Eli Lilly, la corporación farmacéutica más grande del mundo, colapsó hasta un 15% en Wall Street tras presentar sus resultados financieros del tercer trimestre del año, los cuales defraudaron preocupantemente al mercado.
En primer lugar, la compañía registró ingresos por US$ 11.439 millones, lo que implica un crecimiento interanual del 20%, pero una cifra muy inferior a los US$ 12.210 millones estimados por los analistas.
A su vez, la ganancia neta ajustada se disparó hasta los US$ 1.065 millones, frente a los US$ 95 millones del tercer trimestre de 2023. Sin embargo, el beneficio por acción (EPS, por su sigla en inglés) fue de US$ 1,18, cuando Wall Street proyectaba alrededor de US$ 1,52.
Por otra parte, Eli Lilly recortó sus previsiones para todo el 2024. Ahora ve ingresos por entre US$ 45.400 millones y US$ 46.000 millones y un EPS de entre US$ 13,02 y US$ 13,52. En comparación, los expertos esperaban US$ 46.600 millones y US$ 16,50, respectivamente.
"Lilly tuvo otro fuerte crecimiento en el tercer trimestre, con un aumento del 42% en los ingresos totales después de excluir la actividad de desinversión en el mismo período del año pasado", comentó David A. Ricks, presidente y director ejecutivo de Eli Lilly.
"Si bien el crecimiento de Mounjaro y Zepbound es impresionante, también estamos igualmente orgullosos del crecimiento del 17% en los ingresos no incretínicos, que incluye nuestros portafolios de oncología, inmunología y neurociencia, en comparación con el tercer trimestre de 2023 en la misma base", añadió.
Tras los anuncios, la compañía sufrió su peor jornada bursátil desde principios de agosto del 2000 y llegó a perder más de US$ 120.000 millones de valor. No obstante, luego se recuperó ligeramente hasta ubicarse un 7% por debajo del último cierre.