Un rasgo que nos hace claramente humanos es nuestra obsesión por el futuro. Mi hija y yo vimos recientemente el documental de Netflix My Octopus Teacher, que sigue el vínculo creado entre un humano y un pulpo salvaje.
Empezamos a hablar sobre las diferencias entre animales y humanos y las respuestas obvias surgieron primero: nuestra capacidad para caminar erguidos, nuestra destreza con las manos y nuestra capacidad para el razonamiento complejo.
Pero también hay diferencias menos notables: nuestra notable capacidad para subvertir nuestros instintos de supervivencia y sacrificar el placer inmediato a cambio de recompensas a largo plazo.
Entonces, ¿qué tiene esto que ver con la inversión? Por definición, invertir se basa en nuestra obsesión con nuestro bienestar futuro. Solo sacrificando nuestros deseos inmediatos e invirtiendo nuestro dinero duramente ganado durante varios años podemos hacer realidad nuestros sueños futuros.
Dada nuestra capacidad claramente humana de sacrificarnos por nuestro futuro, y el conocimiento de lo que ganaremos con ese sacrificio, ¿por qué es tan difícil enfocarse en el largo plazo sobre el corto plazo? Creemos que la mentalidad es un factor enorme.
Centrémonos en tres formas en que los buenos inversores tienen una mentalidad superior cuando se trata de su enfoque de inversión.
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Tienen una estrella polar
Tener una visión es crucial para el éxito de la inversión a largo plazo. Hemos descubierto que, cuando las personas tienen un propósito claramente definido, es mucho menos probable que se desvíen de su camino en respuesta a tentaciones a corto plazo.
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Es por eso que crear un plan financiero y establecer metas a largo plazo es tan crucial. Por el contrario, si los inversionistas no han descubierto el propósito detrás de su riqueza, por defecto tratarán el dinero como un número y modificarán sus cursos más fácilmente.
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No ceden a las emociones a corto plazo
La vida es un tira y afloja constante entre tus emociones a corto plazo y tus valores y metas a largo plazo. Cuando se lucha por cualquier cosa que valga la pena en la vida, el éxito requiere trabajo duro, disciplina y paciencia.
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Pensá en tu salud, específicamente en tu régimen de ejercicio o dieta. ¿Tendrás éxito si cedés regularmente a tus emociones a corto plazo de inquietud o pereza, o tendrás más éxito cuando seas paciente y disciplinado?
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Invertir en vos mismo no es diferente. Como los buenos inversores tienen una estrella polar para guiar su camino, dejan que sus valores a largo plazo de paciencia, disciplina y la búsqueda del conocimiento impulsen sus decisiones de inversión. El resultado final es que sus carteras adquieren un carácter muy diferente al de una simple cartera de acciones y bonos.
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Desconectan el ruido externo
Vivimos en un mundo de fragmentos de sonido donde los medios están incentivados financieramente para provocar emociones en sus espectadores, sensacionalizando los fenómenos a corto plazo. Tal ruido distrae y refuerza los juicios emocionales a corto plazo a expensas de decisiones más reflexivas a largo plazo.
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De manera similar, nuestros amigos y familiares pueden inadvertidamente alentar la toma de decisiones emocionales a corto plazo que pueden ser perjudiciales para nuestro bienestar financiero a largo plazo.
Todos conocemos personas que se apresuran a compartir anécdotas de inversiones "triunfadoras". Por supuesto, rara vez escuchamos sobre sus fracasos de inversión. Estos "consejos calientes" alimentan nuestras emociones de codicia, celos y miedo a quedarnos afuera.
¿Qué hacen los buenos inversores? Se desconectan del ruido y, en lugar de poner energía fuera de lugar en distracciones a corto plazo, se centran en el trabajo duro necesario para elaborar carteras bien diseñadas que estén alineadas con su visión a largo plazo.
*Con información de Forbes US
