China usa un discurso de Ronald Reagan de 1987 para criticar los aranceles de Trump
Un dicho popular más vigente que nunca: "Nadie resiste un archivo" y la Embajada de China lo refrenda en la red social X trayendo al presente un fragmento del discurso de Reagan de 1987, en el que advertía al mundo sobre los peligros de los aranceles y las guerras comerciales.

Como si el tiempo no hubiese transcurrido. Como si nada hubiese pasado en casi 40 años. El uso del discurso de Reagan por parte de China -lo hizo a través de las redes sociales, usando la cuenta de X de su embajada en Washington- para criticar a Trump es un ejemplo fascinante de cómo los mensajes políticos pueden trascender el tiempo y las ideologías. 

Mientras la guerra comercial entre Estados Unidos y el mundo continúa su escalada, líderes políticos, empresarios y los ciudadanos de todo el mundo observan con preocupación las posibles consecuencias económicas y políticas de las medidas anunciadas por el el Presidente estadounidense Donald Trump el viernes pasado en los jardines de la Casa Blanca. 

En este contexto, el debate sobre el proteccionismo y el libre comercio sigue siendo tan relevante como en aquellos días en 1987.

Tal como dice la calle, "nadie resiste un archivo", a partir de esa premisa la Embajada de China en los EE.UU. ha compartido un clip del icónico presidente republicano Ronald Reagan criticando los aranceles y diciendo que el discurso tiene un significado renovado hoy en día en medio de los gravámenes globales del presidente Donald Trump .

"Ronald Reagan contra los aranceles: el discurso de 1987 cobra nueva relevancia en 2025", tituló la embajada en Estados Unidos la publicación del lunes en X, junto al clip de la misiva del segundo mandato de Reagan.

El Contexto: una guerra comercial en escalada

El conflicto comercial entre Estados Unidos y China ha alcanzado nuevos niveles de tensión desde que Trump anunció sus últimos aranceles. Los mercados globales se tambalean: el S&P 500 se encuentra al borde de una zona bajista, y los principales bancos estadounidenses advierten sobre una posible recesión. 

Sin embargo, Trump ha redoblado sus esfuerzos, anunciando un arancel adicional del 50% sobre las importaciones chinas, que se sumaría al arancel del 34% impuesto previamente. De implementarse, los aranceles totales superarían el 100%, un nivel sin precedentes.

La respuesta de China no se hizo esperar. Beijing impuso un arancel de represalia del 34% casi inmediatamente, además de los gravámenes ya existentes sobre productos agrícolas y energéticos estadounidenses. 

En medio de todas estas tensiones, la Embajada de China en Washington DC utilizó este lunes un video del discurso de Reagan para destacar los riesgos de una política proteccionista.

El Discurso de Reagan: una advertencia con eco

En su alocución radial del 25 de abril de 1987, Reagan criticó los aranceles, señalando que estos conducen a represalias internacionales, mercados colapsados y pérdida masiva de empleos. Recordando los efectos devastadores de la Ley Arancelaria Smoot-Hawley durante la Gran Depresión, Reagan afirmó que el proteccionismo solo empeora las crisis económicas:

"Los aranceles elevados conducen inevitablemente a represalias por parte de países extranjeros y al desencadenamiento de feroces guerras comerciales. El resultado son más y más aranceles, barreras comerciales cada vez más altas y menos competencia. Pronto los mercados colapsan, las empresas cierran y millones de personas pierden sus empleos".

Con habilidad y picardía, la cuenta de la embajada destacó estas palabras calificándolas como una advertencia oportuna para el Presidente Trump. "El discurso de Reagan cobra nueva relevancia en 2025", escribió la embajada, acompañando el mensaje subtitulado con un video del discurso. 

Es irónico que China, un país comunista, utilice las palabras de uno de los presidentes más reconocidos como un ferviente anticomunista como lo fue Ronald Reagan para argumentar en contra de las políticas de Trump. Claro, ya no quedan dudas que los tiempos que vivimos han cambiado mucho la cultura de países como China que ahora utiliza el poder de las redes posiblemente mejor que el mismísimo Elon Musk.

Reagan y Trump: contrastes en la filosofía económica

Aunque ambos son figuras prominentes del Partido Republicano -más de un republicano de pura cepa no debe estar de acuerdo con esto-, las filosofías económicas de Reagan y Trump divergen significativamente. 

Reagan es reconocido por haber sido un gran promotor del libre comercio, advirtiendo contra las políticas proteccionistas que él consideraba destructivas para la economía estadounidense. Por otro lado, desde su primer gobierno Trump ha centrado su agenda económica en el proteccionismo, argumentando que los aranceles son necesarios para proteger los empleos y la industria estadounidense de lo que él llama "abusos comerciales" por parte no solo de China sino prácticamente de cada país del mundo.

