La presidenta de la Asociación Uruguaya de Capital Privado (Urucap) y directora de ThalesLab, Sylvia Chebi, habló con Forbes Uruguay sobre cómo ve la realidad del ecosistema emprendedor en Uruguay, qué están buscando aquellos que ponen su capital para apalancar emprendimientos, y por qué es necesario aumentar la base de proyectos que se generan cada año.
¿Cuál fue el objetivo del trabajo que presentó CPA sobre Urucap?
La Urucap reúne fondos de capital emprendedor, inversores ángeles y private equity. Lo que buscamos con ese informe (ver aparte) fue visualizar en el último año qué inversiones hicieron sus integrantes. Fue una encuesta anónima entre los casi 100 socios de Urucap, de los cuales el 37% son institucionales, el 53%, inversores ángeles y un 10% son proveedores de servicio, estudios de abogados y de contadores.
¿Cómo ha sido el desempeño de las startups en este 2024?
En el 2022 bajó mucho y ahora se está recuperando, pero no volvimos a los niveles prepandemia. Lo que pasó es que hubo un gran boom con valuaciones un poco exageradas y fuera de la realidad. Después como que se corrigió el mercado y ahora estamos volviendo lentamente; cambió un poco el foco. Ahora se invierte más en startups que tengan modelos genuinos, que estén recibiendo ingresos. Ya no es una idea y a ver qué pasa.
Hay un cambio entonces en quienes están dispuestos a apalancar a esos emprendedores.
Se apunta a negocios que escalen. Todo lo que es tecnología, biotecnología, fintech, inteligencia artificial (...), negocios que ya estén validados, probados, y que estén con capacidad de escalar. Según el tipo de inversor, algunos se involucran más que otros. Por ejemplo, los inversores ángeles, que están en etapas más tempranas, generalmente se involucran más y ayudan a los emprendedores. En el caso de los fondos, según el monto de inversión, se define si se involucran o no en los directorios de esas empresas para ayudar en la gestión.
¿Qué fortaleza tienen las startups uruguayas según tu experiencia? ¿Algún desafío o debilidad para hacer foco?
El talento sobresale sin dudas. Hay mucho talento en tecnología, y muy buenos científicos y técnicos. Además, no es un hecho menor que muchos emprendedores hablen inglés, eso es relevante al momento de proyectar una internacionalización. Capaz que lo que falta es ser un poco más arriesgados al momento de vender o de pensar en grande y salir al exterior. Ese es uno de los focos donde los fondos de inversión tratan de ayudar.
¿La lógica que prima es la de arrancar por un proyecto local y luego escalarlo?
Hay distintas teorías. Una te dice que Uruguay es un gran banco de pruebas y creo que lo es porque somos un mercado accesible, todos nos conocemos y siempre alguien nos puede ayudar. Eso nos da mucho acceso para testear. Sin embargo, cuando pensamos en emprendimientos tecnológicos que sean escalables, hay que pensar directamente en lo global o, por lo menos, en lo regional. Tenemos ejemplos como el caso de dLocal, que directamente arrancó pensando en el exterior y no en el mercado de Uruguay.
¿En qué medida la llegada de gigantes del sector tecnológico como Microsoft, NewLab y Google, ayudan a traccionar el surgimiento de nuevos proyectos?
Esto ayuda mucho porque nos pone en el foco, atrae talento. Se está haciendo mucho para posicionar a Uruguay como un hub de innovación. Hoy más de la mitad de los socios de Urucap son extranjeros. La ANII acaba de lanzar un plan de soft landing para que vengan emprendedores del exterior y se instalen en Uruguay. También tenés los programas de Uruguay Innovation Hub e iniciativas de la CUTI para generar más talento tecnológico local.
Sos directora y confundadora de ThalesLab, ¿a qué perfil de emprendedores respaldan?
