A principios de este año, una empresa poco conocida llamada New Founding llamó la atención al anunciar planes para construir un enclave cristiano en Kentucky. Un lugar que describieron como una "comunidad alineada" donde los propietarios podrían "desaparecer de la locura cultural del país". Pero construir un pueblo fue solo el comienzo.
Ahora, New Founding lanzó un fondo de capital de riesgo para invertir en lo que denominan "empresas alineadas". Son startups que se oponen a ideologías progresistas y buscan generar una "disrupción cultural y económica". Este fondo forma parte de un movimiento creciente de inversionistas que rechazan el "wokeismo" y fundamentan sus decisiones en valores conservadores.
Las inversiones de New Founding apuntan a un objetivo mayor: reconfigurar la sociedad desde una visión cristiana, tecnológica y alineada con los valores de la era MAGA. La empresa califica a los sectores progresistas como "anti-humanos" y ve en la tecnología una fuerza singular para definir una nueva era de prosperidad.
Celebran el potencial del internet como una herramienta para alcanzar sus objetivos, describiéndolo como algo "profundamente estadounidense en su diseño y ethos". En un manifiesto publicado en julio, señalaron: "Nuestro proyecto ofrece un camino poderoso para desarrollar una clase capaz de desafiar al régimen actual y adquirir los recursos, territorios e instituciones necesarios para ello".
Hasta el momento, recaudaron tres millones de dólares, un inicio modesto, pero ya invirtieron en diez empresas emergentes. Entre ellas, una startup educativa que ayuda a docentes a crear microescuelas y una empresa de tecnología publicitaria que permite a fabricantes de armas dirigirse a consumidores específicos. Una de las inversiones más destacadas es Presidio, una startup que obtuvo un financiamiento semilla de cuatro millones de dólares, liderado por New Founding, para ofrecer un seguro médico con una marca cristiana y pro-vida. Según su CEO, Daniel Cruz, el grupo fue un aliado eficaz: "Inician un movimiento proamericano y cristiano, están bien conectados y nos ayudaron a formular nuestra estrategia".
El CEO de New Founding, Nate Fischer, afirmó que estas inversiones son el inicio de una "economía paralela" que busca ofrecer versiones conservadoras de servicios dominados por grandes empresas, como los productos tecnológicos de publicidad de Google. "Hay una gran parte de la población que siente que sus valores están completamente ausentes en las instituciones que moldean el futuro", explicó Fischer. "Existe una necesidad real y urgente de alternativas".
"Más de la mitad del país no recibe los servicios del mundo corporativo normal", Neil Patel, director ejecutivo de Tucker Carlson Network
Marc Andreessen, cofundador del gigante de capital de riesgo Andreessen Horowitz, respaldó el fondo de New Founding con una inversión de seis cifras, según tres fuentes cercanas al proyecto. Andreessen, conocido por criticar el "wokeismo", no respondió a pedidos de comentarios, pero su apoyo refleja un creciente contracorriente en Silicon Valley. Líderes tecnológicos prominentes aparecieron en el popular podcast de New Founding, incluyendo figuras como Katherine Boyle de A16z y Erik Prince, fundador de Blackwater.
Este movimiento también incluye figuras como Vivek Ramaswamy, ex candidato presidencial y crítico de "Woke Inc.", quien fundó una firma de inversión en 2022 para impulsar empresas alejadas de ideales progresistas. De manera similar, 1789 Capital, con Donald Trump Jr. como socio, recaudó más de 150 millones de dólares para un fondo de crecimiento enfocado en startups que rechazan principios ambientales, sociales y de gobernanza. Entre sus inversiones están Substack, la plataforma de video Rumble y la Tucker Carlson Network.
Omeed Malik, presidente de 1789, dijo a Forbes que cree que otras empresas de riesgo, como Sequoia, ignoraron durante mucho tiempo un claro cambio cultural y político, incluido el alejamiento de la globalización. "Esa es la empresa que se esforzó por crear fondos exclusivos de China e invertir en ese país", afirmó. "Y no fue hasta que los vientos soplaron en sentido contrario, hace unos veinte meses, que dejaron de hacerlo. Observar su conducta me dejó claro que necesitamos una alternativa". (Sequoia no respondió a solicitudes de comentarios).
Es temprano para evaluar los resultados de la tesis anti-woke. Comparados con Wall Street y los inversores tradicionales de Silicon Valley, estos fondos recaudaron una "miseria", según Neil Patel, director de la Tucker Carlson Network y negociador de la inversión de 1789. Sin embargo, el movimiento gana fuerza, especialmente con la llegada de un capitalista de riesgo, J.D. Vance, a la Casa Blanca. Patel destacó que, considerando cuántos votaron por Trump, "algo más de la mitad del país no recibe atención del mundo corporativo tradicional, y ahí hay una gran oportunidad".
El dominio tecnológico de Estados Unidos se consolidó, en gran medida, en Silicon Valley, sobre ideales progresistas como el libre comercio, la inmigración y la justicia social. Esto impulsó empresas que transformaron el mundo y crearon una poderosa clase de multimillonarios capaces de moldear la cultura, como Marc Andreessen, creador de uno de los primeros navegadores web y patrocinador inicial de Facebook y Twitter. En los últimos años, Andreessen, como otros líderes de Silicon Valley, se volvió contra esos ideales, criticando las agendas "despiertas", que ahora considera responsables de frenar la innovación, paralizar empresas y limitar la prosperidad estadounidense. "En la década de 2010 y hasta 2024, ser progresista y represivo era lo mejor", proclamó en X la semana pasada. "A partir de 2025, resistir la conciencia será lo mejor".
Desde esa perspectiva, la inversión de Andreessen en New Founding no sorprende. Es un inversor ángel prolífico y respalda fondos emergentes. Lo llamativo es cómo sus ideas sobre la supremacía tecnológica estadounidense (como liberar a los innovadores de la regulación y la intervención estatal) coinciden con la misión de la empresa.
"Mucha gente busca algo que censuran en el mainstream".
Nate Fischer, CEO de New Founding
En su manifiesto tecno-optimista, un texto de cinco mil palabras publicado en 2023, Andreessen afirmó: "La tecnología debe ser un asalto violento a las fuerzas de lo desconocido, para obligarlas a inclinarse ante el hombre". En años recientes, Andreessen, quien en su momento se identificó como demócrata, se desplazó hacia la derecha y apoyó públicamente al presidente electo Donald Trump. También expresó su frustración con el gobierno y la cultura estadounidense, que, según él, se convirtió en "un grito reaccionario de izquierdas": "una rabia radicalizada que es anticapitalista, comunista y antitecnológica".
Tanto Andreessen como New Founding sugieren que ya surge una respuesta a este fenómeno: un llamado "cambio de ambiente" en Silicon Valley y más allá. Las instituciones tradicionales están en declive acelerado, mientras que surgen nuevos movimientos culturales para reemplazarlas, afirman.
"Las viejas formas de cortar y rebanar el mundo se derrumbaron", escribió Santiago Pliego, director de New Founding, en un blog ampliamente compartido este año. "Ahora, los grupos más inesperados se encuentran como cobeligerantes en una guerra existencial", agregó. En el programa de Tucker Carlson en X, Pliego afirmó que la compra de Twitter por parte de Elon Musk marcó el primer paso importante para alterar la sociedad. "Mucha gente siente que las cosas cambian", concluyó.
Nota publicada por Forbes US