Los depósitos a plazo fijo ofrecidos por los bancos comerciales son cada vez menos rentable, en especial desde que el Banco Central de la República Argentina (BCRA), ahora a cargo de Santiago Bausili, recortó las tasas de interés desde el 133% al 110% nominal anual, generando una tasa efectiva del 186% al año.
A día de hoy, el retorno nominal mensual de un plazo fijo apenas supera el 9%. Si bien puede parecer una buena ganancia, lo cierto es que la inflación estimada para diciembre ya ronda el 25% y la de enero y febrero se posicionaría en un rango similar.
Además, el plazo mínimo de estos depósitos es de 30 días, un lapso en el que el dólar puede dispararse, en especial teniendo en cuenta la tranquilidad que hubo en las últimas semanas hasta el arranque de este lunes. De hecho, en la jornada actual, el MEP creció cerca de un 2%.
Por este motivo, cada vez menos ahorristas están optando por colocar sus pesos en plazos fijos. De hecho, según datos de la consultora Analytica, el volumen de operaciones cayó un 46% en diciembre en términos interanuales reales.
Por otra parte, los rendimientos de la caución bursátil, el plazo fijo de la bolsa, también retrocedieron, ubicándose cómodamente por debajo del 90% nominal anual, una cifra que ni siquiera equipara la inflación de medio año.
En este contexto, las personas más conservadoras que tienen un horizonte de corto plazo para sus inversiones y no conocen de las alternativas negociadas en la bolsa sólo pueden comprar dólar u optar por los plazos fijos UVA.
El problema en este último caso es que el BCRA decidió elevar el mínimo de permanencia de 90 días a 180, haciendo que su baja liquidez sea muy peligrosa. Y en caso de querer precancelarlo, la tasa se reduce drásticamente.