Avanzando en la segunda mitad del año e iniciando un nuevo mes, llega el momento de tomarse un tiempo para administrar adecuadamente las finanzas personales y así “arrancar con el pie derecho”. A continuación, te damos cuatro consejos para que puedas lograrlo.
1. Hacé un balance del mes pasado
En primer lugar, es fundamental que hagas un balance financiero del mes pasado, en el que revises cuánto dinero te ingresó, cuánto se fue, cuáles fueron los principales consumos, si pudiste ganarles a la inflación y/o al dólar, cuál fue tu capacidad de ahorro, etc.
En esta instancia, es necesario chequear las cuentas bancarias y los movimientos de efectivo para poder comprender un poco más “dónde estás parado” en términos económicos.
2. Recortá gastos innecesarios
Con la planilla de cálculos o la agenda de papel cargadas con todos los datos anteriores, llega el turno de recortar todos los gastos que fueron y serán innecesarios, destacando los gastos hormiga y gastos fantasma.
Los gastos hormiga son aquellos que individualmente no afectan demasiado, pero que juntos sí pueden causar un impacto en el bolsillo. A su vez, los gastos fantasmas suelen ser los pagos automáticos para servicios que no se consumen, como la suscripción a una plataforma de series y películas de la que ni recordás la contraseña.
Este es el momento para aprovechar y revisar cuáles son los gastos que son necesarios, pero que pueden reemplazarse por alternativas más económica, como el plan de internet o de telefonía móvil.
3. Armá un presupuesto
Luego de “limpiar” los egresos de dinero, deberás armar un presupuesto para el nuevo mes, el cual tendrá que contemplar la compra de comida, el costo del transporte, la adquisición de ropa si es necesario, los pagos de servicios, etc.
Teniendo un presupuesto, será más difícil caer en la tentación de “desviarse” al gastar en productos innecesarios que muchas veces brindan un cortísimo e instantáneo placer difícil de justificar.
4. Organizá tus inversiones
Por último, es fundamental hacer un repaso por las inversiones que tenés o pensás realizar, verificando que no haya rentas líquidas sin utilizar o activos que tal vez ya no se amoldan a tu estrategia, por ejemplo.
Además, es recomendable analizar el desempeño de los meses anteriores y controlar si pudiste hacerles frente a la inflación y/o a la evolución del dólar, si es que querés enfocarte en el corto plazo.