
Nando cuenta que, de aquellos viajes que realizaba con su padre al Valle de las Lágrimas para rendir homenaje a sus seres queridos, siempre contaron con la ayuda y amistad de Juan Carlos Franchetti, un sanrafaelino que junto a su familia le dio una mano para poder llegar al sitio. “Al bajar y descansar en San Rafael, mi padre disfrutaba de la compañía de esta familia y de algún Malbec de la zona, ya que le encantaba ese tipo de vino”, recuerda.
Hace unos años, Aldo Franchetti (hijo de Juan Carlos y Anita), quien conoce la historia desde muy pequeño, junto a un amigo, Nicolás Fernández, le propuso a Nando crear una serie de vinos de la mejor calidad posible, en homenaje a Seler Parrado, nada menos que con el aporte en lo enológico del renombrado Matías Michelini.
“¿¡Cómo me iba a negar a colaborar en este proyecto que ponía lo mejor de lo mejor en cada aspecto de la elaboración, producción y marketing!? Así que me sumé”, cuenta Parrado a Forbes.
Los vinos, además de llevar su nombre, tienen en cada etiqueta algo particular que lo vincula con su historia y, sobre todo, con su padre. En ese sentido, Aldo Franchetti revela que los nombres surgieron muy rápido durante una charla telefónica con su socio, en pleno desvelo por el entusiasmo del proyecto.
“Uno se llama Fila 9, que fue la fila en la que Nando estaba ubicado en el avión y que inspira a pensar en el presente, el disfrutar estar vivo; el otro es Monte Seler, montaña que Nando escaló para salir de la Cordillera junto a Roberto Canessa y Antonio Vizintin y que bautizó en honor a su padre, Seler Parrado. La tercera etiqueta se llama Viejo Seler porque cariñosamente con mi familia y Nando lo llamábamos así a Seler, el cual merece el vino ícono del proyecto. Éste es un blend Malbec /Cabernet Franc con la mejor uva de la región”, resume.
En tal sentido, Parrado revela el lado más íntimo que lo motivó a avanzar en este proyecto. “Cuando mi padre falleció, dejó un documento con su notario que indicaba que debería ser cremado el mismo día y luego llevado a descansar en el medio de la Cordillera de los Andes, junto a su esposa e hija”. Y agregó: “Sé que mi querido padre se sorprendería y se emocionaría de forma increíble al saber que hay un estupendo Malbec que lleva su nombre”.
Emoción y vinos del Valle de Uco
Un dato importante en cuanto a estos vinos es que son elaborados nada menos que por Matías Michelini, el afamado enólogo. Al respecto, el winemaker reveló que eligieron el Valle de Uco para elaborar estos vinos, por la cercanía a la montaña, sus suelos de granito-calcáreos y la altitud.
Gualtallary, en Tupungato, fue la región del viñedo elegido para Monte Seler, un Malbec 100% de una pequeña parcela de dos hectáreas; de San Pablo, en Tunuyán, provienen las uvas para Viejo Seler, Malbec y Cabernet Franc en cofermentación, y para Fila 9, provienen de fincas del pueblo de Tupungato.
“Nando es un fanático de los vinos y confió desde el primer momento en mi intuición y estilo para la elaboración de estos vinos”, cuenta Michelini. Los viñedos son trabajados en forma ecológica, y la elaboración se realiza en la bodega Passionate Wine donde son muy respetuosos del terroir. Además, son elaborados prácticamente en forma artesanal con una gran dedicación de parte de la familia Michelini.
En cuanto a la forma de elaboración, para Fila 9 se usan vasijas de hormigón, sin madera para ser fiel al carácter de los vinos de Tupungato. “Luego de la fermentación, Monte Seler reposa en crianza 12 meses y Viejo Seler por 18 meses en barricas de roble francés”, resume el enólogo.
Un detalle importante que hace también a la presentación de los vinos es el cuidado de cada detalle en las etiquetas. El trabajo estuvo a cargo del estudio mendocino Jacomy Mayne que priorizó el relato de la historia en lo visual.
Por citar uno de los conceptos más significativos, en la etiqueta de Fila 9, incluyeron como fondo una imagen muy particular. Se trata del mapa topográfico que marca el terreno en donde ocurrió el accidente. Sobre este, hay una línea de puntos que representa el camino transitado a través de la montaña; también están marcados los puntos cardinales entre los que se destaca el Oeste, que fue el punto de referencia hacia donde caminaron para salvarse.
