El índice DXY, que nuclea el comportamiento del dólar frente al resto de divisas importantes del mundo, cayó un 10% desde el máximo de septiembre de 2022 hasta la actualidad. No obstante, los grandes fondos de cobertura de Wall Street siguen apostando contra la moneda estadounidense.
Desde el mínimo de principios de 2021 hasta el máximo de septiembre del año pasado, el DXY se revalorizó un 29% y llegó a un nivel tocado por última vez en abril de 2002. En este periodo alcista, la inflación alcanzó niveles récord, hasta superar el 9% en junio.
No obstante, cuando las políticas monetarias restrictivas comenzaron a dar sus frutos, las principales entidades financieras del mercado decidieron armar estrategias bajistas contra el dólar proyectando una menor fortaleza. Y ahora parecen mantener su postura.
Según datos de la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos sobre ocho pares de divisas, las apuestas contra el dólar aumentaron a 30.457 contratos en la primera semana del 2023, la mayor cantidad desde agosto de 2021.
Los contratos de swaps reflejan que los inversores ahora esperan que la tasa de referencia de Estados Unidos llegue a un máximo inferior al 5%, cuando anteriormente se proyectaba un nivel de 5,06%.
Para John Bromhead, estratega en Australia & New Zealand Banking Group, “los pilares de la fortaleza del dólar están comenzando a retroceder”, debido a que “las minutas de la semana pasada muestran que la Fed se está acercando a la tasa terminal y se detendrá pronto”.
De hecho, por el retroceso del dólar, otras monedas se fortalecieron, como el won surcoreano que creció un 2% o el dólar australiano que avanzó un 0,9%, su nivel más alto en cuatro meses.
De acuerdo a los estrategas de Goldman Sachs, “es probable que las monedas en los mercados emergentes de Asia se beneficien de sus vínculos con un crecimiento chino más fuerte”. “Nuestros nuevos pronósticos sugieren que el dólar ha tocado techo”, sentenciaron los analistas.