La crypto que respaldó Messi y genera consciencia ambiental
El valor del token aumentó un 194% hasta una capitalización de mercado de US$ 65 millones en poco más de 24 horas.

En plena Copa América, Messi se unió a la ola de los memecoins. El rosarino compartió una historia de Instagram sobre el token meme de Solana, Water. WaterCoin se propuso abordar los problemas relacionados con el agua y su misión es apoyar proyectos sostenibles, combatir la deforestación y mejorar la distribución hídrica en regiones como África.

El valor del token aumentó un 194% hasta una capitalización de mercado de US$ 65 millones en poco más de 24 horas. La publicación de la historia fue el lunes, previo a la semifinal contra Canadá, y se mantuvo activa durante un día entero. 

La hoja de ruta de WaterCoin se compone de cuatro fases, comenzando con la preventa inicial del token, seguida por su inclusión en exchanges centralizados y colaboraciones con celebridades, y culminando en la etapa final donde aspira a convertirse en una "moneda ecológica con enfoque caritativo". Sin embargo, a pesar de esta visión general, la hoja de ruta no proporciona detalles específicos sobre cómo se alcanzarán estos objetivos.

Además, el comportamiento del precio del token mostró un patrón típico de las mecánicas de “pump and dump”, propio de cuando se produce una táctica de manipulación del mercado en la que el valor de un token se infla artificialmente -para atraer a los inversores- y luego se vende, lo que hace que el precio se desplome.

Messi no fue el único que se subió a la ola de Water. También lo hizo su par y colega, Ronaldinho, con quien compartió cancha durante sus primeros años en Barcelona. El brasilero subió una historia a su Instagram un día después que el propio Messi y logró que el valor del token subiera un 38,8% una hora después. 

Antes de esta acción, Lionel Messi ya tenía vínculo con las criptomonedas. El rosarino actúa como embajador de la plataforma de criptomonedas Socios y del juego de fútbol de fantasía basado en NFT, Sorare

La lógica detrás de los memecoins

Las memecoins son fáciles de descartar. Parecen frívolas, nacidas de bromas en Internet más que de una verdadera innovación financiera. Pero este rechazo pasa por alto algo fundamental sobre la naturaleza de Web3 y el futuro de las economías digitales.

La tecnología blockchain se fundamenta en la ausencia de permisos, la confianza y la descentralización. Esto crea un sistema en el que cualquiera puede participar sin restricciones, las transacciones se realizan sin intermediarios y el poder se distribuye entre los participantes de la red en lugar de concentrarse en autoridades centralizadas. Estas monedas virtuales, en su esencia, encarnan a la perfección estos principios.

Pensemos en Dogecoin. Nacida como un meme Shiba Inu, creció hasta alcanzar una capitalización de mercado de casi 90.000 millones de dólares en su punto álgido. Este crecimiento no fue impulsado por estrategias de marketing tradicionales ni por el respaldo de empresas, sino por una apasionada comunidad online.

Más recientemente, los partidarios del token Dogwifhat (WIF), basado en Solana, recaudaron más de 650.000 dólares para mostrar la imagen del suyo en la Esfera de Las Vegas, una hazaña de marketing que daría envidia a muchas empresas tradicionales. No se trata de incidentes aislados. La memecoin MAGA, inspirada en el eslogan de campaña del expresidente Donald Trump, y el token Slerf, que ganó popularidad después de que un desarrollador enviara accidentalmente todos los fondos recaudados a una "burn address", muestran las diversas formas en que estas comunidades se forman y evolucionan. Y esto no pasó desapercibido para inversores y emprendedores avispados.

El inversor Raoul Pal ve en ellas un inmenso potencial y las considera no sólo un puente que conecta a millones de fanáticos con sus ídolos, sino también un campo de pruebas para las innovaciones de las finanzas sociales (SocialFi).

El token "MOTHER" de Iggy Azalea es un ejemplo perfecto, ya que la rapera australiana anunció sus planes de integrarlo en su empresa de telecomunicaciones, permitiendo a sus titulares utilizarlo para pagar teléfonos y servicios. Esto demuestra el potencial de las memecoins para evolucionar hacia un activo que ofrezca un valor tangible a sus comunidades.