El Presidente Ronald Reagan con su mujer Nancy Reagan entre los famosos soldados de tarracota en China. Imagen: Reagan Library

También hábil con las redes sociales, el presidente Trump respondió a las críticas a través de Truth Social, acusando desde allí a China de manipulación cambiaria y subsidios ilegales. 

También aprovechó el momentum para reiterar su postura de que los aranceles son una herramienta para nivelar el campo de juego económico donde todos -incluso sus viejos aliados- se aprovecharon de los Estados Unidos. 

Sin embargo, incluso dentro del propio partido republicano y empresarios importantes como el inversionista conservador Bill Ackman o el presidente de JP Morgan Jamie Dimon han cuestionado la efectividad de estas medidas, calificándolas como "un grave error político".

Las implicaciones globales

La escalada de aranceles entre Estados Unidos y China no solo afecta a las dos economías más grandes del mundo, sino que también tiene repercusiones globales. Los mercados internacionales están bajo presión, y las cadenas de suministro globales enfrentan interrupciones significativas. Además, la amenaza de una recesión en Estados Unidos podría tener un efecto dominó en otras economías.

Para sorpresa de algunos, China ha reiterado su compromiso con el "multilateralismo verdadero" y ha llamado a la comunidad internacional a oponerse al proteccionismo. Según Liu Pengyu, portavoz de la Embajada de China en Washington, "presionar o amenazar a China no es la forma correcta de interactuar con nosotros".

Un ejemplo reciente, el presidente Xi Jinping se acaba de reunir en Pekín con más de 40 representantes de la comunidad global que invierte en China, entre ellos empresarios de las firmas Apple, Samsung, Tesla, Volkswagen, Mercedes Benz, HSBC y la brasileña Vale. 

¿Qué Sigue?

Con Trump amenazando con imponer un nuevo paquete de aranceles a partir del 9 de abril si China no retira sus medidas de represalia, el conflicto parece estar lejos de resolverse. La posibilidad de negociaciones parece cada vez más remota, especialmente después de que el presidente anunciara que cancelará todas las conversaciones pendientes con Beijing.

Presidente Ronald Reagan con Li Xiannian en la Plaza de Tiananmen Square, Beijing, China 04/26/1984

Mientras tanto, el discurso de Reagan de hace casi cuatro décadas resurge como un recordatorio de los riesgos económicos y políticos de las guerras comerciales. En un momento en que las tensiones entre dos superpotencias globales alcanzan su punto álgido, las palabras del expresidente republicano ofrecen una perspectiva que, aunque histórica, sigue siendo sorprendentemente actual.

El viernes, el Ministerio de Finanzas de China dijo que los aranceles adicionales se impondrían a partir del 10 de abril. Beijing ha impuesto previamente aranceles del 15 por ciento a las importaciones de carbón y gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos en represalia por los gravámenes del 10 por ciento de Washington a los productos chinos.

El discurso completo de Reagan de 1987

"Impongamos aranceles a las importaciones extranjeras", parece que está actuando con patriotismo al proteger los productos y empleos estadounidenses. Y a veces funciona por un corto tiempo, pero solo por un corto tiempo. Lo que finalmente ocurre es que, primero, las industrias locales empiezan a depender de la protección gubernamental en forma de aranceles elevados.

Dejan de competir y de implementar los cambios innovadores de gestión y tecnológicos que necesitan para triunfar en los mercados mundiales. Y entonces, mientras todo esto sucede, ocurre algo aún peor. Los aranceles elevados inevitablemente provocan represalias por parte de países extranjeros y el desencadenamiento de feroces guerras comerciales.

El resultado son aranceles cada vez mayores, barreras comerciales cada vez más altas y una competencia cada vez menor. Así que, pronto, debido a los precios artificialmente elevados que subvencionan la ineficiencia y la mala gestión, la gente deja de comprar. Entonces ocurre lo peor: los mercados se contraen y colapsan; empresas e industrias cierran; y millones de personas pierden sus empleos.

El recuerdo de todo esto que ocurrió en los años treinta me hizo decidir, cuando llegué a Washington, ahorrarle al pueblo estadounidense la legislación proteccionista que destruye la prosperidad.

Ahora bien, no siempre ha sido fácil. Hay quienes en este Congreso, al igual que en los años treinta, buscan una ventaja política inmediata, arriesgan la prosperidad de Estados Unidos por el bien de algún grupo de interés específico a corto plazo, olvidando que más de cinco millones de empleos estadounidenses están directamente vinculados a las exportaciones y millones adicionales a las importaciones.

Para quienes vivimos la Gran Depresión, el recuerdo del sufrimiento que causó es profundo y doloroso. Y hoy, muchos analistas económicos e historiadores argumentan que la legislación sobre aranceles elevados, aprobada en aquel período, conocida como el Arancel Smoot-Hawley, profundizó considerablemente la Depresión e impidió la recuperación económica.