Un proyecto basado en la admiración
Aldo Franchetti, uno de los socios que hoy conforman este increíble proyecto, aseguró que siempre había pensado en armar algo en torno al vino. Tras la visita de Nando a Mendoza en 2019, junto con su amigo y actual socio, Nico Fernández, se les ocurrió proponerle hacer un vino en honor a su padre. “Automáticamente Nando nos dijo: Muchachos, soy parte del equipo. Vamos para adelante!”, explica.
En charla con Forbes, Aldo reveló algunos detalles de esta nueva propuesta vitivinícola de Mendoza que involucra al uruguayo y también contó cómo influyó el éxito del filme La Sociedad de la Nieve en esta propuesta para vinófilos.
-¿Cómo surgió la idea de proponerle a Nando este proyecto?
-Con mi amigo Nico Fernández, con el cual compartimos la misma actitud emprendedora, siempre soñamos con elaborar buenos vinos para el mercado interno y para exportar. Tras la visita de Nando a Mendoza, en un coctel post conferencia, nos miramos con Nico y a ambos se nos vino a la cabeza la idea de hacer los vinos con Nando, en honor a su padre, en honor a su historia. Le dimos forma al proyecto y se lo propusimos.
Nos entusiasmó mucho crear un proyecto vitivinícola distinto y que, a través del vino, pudiéramos homenajear el vínculo entre Nando y su padre Seler, quien fue el que lo motivó a salir de aquel lugar en la Cordillera de Los Andes.
-¿Qué inversión tuvieron que realizar y quiénes conforman esta sociedad?
-La inversión inicial fue de 100.000 dólares. Somos dos socios, dos amigos con espíritu emprendedor: Aldo Franchetti y Nicolás Fernández Deotto. Y Nando Parrado que es nuestro inspirador y amigo.
-¿Qué producción anual tienen en cantidad de botellas y litros?
-En nuestra primera vendimia elaboramos 10.000 botellas. Dada la buena demanda, estamos creciendo en la producción de las líneas Fila 9 y Monte Seler. Todas las etiquetas de nuestro porfolio se están vendiendo muy bien.
-¿Cómo y dónde se comercializan?
-Los vinos están disponibles para compra directa con envío a cualquier parte de Argentina y el mundo a través de nuestra web https://nandoparradowines.com/. También contamos con un distribuidor oficial en Buenos Aires. Por otra parte, estamos exportando a Brasil y Uruguay y por llegar a Perú, Chile y Paraguay. Nuestros próximos destinos son EEUU y Europa.
-¿Qué proyección de crecimiento tienen?
-Nuestro plan de crecimiento es muy ambicioso. Ya estamos trabajando en la segunda etapa del proyecto que incluye un desarrollo de enoturismo que nos permitirá sumar nuevas líneas y nuevas experiencias.
-¿Cuánto factura anualmente la compañía?
-Estamos transitando nuestro primer ejercicio económico donde las ventas han superado ampliamente las proyecciones.
-¿Cómo influyó en las ventas la gran repercusión que tuvo La Sociedad de la Nieve?
-Renovó mucho el interés por la historia y esto vino muy bien.
Nando y una historia sin igual
El 13 de octubre de 1972, un avión uruguayo en el que viajaban los jugadores del equipo de rugby del Old Christians Club de Montevideo se estrelló en la cordillera de los Andes y los supervivientes debieron superar condiciones extremas.
Por aquel entonces, Nando Parrado tenía 22 años y era estudiante y jugador de rugby. Había viajado junto a su madre, su hermana y sus amigos íntimos, Panchito Abal y Guido Magri. Tras el accidente, Nando quedó inconsciente por tres días a causa de una fuerte conmoción cerebral.
La madre falleció en el impacto y Susana, su hermana, quedó muy malherida. Al recobrar el conocimiento, Nando se hizo cargo de ella, alimentándola y masajeándole las piernas pero la joven falleció en sus brazos el 21 de octubre, día en que el Servicio Aéreo de Rescate daba por terminada la búsqueda oficial del avión. En el accidente también murieron sus amigos Panchito y Guido Magri.
Parrado supo que debían ir a pedir ayuda y fue quien, junto con Roberto Canessa, escaló una montaña a la que bautizó Monte Seler, en memoria de su padre. Fue también el que vio al arriero Sergio Catalán, quien informó a las autoridades sobre los sobrevivientes uruguayos.
Luego del accidente, Parrado compitió en automovilismo, corrió Le Mans Classic y tuvo contactos con Fórmula 1 donde forjó amistad con Jackie Stewart y con Bernie Ecclestone. Se dedica a dar conferencias de superación personal por todo el mundo y es presentador y productor de programas de automovilismo. En 2010, fue seleccionado como el “Mejor orador en el mundo” por el World Business Forum en Nueva York.