Para llegar al momento de la jubilación con una sólida posición financiera, la necesaria para poder llevar una buena vida sin tener que seguir trabajando, hay que ahorrar durante la juventud. En este punto, ese necesario comenzar a recortar algunos gastos que muchas veces no están justificados.
Dejar de comer afuera
Tomar un café por la mañana en la esquina de la oficina o comprar comida todos los días para el almuerzo son dos de los gastos hormiga más frecuentes en los tiempos que corren. La solución es sencilla: aprender y acostumbrarse a cocinar por cuenta propia. Tal vez lleve algo más de tiempo y energía, pero el bolsillo lo agradecerá, en especial a largo plazo.
Comprar coches usados
Muchas personas caen en la tentación de comprar un auto cero kilómetro, principalmente por un tema de aceptación social. No obstante, los gastos de seguro y patente son mayores, por lo que se trata de un pasivo muy demandante. En su lugar, habría que optar por coches usados.
Vivir en una casa pequeña
Vivir en una casa de cinco habitaciones y dos baños puede resultar atractivo, pero, si no es necesario, es solo un enorme gasto. Más luz, más calefacción, más seguro, más impuestos… Mudarse a una propiedad más pequeña es la clave para ahorrar dinero.
No suscribirse a muchos servicios
Hoy en día, con la enorme cantidad de servicios de streaming y aplicaciones que existen, es normal que nos debiten mensualmente grandes cantidades de dinero por plataformas que no utilizamos. Lo ideal es hacer una “limpieza” y quedarnos solo con las que realmente disfrutamos.
Dejar los “vicios”
Fumar, vapear, tomar alcohol o cualquier otra clase de vicio innecesario es muy costoso, en especial con el paso del tiempo y contemplando el costo de oportunidad de cada consumo.
No contratar ayuda externa
Muchas veces, las personas prefieren llamar a un plomero, a un electricista o a un contratista por no tomarse el tiempo de buscar algunos minutos un video de YouTube que explique cómo cambiar o reparar ciertos objetos. Los profesionales especializados solo deben ser contemplados cuando el problema a resolver es muy complejo.
Optar por segundas marcas
Al igual que sucede con los autos cero kilómetro, las personas compran ropa y bienes de marcas costosas simplemente por el “qué dirán”. Como resultado, se gastan grandes cantidades de dinero cuando en realidad se podría optar por las segundas marcas más baratas.
Caminar o usar transporte público
Principalmente por vagancia, algunos individuos utilizan el auto o la moto para ir a comprar pan a dos cuadras o para visitar a un conocido que vive a menos de un kilómetro. Esta costumbre no solo afecta a la capacidad de ahorro innecesariamente, sino que también afecta a la salud y al medio ambiente.
En resumen, para llegar con una sólida capacidad financiera al momento del retiro, no hay que privarse de “vivir”, sino simplemente ser un poco más conscientes y adoptar un estilo de vida algo más austero.