Elon Musk desembolsó más de US$ 200 millones para apoyar la reelección de Donald Trump. En las semanas posteriores a la victoria de Trump, recuperó con creces esa inversión. De hecho, en diciembre se convirtió en la primera persona en la historia en alcanzar un patrimonio de US$ 400.000 millones, luego de que inversores privados valoraran su startup xAI en US$ 50.000 millones (frente a los US$ 24.000 millones en mayo) y su empresa de cohetes SpaceX en US$ 350.000 millones (desde los US$ 210.000 millones en junio). Ese mismo mes, los accionistas llevaron la capitalización de mercado de Tesla a un máximo histórico de US$1,5 billones de dólares.
Sin embargo, las cosas comenzaron a desmoronarse poco a poco. En enero, las acciones de Tesla sufrieron un primer golpe cuando la empresa informó entregas más débiles de lo esperado en el cuarto trimestre de 2024. Pero el verdadero desplome llegó el 21 de enero, un día después de la asunción de Trump, cuando Musk asumió el liderazgo del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés). Las preocupaciones sobre su capacidad para gestionar Tesla mientras se dedica a recortar el gasto público hicieron que las acciones de la automotriz se desplomaran un 50 % desde su pico.
"El equilibrio fue la gran ausencia en la gestión de Elon Musk como CEO de Tesla, ya que estuvo concentrando toda su energía en impulsar la iniciativa DOGE dentro de la administración de Trump", escribió Dan Ives, analista de Wedbush Securities y ferviente defensor de Tesla, en un reciente informe. También señaló que los números de la automotriz fueron flojos últimamente.
El 29 de enero, Tesla reportó un decepcionante crecimiento de ingresos del 1 %, alcanzando los US$ 97.700 millones en 2024, mientras que su ganancia neta cayó por segundo año consecutivo a US$ 8.400 millones. Al mismo tiempo, se registraron caídas drásticas en las ventas de Tesla en Alemania, China y Australia durante los primeros dos meses de 2025. Analistas de JPMorgan recortaron su previsión de entregas globales para el primer trimestre de 2025 al nivel más bajo desde el tercer trimestre de 2022. En paralelo, estallaron protestas contra Tesla y Musk en concesionarios de todo Estados Unidos.
No es de extrañar entonces que la semana pasada Musk haya presentado una apelación oficial contra un fallo emitido en Delaware en enero de 2024 que anuló su histórico paquete de compensación en Tesla, aprobado en 2018. La jueza del caso determinó que ni Musk ni la empresa pudieron demostrar que el proceso de adjudicación de ese paquete fue justo, debido a conflictos de interés y al control que el magnate ejerce sobre el directorio.
Forbes descontó en un 50 % el valor de las opciones sobre acciones de ese paquete (valuadas en US$65.300 millones de dólares al cierre del mercado del lunes) hasta que se resuelva la apelación. Excluyendo esas opciones, Musk posee un 12 % de Tesla, valuado en US$ 97.800 millones, aunque comprometió más de la mitad de sus acciones como garantía para préstamos personales de hasta US$ 3.500 millones.
Con Tesla en caída, SpaceX se convirtió en el activo más valioso de Musk por primera vez en cinco años. Según estimaciones de Forbes, su participación del 42 % en la empresa aeroespacial ahora vale US$ 147.000 millones, casi US$ 20.000 millones más que su tenencia en Tesla (incluyendo acciones y opciones) al cierre del lunes. La última vez que su participación en SpaceX superó su inversión en Tesla fue en 2019, cuando su fortuna total rondaba los US$ 20.000 millones. SpaceX, que lanza satélites, carga y astronautas al espacio para clientes gubernamentales y comerciales, incrementó sus ingresos en un 51 % en 2024, alcanzando los US$ 13.100 millones, según estimaciones de Payload Space. Solo su negocio de internet satelital Starlink duplicó su facturación hasta los US$ 8.200 millones.
Aunque SpaceX y Tesla representan más del 80 % de la fortuna de Musk, estimada en US$ 329.000 millones de dólares, el empresario también posee participaciones en xAI, X Corp (antes Twitter), la empresa de túneles Boring Company y la firma de implantes cerebrales Neuralink. En conjunto, estos activos suman otros US$ 45.000 millones a su patrimonio.
Musk reconoció la "gran dificultad" de equilibrar su trabajo en DOGE con la gestión de seis empresas distintas. Sin embargo, no abandonó Tesla. En un posteo en X el lunes pasado, aseguró que la automotriz "estará bien a largo plazo". A pesar de su reciente caída, la acción de Tesla sigue acumulando un alza del 46 % en el último año, y Musk continúa siendo el hombre más rico del mundo.
Con información de Forbes US.
