Para hacerle frente a la feroz inflación internacional, los diferentes bancos centrales del mundo comenzaron a elevar las tasas de interés por primera vez en muchos años. Como consecuencia, los bonos cayeron violentamente.
Desde los máximos de 2021 sin cobertura, el índice de rendimiento total agregado global de Bloomberg que nuclea bonos gubernamentales y corporativos de alta calidad crediticia cayó más de un 20%, siendo la mayor baja desde su creación en 1990.
Basándose en el mensaje de línea dura del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en el simposio de Jackson Hole, funcionarios de diversos países insistieron en la importancia de una política monetaria más estricta en los últimos días, lo que presionaría más a las cotizaciones de la renta fija.
Sospecho que el mercado alcista secular de bonos que comenzó a mediados de la década de 1980 está llegando a su fin, dijo Stephen Miller, consultor de inversiones en GSFM. Los rendimientos no van a volver a los mínimos históricos vistos antes y durante la pandemia, agregó.
Para el especialista, la inflación elevada que enfrenta el mundo ahora significa que los bancos centrales no estarán preparados para volver a introducir el tipo de estímulo extremo que ayudó a enviar los rendimientos del Tesoro por debajo del 1%.
El problema de esta caída es que no ayuda a contrarrestar las bajas de las acciones, que retrocedieron alrededor de un 20% en lo que va del año. En esta línea, Kellie Wood, administradora de dinero de renta fija en Schroders, expresó: Estamos en un nuevo entorno de inversión, y esto es un gran problema para aquellos que esperan que la renta fija sea un diversificador para arriesgarse en acciones.
En tanto, los estrategas de JP Morgan liderados por Nikolaos Panigirtzoglou sostuvieron que los mercados de bonos y divisas han visto un deterioro más severo y persistente en las condiciones de liquidez este año en relación con otras clases de activos con pocas señales de reversión.
No obstante, Schroders concluyó que, en un futuro no muy lejano, habrá una gran oportunidad para comprar bonos, ya que los bancos centrales nos garantizan una recesión global.