Somos una company builder y hacemos varias cosas. Apoyamos a emprendedores tecnológicos en etapas tempranas con programas de formación, de capacitación. Lo hacemos en grupo para que los emprendedores se apoyen entre ellos y se agreguen valor mutuamente. También los ayudamos a conseguir inversión, ya sea a través de fondos públicos (ANII, ANDE) como de fondos privados. Asimismo, le damos soporte en todo lo que es estrategia, redes de contactos. Nuestros emprendedores no son estudiantes que salen de la facultad con la idea de crear una startup. En general, son técnicos que trabajan en una industria que encuentran un problema y quieren resolverlo usando tecnología. Ahí es cuando nosotros los ayudamos en cómo llevar adelante esa idea o negocio, esa sería una pata de ThalesLab.
¿Qué otras patas tienen?
También detectamos tecnologías que nos interesan y armamos empresas en torno a eso. Ahí buscamos emprendedores que lo lleven adelante como lo estamos haciendo con vehículos autónomos, robótica, lo hicimos con blockchain, con inteligencia artificial. Lo otro que hacemos son programas de innovación corporativa. Llevamos las metodologías de innovación que usan los emprendedores a corporaciones e incluso a organismos públicos. Siempre con tecnologías de la información, que es donde nosotros agregamos valor. Se nos acercan emprendedores de todas las industrias.
"Hubo un gran boom con valuaciones un poco exageradas y fuera de la realidad"
¿Qué empresas de las que apoyan destacás?
Tenemos ABYA, por ejemplo, que es una plataforma de cloud gaming (juegos en la nube) en la que invirtió Nvidia. Esta empresa está trabajando mucho con Nvidia en Brasil en temas no solo de cloud gaming, sino también en infraestructura de inteligencia artificial; es una empresa que viene muy bien. Después, en robótica, tenemos a Seriema Robotics, que desarrolló una carretilla autónoma que sirve para el agro, la industria, y puede cargar hasta 100 kg o un poco más si se le coloca un trailer. Esa carretilla permite que en lugar de tener personas trasladando cosas de un lugar a otro, las puedas utilizar en otras tareas más productivas, por ejemplo. Es una robótica colaborativa, ayuda a los humanos.
¿Cuál dirías que es hoy la principal barrera que tiene el país para potenciar y escalar todos estos hallazgos tecnológicos?
Si bien es cierto que desde la política pública hay apoyo para los emprendimientos, uno de los problemas es que somos caros. Entonces, para una startup que recién empieza, es caro armar la empresa, son caros los impuestos y demora en generar ingresos. Los trámites se han simplificado bastante, pero todavía son caros. Por otro lado, si bien está todo el apoyo de la ANII y Uruguay Innovation Hub, nos falta generar más base de emprendedores que empiecen. Esto es como un embudo, hay muchos que empiezan y luego van quedando por el camino. Por eso necesitamos fomentar más la cultura emprendedora para que la gente se anime a experimentar, pero también para que las empresas privadas y los organismos públicos tengan más cultura de innovación. Eso lleva a experimentar, equivocarse, aprender, sin arriesgar todo claro. En Uruguay se nota que todavía hay cierta aversión al riesgo.
"Ahora se invierte más en startups que tengan modelos genuinos"
La inversión en el ecosistema emprendedor
En 2023, los socios de Urucap participaron en 29 rondas de inversión en emprendimientos uruguayos, y en el primer semestre de 2024 ya completaron 20 rondas. Estas operaciones representaron una inyección de cerca de US$ 12 millones en el ecosistema emprendedor del país, según el informe anual de capital privado que presentó CPA en septiembre. Las inversiones en Uruguay están mayormente concentradas en las primeras etapas de los emprendimientos (seed y early stage), con un 59% de los inversores encuestados que prefieren la etapa seed. Los tickets de inversión en esta fase varían entre US$ 10.000 y US$ 670.000.
Además, el 69% de los encuestados tiene participación en emprendimientos locales, con el 72% de esas inversiones concentradas en Uruguay: 69% en Montevideo y 3% en Punta del Este. En cuanto a la duración de las inversiones, ninguno de los encuestados manifestó tener un horizonte a corto plazo (1 a 2 años); en cambio, la mayoría prefiere un período a largo plazo, de más de siete años. Las inversiones se concentran principalmente en industrias como fintech, Saas, e-commerce, logtech, biotech y healthtech, que acumulan más del 75% de las menciones. Los modelos de negocio más comunes entre los emprendimientos invertidos son B2B (Business to Business) y la combinación de B2B y B2C (Business to Consumers).