Las empresas estadounidenses de alta calidad emitieron deuda por US$ 6.770 millones este martes, lo que llevó el volumen acumulado en lo que va del año a más de US$ 1 billón, el ritmo más rápido desde 2020.
Los débiles datos económicos de Estados Unidos publicados la semana pasada impulsaron el miedo de que la Reserva Federal haya esperado demasiado para recortar las tasas desde el nivel actual del 5,25%-5,50%.
En consecuencia, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cayó por debajo del 4% por primera vez desde febrero. Según los estrategas Bradley Rogoff y Dominique Toublan de Barclays, se trata de un “umbral psicológico para muchos emisores”.
Por su parte, los retornos de la deuda de alta calificación retrocedieron hasta oscilar en torno al 4,99% en el arranque de la semana, el nivel más bajo desde febrero de 2023.
Los emisores están aprovechando la gran demanda de los inversores enfocados en el rendimiento de renta fija mientras están ansiosos por recaudar dinero antes de que las próximas elecciones presidenciales de noviembre generen una mayor volatilidad en los mercados.
“Si los rendimientos de los bonos del Tesoro se mantienen bajos, creo que veremos que la emisión avanza incluso en un mercado volátil porque los costos de financiamiento son tan atractivos como lo fueron desde principios de 2022 en este momento”, sostuvo Blair Shwedo, jefe de Ventas y Operaciones de Renta Fija en US Bank.
En este contexto, las primas de riesgo que exigen los inversores para mantener un bono más riesgoso que los del Tesoro se ampliaron en 18 puntos básicos hasta los 111 puntos básicos en las últimas tres jornadas, el nivel más alto desde noviembre. En comparación, el año pasado cerró con un diferencial de 99 puntos básicos.
"Entonces sí, tenemos diferenciales más amplios, pero si sos un prestatario que busca asegurar los costos totales, este es el mejor momento para hacerlo en más de dos años si podés lograr el acuerdo”, añadió Shwedo en diálogo con Bloomberg.