Warren Buffett, el famoso inversor detrás de Berkshire Hathaway, es un fiel amante de la inversión en negocios estables y confiables, a tal punto que casi el 60% de su cartera se centra en dos compañías ultrapoderosas en sus respectivas industrias y sumamente consolidadas que, como consecuencia, reparten atractivos dividendos.
Apple
Al cierre del tercer trimestre del año, según los registros presentados ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por su sigla en inglés), Berkshire Hathaway contaba con cerca de 916 millones de acciones de Apple valuadas en US$ 157.000 millones. Esta cantidad le ocupa poco más del 50% de todo el portafolio, siendo la tenencia favorita y más importante del magnate.
Si bien la renta trimestral que distribuye la tecnológica es baja (US$ 0,24 por acción), lo que da una rentabilidad anualizada bruta de menos del 0,50%, la enorme cantidad de nominales que tiene Buffett le permiten cobrar cerca de US$ 220 millones cada tres meses. Anualmente, esta cifra se convierte en US$ 880 millones.
Y este efectivo tiene que ser sumado a la revalorización de las acciones. En lo que va del año, el crecimiento de la cotización fue del 50%, pasando de los US$ 124 a los casi US$ 195, lo que compensa con creces el bajo retorno por dividendos.
Bank of America
A su vez, en la colosal cartera de inversión de Berkshire Hathaway, la compañía que ocupa la segunda posición es Bank of America, representando un 9% del total gracias a las más de 1.032 millones de acciones valuadas en US$ 28.000 millones.
En este caso, curiosamente, la renta trimestral también es de US$ 0,24 por acción, pero, al valer menos por nominal, la rentabilidad anualizada es del 2,8%. De esta manera, cada tres meses, el conglomerado de Buffett obtiene US$ 248 millones, generando US$ 992 millones por año.
Ajustado por dividendos, el banco acumula un crecimiento del 4,5% desde principios de 2023, ubicándose a un 40% del máximo histórico de febrero de 2022.
Si bien el portafolio de Berkshire Hathaway se compone de muchas otras corporaciones, solo entre Bank of America y Apple genera más de US$ 1.800 millones al año de dividendos, los cuales pueden ser reinvertidos en un futuro para aplicar el famoso interés compuesto que tanto le gusta a Warren Buffett.