Sin embargo, los líderes deberían abordar esta tendencia con cautela. El cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, ofrece una perspectiva diferente: la creación de agrupaciones fuertes y la atención de la comunidad en torno a un proyecto, incluso si se trata de diversión, da una idea de cómo podría evolucionar la comercialización de productos a través de la economía de la atención.

El tweet de Vitalik Buterin sobre los criptoproyectos de los famosos.

Para las marcas tradicionales, el fenómeno memecoin representa tanto un desafío como una oportunidad. Sus directrices cuidadosamente elaboradas y sus comunicaciones pulidas chocan con frecuencia con las interacciones rápidas y auténticas que definen las comunidades online. Para seguir siendo relevantes, estas empresas deben adoptar un enfoque impulsado por la comunidad, cambiando fundamentalmente la forma en que se relacionan con su audiencia.

NFT, Web3 y marcas

Las marcas de éxito aprenderán a responder con rapidez, a experimentar con nuevas plataformas y a participar en conversaciones que no pueden controlar del todo, equilibrando al mismo tiempo su identidad establecida con la flexibilidad necesaria para adaptarse a las tendencias emergentes.

Algunas empresas con visión de futuro ya están adoptando este enfoque. HUGO BOSS integró las NFT en su programa de fidelización, HUGO BOSS XP, ofreciendo a sus miembros productos y experiencias exclusivas. Visa también introdujo su programa de fidelización Web3, que incluye sorteos lúdicos y búsquedas del tesoro inmersivas, mientras que Gucci ofreció a los titulares de sus NFT la posibilidad de canjear sus tokens por productos físicos, lo que demuestra el éxito de la combinación de valor digital y físico.

NFT emitidos por Gucci  se pueden canjear por productos físicos de la marca de lujo.

Recientemente, durante la NFT Unconference de WEB3FEST en Suiza, los expertos debatieron cómo las NFT están aportando una clase de activos artísticos de 2 billones de dólares a Web3, mientras las comunidades de NFT siguen analizando nuevos modelos de negocio.

Sin embargo, el camino hacia la integración en Web3 no siempre es fácil. El programa Odyssey de Starbucks, un ambicioso intento de combinar la fidelidad tradicional con elementos de Web3, se interrumpió al cabo de 18 meses. Esto nos recuerda que poner en práctica estas ideas es todo un desafío, ya que las nuevas tecnologías, la incertidumbre de los escenarios normativos y la evolución de las expectativas de los usuarios suponen obstáculos.

A pesar de estos desafíos, el auge de las memecoins indica algo importante sobre el futuro de las economías digitales. En un sistema verdaderamente abierto y sin permisos, el valor puede aparecer en lugares inesperados.

Pueden formarse agrupaciones en torno a bromas, arte, causas o intereses en común, traduciendo el entusiasmo compartido en poder económico tangible. En 2024, la capitalización de mercado de las 10 más importantes habrá ascendido a 42.000 millones de dólares, lo que refleja la fuerza impulsada por la comunidad que hay detrás del valor de la dinámica de los memes.

Visto de este modo, las memecoins suponen reimaginar cómo se forman las comunidades, cómo se crea valor y cómo participan los individuos en las economías digitales. Para los líderes empresariales, la clave no es crear una memecoin, sino comprender la dinámica subyacente que impulsa su éxito: el engagement de la comunidad, la rápida adaptación a las tendencias y el poder de las narrativas compartidas.

Los líderes más exitosos en este nuevo escenario serán los que consigan un equilibrio entre adoptar las nuevas tendencias y mantenerse fieles a sus valores fundamentales. Pero no nos equivoquemos, aunque la revolución memecoin haya empezado como una broma, su impacto en la forma en que pensamos sobre la comunidad, el valor y el engagement seguirá tomando forma en nuestra sociedad en los próximos años.

 

*Con información de Forbes US