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Sylvia Chebi y Eduardo Mangarelli. Fuente: Fernanda Kosak.
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Firme consejo de Urucap: “Los emprendedores deberían hacer due diligence de sus inversores”

Fernanda Kosak

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Sylvia Chebi y Eduardo Mangarelli, de la asociación uruguaya de capital privado, hablaron en el CUTI Business Forum sobre qué se debe tener en cuenta antes de buscar y aceptar inversores.

10 Noviembre de 2022 18.02

Es fácil imaginar que —en las empresas y en la vida— siempre es bueno recibir dinero: cuanto más mejor y de cuantas más fuentes, también. Pero esto no es cierto en el mundo de las inversiones y las startups. “Tiene que ser una prioridad elegir personas con las que tengamos ganas de trabajar”, dijo Eduardo Mangarelli, presidente de Endeavor e integrante de Urucap (Asociación Uruguaya de Capital Privado), desde su rol de inversor. Sin embargo, lo mismo corre para el emprendedor, “porque estás comprometiéndote a una relación que va a durar en el tiempo”, agregó. 

Como indica Sylvia Chebi, directora ejecutiva de Thaleslab y presidente de Urucap, cuando los inversores van a poner dinero “hacen la due diligence y revisan todo sobre la empresa”, pero no siempre sucede a la inversa. Y debería ser en ambas direcciones por varias razones, aseguró durante el CUTI Business Forum, un evento organizado por la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información realizado el jueves 10 en el centro de eventos del Laboratorio Tecnológico (LATU). 

Una, por ejemplo, es el monto: “No tiene sentido estar hablando con fondos que invierten de a millones si necesitás US$ 100.000”, graficó Chebi. Pero tampoco es recomendable aceptar menos de lo que se necesita: “Hay que levantar una cantidad que te permita estar un tiempo sin tener que salir a buscar fondos de nuevo, porque es una actividad desgastante y demandante”, apuntó Mangarelli.  

Sylvia Chebi y Eduardo Mangarelli en el CUTI Business Forum. Foto: Twitter Digital Sense.
Sylvia Chebi y Eduardo Mangarelli en el CUTI Business Forum. Foto: Twitter Digital Sense.

Otra razón para ser cautos está relacionada a las visiones y aspiraciones de cada parte. “Si yo tengo pensado construir una empresa que dure 20, 30 años, dejársela a mis hijos… no puedo aceptar un inversor que quiera vender en tres años por millones de dólares”, dijo la directora ejecutiva de ThalesLab. 

Precisamente, esa aspiración es la que determinará la dinámica de trabajo. “Si alguien quiere crecer por 100 en dos años te va a controlar para ver que estés creciendo a ese ritmo”, dijo, por su parte, Mangarelli. Antes de aceptar eso, hay que estar dispuestos a asumir ese ritmo. 

“Hay emprendedores que sienten que no pueden trabajar porque tienen que estar reportando constantemente en vez de hacer lo que necesitan hacer”, explicó Chebi. 

Entonces: ¿todos las startups necesitan inversión externa? La respuesta para Chebi y Mangarelli es que tiene que haber un por qué. “Levantar inversión no puede ser un fin en sí mismo”, coinciden. El flujo de dinero tiene que tener un para qué y en qué tiempo. Por eso, también es importante elegir bien el momento de aceptar inversiones. “Si lo hacés muy temprano, vendés la empresa muy barato”, dijo el presidente de Endeavor. 

La valuación, por otra parte, también es compleja. ¿Cómo definir cuánto vale nuestro emprendimiento? 

La empresa vale lo que alguien esté dispuesto a pagarla”, sentenció Mangarelli. Pero una vez que se acuerde eso siguen los problemas. ¿Qué porcentaje vendo y a cuántos? “Es subjetivo”, consideró Chebi. “¿Queremos alguien con poco porcentaje, un advisor, o a alguien con mucho para que tenga skin in the game?”, es decir, tener alguien que permita actuar y no se moleste en caso de que en el camino se den pérdidas o alguien que se meta de lleno en el negocio. 

“Tener la empresa muy atomizada también es un problema, puede espantar otros inversores”, agregó el ingeniero. “Porque pueden no querer tratar con tanta gente o tener problema con alguno de los que ya están”, explicó Chebi.  

También hay que evaluar qué pueden aportar además del dinero. No todos los venture capitals vienen del mismo lugar o con el mismo valor agregado. En eso hay que ser estratégicos, explicaron los expertos. 

“Está el ejemplo de Nocnoc, una startup uruguaya que apuntaba a Brasil, y con el apoyo de inversores fuertes de allá, se le abrieron varias puertas y a la hora de hablar con clientes les pesaba tener el endorsement de ellos”, contó Mangarelli. “El mejor inversor es el que te dice: 'si me necesitás para algo, estoy', pero no te está controlando todo el tiempo”, concluyó la directora de ThalesLab. “Queremos advisors, no controllers”, agregó el ingeniero.

En resumen: no todo lo que brilla es oro. Hay que elegir con cuidado qué dinero, de quién, cuándo y cuánto se acepta. 

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