Durante el año pasado, he estado siguiendo el trabajo del Dr. Joe Dispenza, Doctor en Quiropráctica, investigador, conferencista, autor y consultor corporativo. Su formación de posgrado incluye los campos de la neurociencia y la neuroplasticidad. Gran parte de su trabajo se centra en ayudar a las personas a realizar cambios medibles en sus vidas mediante la comprensión de cómo la manifestación, la meditación y los pensamientos positivos pueden alterar la química cerebral.
Según el Dr. Joe, “cuando dejamos de dudar, comenzamos a creer en nuestra nueva vida. Nos comportamos como si fuera posible, y finalmente nos convertimos en ello”. En otras palabras, somos lo que pensamos.
Muy a menudo nos ponemos en un ritmo de lo que creemos que debemos hacer frente a lo que crea armonía en nuestras vidas. Permitimos que el miedo y la negatividad se infiltren en nuestra conciencia, lo que limita nuestro potencial. Estoy de acuerdo con el Dr. Joe en que cada uno de nosotros tiene un potencial ilimitado, que no termina cuando alcanzamos una edad específica o alcanzamos cierto nivel de éxito profesional o financiero.
Sin embargo, el potencial puede verse truncado por la negatividad. Cuanto más tengas pensamientos negativos, más negatividad sentirás e invitarás a tu vida. Afortunadamente, lo contrario también es cierto. Cuanto más nos acerquemos a la vida con una mentalidad positiva, más podremos liberar el potencial ilimitado que se encuentra dentro de cada uno de nosotros.
Una mentalidad positiva también es fundamental para atraer y generar riqueza. Lo que sentís por el dinero puede influir en si realmente logras o no algunas de tus metas. Por ejemplo, si renunciás a ahorrar porque creés que nunca tendrás suficiente para jubilarte, se convertirá en una profecía autocumplida.
El miedo, la negatividad y la codicia también pueden conducir a malos resultados, como tratar de cronometrar los mercados o tomar decisiones basadas en lo que hacen los demás (mentalidad de rebaño). Por otro lado, los pensamientos y comportamientos positivos pueden ayudarte a corregir el rumbo y perseguir tus objetivos. Eso es porque, cuando cambiás de mentalidad, tomás mejores decisiones que están alineadas con tus objetivos.
Desarrollar una mentalidad positiva sobre el dinero comienza con el compromiso de:
Perdonar los errores del pasado
Todos cometemos errores, pero aferrarse al arrepentimiento es contraproducente. Digamos que anteriormente perdiste dinero en el mercado de valores. Es importante que no permitas que esa experiencia te impida aprovechar las oportunidades potenciales que ofrece la inversión en acciones para crear riqueza con el tiempo.
En su lugar, tomate el tiempo para entender por qué perdiste dinero. ¿Intentaste cronometrar el mercado, te asustaste y vendiste mientras el mercado caía, o invertiste basándote en un consejo de un amigo o familiar? Cualesquiera que sean las circunstancias, es probable que tus decisiones de inversión no estén alineadas con tus objetivos, tolerancia al riesgo y calendario.
Cuando tu estrategia está alineada con tus objetivos, estás en una posición mucho mejor para evitar errores comunes y superar las condiciones cambiantes con el tiempo.
Hacer un plan
Cada decisión financiera que tomes debe basarse en las cosas que valorás y que más deseás lograr en la vida. Es por eso que el establecimiento de metas es una parte tan importante del proceso de planificación financiera. Las metas proporcionan dirección, propósito, claridad y motivación.
Tu plan ayuda a conectar y alinear tus comportamientos de ahorro, gasto e inversión con tus objetivos, proporcionando un camino claro para alcanzarlos. Comprender cómo se utilizan tus activos para respaldar cada uno de tus objetivos inspira confianza a medida que avanzás hacia los resultados deseados en cada etapa de la vida.
Usar el presupuesto para crear felicidad
A menudo, las personas abordan la elaboración de presupuestos desde una perspectiva negativa, como una herramienta para limitar los gastos. En realidad, tu presupuesto ayuda a crear libertad financiera al desarrollar tu confianza en torno a la administración del dinero.
¿Querés disfrutar de un moka latte de soja doble de tu barista favorito cada mañana? Si eso es una prioridad, incluilo en tu presupuesto. Si no encaja del todo, considerá una compensación. Tal vez puedas reducir el gasto en otro lugar. Tu presupuesto no solo debe reflejar lo que te hace sentir seguro y confiado en la vida, como construir tu fondo de emergencia, ahorrar para la jubilación y administrar la deuda, sino también lo que te hace feliz.
Eso no significa vivir más allá de tus posibilidades. Eso crearía lo opuesto a la felicidad. Sin embargo, cuando elaborás un presupuesto que gira en torno a lo que es más significativo en tu vida, estás más motivado para mantenerte encaminado.
Trabajar con un asesor patrimonial independiente
Un asesor patrimonial que esté de tu lado, trabajando como socio colaborativo, puede marcar una enorme diferencia en tu forma de ver los asuntos financieros. Tu asesor tiene la ventaja de brindar perspectivas claras, racionales y objetivas, libres de sesgos emocionales.
Esto se vuelve aún más importante durante los períodos de mayor volatilidad del mercado o incertidumbre económica, cuando podés encontrarte vacilando o dudando de tus decisiones. Tu asesor te informará sobre lo que está sucediendo en los mercados, cómo las condiciones cambiantes pueden afectar tu estrategia y qué ajustes, si corresponde, deben realizarse para ayudarte a mantenerte en el buen camino.
*Nota publicada en Forbes US