La administración de Yamandú Orsi asumirá el gobierno el próximo 1º de marzo con varios desafíos por delante y con un contexto internacional que no parece ser un buen aliado (guerras, el regreso de Donald Trump, tasas de interés altas, etc).
A juicio del economista y portfolio manager de la familia de Fondos Centenario de Gletir, Gabriel Genta, el futuro gobierno ya dio algunas señales cuando el propio Orsi habló sobre sus planes de "moderación" en materia de política económica, algo que luego fue confirmado con la designación del economista Gabriel Oddone al frente del Ministerio de Economía, el único ministro que se designó antes del desenlace de las elecciones. De hecho, no hubo movimientos prácticamente en los bonos o el dólar asociados al resultado electoral.
Para el economista Alfonso Capurro, socio de CPA Ferrere, hay factores a nivel internacional que no pueden pasar inadvertidos como el retorno de Trump a EEUU, algo que implica una "aceleración del proteccionismo" y una "herida para el comercio internacional".
"Eso de cierta forma supone un desafío para nuestra estrategia de inserción internacional", planteó. A esto se suman "problemas fiscales" en Brasil (segundo socio comercial del país), y una mayor "volatilidad de monedas". El experto consideró que un escenario de tasas de interés elevadas, un dólar fuerte, y un contexto proteccionista "no es algo auspicioso para los commodities".
En cambio, "sí hay un contexto favorable con Argentina" producto de un plan focalizado en bajar la inflación a costa de un tipo de cambio fijo. "Argentina se está encareciendo muy rápido y está mejorando la competitividad con Uruguay. Seguramente eso nos llevará a que tengamos una muy buena temporada de verano", anticipó Capurro.
El reto de crecer más
"El principal tema de la economía para los próximos años es lograr tasas de crecimiento bastante más altas que las observadas en la última década. Si no lo logramos, va a ser muy difícil responder a las promesas de campaña", alertó el economista y presidente del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Hernán Bonilla.
En esa línea, Capurro indicó que hay que "dejar atrás esa magra tasa de crecimiento" de 1,2% promedio del PIB de la última década porque, de lo contrario, no se podrán sostener los salarios, los ratios de la deuda pública, o conseguir el "espacio fiscal" para contar con recursos para atacar la pobreza infantil, la delincuencia o "revistar el sistema de protección social" como el propio Oddone manejó públicamente.
Genta, por su lado, consideró que el país tiene una "alerta amarilla" con su déficit fiscal. "Es clave que el próximo gobierno se enfoque en reducirlo sin caer en un aumento tributario", señaló. Para ello consideró muy importante trabajar en el descenso de costos, fomentar la inversión privada y lograr mayores tasas de crecimiento.
Capurro opinó que con una proyección de déficit estructural del 3,5% del PIB para este período, la administración Orsi debería apuntar a bajarlo entre 1 y 1,5 puntos con la ejecución de su Presupuesto quinquenal.
El socio de CPA dijo que hoy la expectativa se centra en "cuál será la agenda de reformas" que pondrá en marcha el equipo económico liderado por Oddone. "Sabemos que hay algunas que no tienen efecto inmediato porque son más estructurales, pero hay otras de más corto plazo que son clave para darle más empuje a la actividad y el empleo", puntualizó.
Bonilla, en tanto, también apuntó a una "modernización de la regulación laboral", que tenga como "foco la productividad" y donde se contemple desde el tamaño hasta la localización de las empresas a la hora de negociar en los Consejos de Salarios. También mencionó otras reformas como bajar los aranceles a la importación (eliminar la Tasa Consular), liberar la importación, distribución y comercialización de combustibles; la de frutas y verduras, o la de carne aviar, por ejemplo.
¿Y la inflación?
La administración de Lacalle Pou logró bajar un escalón la inflación desde el 8% promedio de las últimas dos décadas al 5% actual, y que se mantenga por casi dos años dentro del rango meta (3%-6%). A juicio de Bonilla, la administración Orsi debería no solo mantener ese guarismo sino "dar un paso" más y aspirar a una inflación de 3%, algo que es "realista" y "alcanzable". "No se necesita magia para eso: Paraguay, Chile, Colombia, tienen tasas en ese eje", acotó.
Para el economista de Gletir, "hoy el mercado local e internacional está atento" a ver si se da continuidad al éxito en materia de política monetaria que implicó reducir y estabilizar una inflación dentro del rango meta.
Capurro, por su lado, consideró que con un Tipo de Cambio Real (TCR) que ha estado desalineado entre 12%-15% en los últimos dos años y una rentabilidad exportadora que ha caído bastante, el gobierno tiene que instrumentar rápidamente una agenda de reformas potentes para desburocratizar y darle una "bocanada de oxígeno" a las exportaciones, sin apelar al tipo de cambio como variable de ajuste.
La revisión del "gasto tributario" es otro de los temas sobre el que no se tienen demasiadas pistas. Capurro admitió que es de una cuantía no menor, unos 6 puntos del PIB. Allí puede haber espacio para una "potencial recaudación", pero también puede tener sus costos en materia de bienestar, inversión o empleo. En la misma vereda, Bonilla consideró que hay que "ser muy cuidadoso" ya que cualquier revisión sobre el gasto tributario "puede llevar a un freno de la inversión".